miércoles, 24 de abril de 2013

Honduras: LA BASURA , LA VIDA Y LA MIOPÍA.‏ por I. Mencía

Fotos: Chris Jennings-BIDAmérica:  Basurero Municipal de  Tegucigalpa
  La impotencia sofoca.  De nada sirve llorar ni tampoco rezar cuando se pasa por las orillas de la miseria.
  Hombres y mujeres  de diferentes edades,  comparten los harapos y  están  metidos hasta el cuello entre la basura,  de donde -quizá- rescataran  más miseria o sobrevivirán  un día más o un año,    a los giros de la vida.
En familia

 En el cielo merodeon los Zopes; abajo los tugurios.  

Cuartitos hechos  con pedazos de láminas de zinc, con pedazos de cartón, con pedazos de madera, las vidas hechas de pedazos.  
 No es una,  ni dos casitas, ni cinco ni diez,  la prensa debería contarlas bien.  

Seguramente allí donde para ellos es el centro de su universo, el ombligo de sus mundos, se viven  historias de amor y esperanza, de desamor y odio.  Todas las pasiones expuestas en los botaderos.   Toda la alegría insospechada ante un juguete bueno,  lanzado a la basura  como inservible por manos que lo tienen todo y siempre quieren más, en aspectos materiales  se hace referencia.

Montaña  de  desechos
Allí donde a las cinco de la tarde y a cualquier hora del día y la noche se rebuscan, huele mal, se siente desde la orilla y se mira la orilla de tabla,  que habitan.   ¿Cómo puede ser esto verdadero?  ¿Cuántas veces debe una restregarse los ojos para saber que no es una pesadilla lo que quizá para ellos esas tablas clavadas con ese techo de pedazos es su sueño?  Cómo  tocarse una y otra vez al escuchar a esta gente decir “es que Dios así lo quiere” y escuchar decir lo mismo a los opulentos

Cuando de sus lujosos carros se bajan para ir a una iglesia y sin confesiones sin culpas visibles con estómagos llenos y dinero de plástico  y mansiones y terrenos y negocios y estafas  silenciadas,  comulgan y santifican  en iglesias blanqueadas  -sus apariencias.

                                      
¿Cómo podemos lanzar al olvido lo visto como si todo fuese basura y no se habitara la vida entre esta?


Algo en todo esto inequitativo debe cambiar; y pregunto ¿Realmente se puede hablar de democracia, de política, de estrategias de reducción de la pobreza, de cambios, de refundaciones?   ¿Con que cara hablar de democracia sino se vuelve la mirada a la orilla de estos abismos?  ¿CÓMO?

Cuan profunda es la distancia entre estos mundos nuestros, que aquí mismo- se me ocurre pensar, la geografía hondureña es un reflejo del imperio posibilitando el primero segundo tercero y demás mundos en el mismo espacio y pareciera que igual da lo mismo y nada importa.  Al fin que,- el consumo parece haber provocado nuestra miopía. 

Fraterna-
I.M
                         

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