Autor del articulo: Proceso Digital / domingo 17.02.2013.
Tegucigalpa – El Estado hondureño se
encamina hacia una asamblea nacional constituyente, sin constituyente,
lo que se refleja en la supremacía es del Congreso Nacional, casi sin
oposición, mediante una afinada aplanadora que ha agarrado un gran
poder, quizá nunca antes visto en el país, coinciden politólogos y
analistas nacionales.
En
los últimos meses el Congreso hondureño ha reformado la constitución
tantas veces lo ha creído conveniente. Ha dictado leyes y derogado otras
con una casi nula oposición legislativa. Tanto partidos autodenominados
de izquierda como algunos tradicionales o de tendencia social
cristiana, no tuvieron dificultades en aprobar las propuestas del
gobernante Partido Nacional. Apenas la pequeña bancada del Partido de
Innovación y Unidad (Pinu-SD), hizo alguna diferencia, aunque su
comportamiento varió en cada iniciativa.
El festival de leyes y reformas se acentuó a finales de 2012, cuando sin ambages se destituyeron cuatro magistrados de la Sala Constitucional de
la Corte Suprema de Justicia, seguidamente pusieron a sus sustitutos y
más allá de ello volvieron a legislar sobre iniciativas que ya habían
sido declaradas inconstitucionales.
El
sociólogo Julio Navarro, cuestionó lo que, dijo, no había ocurrido
nunca en el país al señalar la no existencia de antecedentes en los que
un presidente del Congreso Nacional, haya logrado contar con más de 100
diputados a favor de las decisiones que se están tomando en ese poder
del Estado. El Congreso es integrado por 128 legisladores.
Atribuciones de una constituyente
El
analista enumeró decisiones del Congreso Nacional como la destitución
de cuatro magistrados de la Sala de lo Constitucional, la aprobación de
las Ciudades Modelo y la aprobación de la figura del juicio político, entre otras determinaciones que a su juicio sólo conducen a la desestabilización del Estado.
“Pero
la gente no cree que eso tenga sentido positivo para el país sino que
responden a cierto tipo de previsiones que están tomando los que
ostentan en este momento los poderes del Estado, por ejemplo con lo del
juicio político”, arguyó.
Apuntó
que cuando se habla del tema de las Ciudades Modelo o Regiones
Especiales de Desarrollo, “esa es una ilusión de largo plazo, pero el
país requiere de decisiones prontas y a eso se deberían dedicarse los
gobernantes y el aparato especial”.
Navarro
considera que el país está en un peligro político, económico y social
por el hecho que al Congreso Nacional se le esté dotando de tanto poder.
“Vamos a generar también ingobernabilidad, sospecha e inestabilidad,
porque recordemos que el gobierno que más ajustes a la economía, mejor
conocidos como paquetazos, ha sido el actual”, acotó.
Control del proceso electoral
Según
el togado, ahora no hay garantía de interponer un recurso de amparo,
porque debe ser conocido por intermedio de la Sala de lo Constitucional y
“al tener el Partido Nacional, el control sobre esa dependencia del
Poder Judicial, como quedó evidenciado con la separación de cuatro
magistrados, significaría, a su vez, que tienen el control sobre el
proceso electoral”.
“En
resumen, todo lo que está sucediendo en Honduras, no produce ni
seguridad jurídica ni seguridad individual, ni seguridad democrática,
debido a la conducta de nuestros gobernantes de querer hacer democracia,
pero nosotros los ciudadanos normales, comunes y corrientes, no tenemos
control de los hilos del poder”, comentó.
Padilla
cuestionó que el proceso electoral está revestido de muchos vicios ya
que el Tribunal Supremo Electoral (TSE), literalmente está compuesto por
tres magistrados que debieran ser independientes, pero que, según su
criterio, se trata de tres personas que han sido nombrados a través de
la herramienta de los partidos Liberal, Nacional y Democracia Cristiana.
Ante
esa situación, indicó que el proceso electoral necesita muchas reformas
para incluir aspectos como el voto electrónico y la regulación de la
campaña política, para establecer cómo se financian y esas reformas
deben contar con el consenso de todas las fuerzas políticas involucradas
en las elecciones.
Sin
embargo, “si esas reformas son autoritarias, impuestas y condicionadas
por los intereses del Congreso Nacional, no van a coadyuvar, ni van a
servir para transparentar el proceso”, acentuó.
Entretanto,
el analista Raúl Pineda Alvarado, cuestionó que la actual
administración es un gobierno sin oposición y más bien se trata de un
cogobierno.
De
su lado, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, ha advertido que “el poder
no puede estar concentrado en pocas manos, porque se vuelve abuso de
poder”.
“Muchas
veces, el poder es denigrado y satanizado, no es malo en sí. Lo malo es
ejercer mal el poder. Lo malo es cuando queremos hacer del poder un
ídolo al cual se le rinde todo tipo de pleitesía, aún la pleitesía de la
conciencia, y esto no puede ser”, recalcó el papable.
Iglesia llama a políticos a imitar al Papa
En
asamblea ordinaria celebrada el pasado jueves, la Iglesia Católica a
través de sus obispos emitió un comunicado en el que incita a los que
detentan el poder en Honduras a seguir el ejemplo inteligente del
saliente Papa Benedicto XVI, en el sentido de entregarse totalmente al
servicio de los demás, pero en ningún momento creerse o sentirse
“imprescindibles o insustituibles” en sus cargos.
“Deseamos
que esta lección de humilde sabiduría sea valorada por quienes ejercen
cualquier clase de poder, sobre todo por quienes ejercen el poder
político, de modo que no se obsesionen en querer reelegirse y prolongar
inconstitucionalmente sus mandatos. A veces el deseo de permanecer en el
poder, lejos de significar vocación de servicio, esconde ambición y
soberbia”, recalca el documento de los jerarcas católicos.
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