Por Alejandro Casco Sierra
Después que los militares se ensuciaron las manos de sangre con el golpe de Estado último, es un insulto verlos patrullando las calles, dizque para dar seguridad a la ciudadanía, para suplantar a la policía corrupta y asesina.
Con la
hoja de vida del cuerpo castrense, que únicamente ha estado al servicio
de unas cuantas familias de la oligarquía parasitaria, no es nada grato
ver a los uniformados por las calles, como si lo realizado en el pasado
a los familiares se les haya olividado los crímenes de sus víctimas.
Se
necesita ser un provocador o un sádico de lo peor en encomendar la
seguridad de un pueblo, que ha sido humillado, ultrajado y asesinado,
por sujetos que podrán encomendarle cualquier tropelía, pero menos
proteger a la ciudadanía.
Habrá
que recordarles a estos falsos mesías,lo que hicieron en los golpes
ejecutados en el pasado, todavía tengo grabado en mi mente, siendo un
adolescente, como en las proximidades del puente Guacerique, en
Comayagüela, estaban las patrullas destruidas con policías
masacrados en su interior, a causa del cuartelazo de 1963, al mando del
entonces coronel Oswaldo López Arellano.
De igual manera, los otros golpes de Estado y
precisamente , el más calientito, hace dos años, cuando en sus
intervenciones lo único que han llevado es dolor y lagrimas hacia el
pueblo hondureño.Muchos de nuestros compatriotas por los mílites no
están con nosotros.
Si no tuvieramos militares en Honduras,
viviríamos un ambiente de alegría, ahí cerquita tenemos Costa Rica, no
necesita de uniformados y destaca en primera línea en educación y con un
ingreso per cápita justo.
Tanto Pepe Lobo, como representante del
Ejecutivo, y su pupilo en el Congreso Nacional, Juan Orlando Hernández,
abusan del poder que ostentan, porque están retrocediendo como el
cangrejo en la gobernanza.
Para el caso, a nivel latinoamericano, a los
militares no se les quiere ver ni en pintura, por la corrupción y
violación de los derechos humanos que implantaron en sus
administraciones, en cambio, aca en Honduras se les premia en todo.
En la Constitución de la República están
establecidas las funciones de los militares, si fueran respetuosos del
pensar ciudadano, por qué no consultan en un referéndum si el pueblo
está de acuerdo o no en ver a soldados patrullando calles o deambulando
en barrios y colonias.
De ninguna manera es justificable traer de
nuevo a los militares a la palestra pública, en el caso de la policía,
si bien está involucrada con el crimen organizado, el problema se
resolvería con una intervención transparente.
Este gobierno, surgido de un golpe de Estado,
con elecciones cuestionadas sin observadores internacionales, desde sus
inicios cometió desafueros, ahí tenemos el trabajo a medio tiempo, un
fiazco total,las ciudades modelos, y su intento por privatizar la
educación pública.
Hasta donde nos quieren conducir los
asaltantes del Estado, no crean que al pueblo se le engaña, con sus
zanganadas están pullando al pueblo con vara corta, en las elecciones
del 2013 tendrán su merecido, esa será la vendicta pública y de la que
no escaparán, ante tanto abuso.
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