miércoles, 21 de octubre de 2015

Personas transgénero se organizan en COZUMEL // Trabajadoras del sexo buscan regular su oficio

Escrito por Tomy Morales | Octubre 19 del 2015    Secciones: LGTBI 
Tegucigalpa, Honduras (Conexihon).- Por la necesidad de no ser más invisibilidades crearon una organización que aglutina a las chicas transgénero  con el nombre del “COZUMEL”, que significa “tierra de las golondrinas”, funciona desde el año 2013.
Narran que decidieron agruparse debido a que se sienten marginadas por la cultura patriarcal que produce exclusión, discriminación y odio hacia ellas.
El término transgénero se aplica, en general, a una variedad de individuos, conductas y grupos que suponen tendencias que se diferencian de las identidades de género binarias (hombre o mujer) y del rol que tradicionalmente tienen en la sociedad.
Suele interpretarse como una forma de expresión del género de una persona que no se corresponde con lo que la sociedad le ha asignado a su sexo biológico. Es el estado de la identidad de género (identificarse como hombre, mujer, ambos, ninguno, etcétera), que no se corresponde con el asignado (la identificación por parte de los demás de si se es hombre o mujer en función del sexo genético o genital).
Desde 2008 a la fecha, suman 202 los asesinatos de miembros de la comunidad Lésbico, Gay, Transexual y Bisexual registrados por las autoridades y organizaciones defensoras de sus derechos.
Para Freda Sisaury Reyes no fue fácil adaptar su sentimiento de sentirse mujer a la transformación de su apariencia a una mujer, es defensora de los derechos humanos de la comunidad LGTBI.
Reyes aduce que su identidad de género la ha vivido desde la infancia, que existen personas que creen que ellas se hacen por algún trauma de abuso sexual, pero que no es así; da gracias a Dios porque su familia acepto su identidad y la apoya, pero que hay muchas que cuando deciden asumir su transgenero son rechazadas por sus seres querido y las corren de sus casas, eso hace que vean en el trabajo sexual una opción para sobrevivir.
“Es muy difícil vivir en esta sociedad como transexual por el machismo patriarcal que existe en el país, la gente por falta de educación y sensibilidad nos discriminan, nos estigmatizan” aseguro la defensora.
Ejemplificó que si ella va caminando con un chico transexual, ella es discriminada por su cambio pero el no, lo ven como normal, por el patriarcado cultural de cientos de años.
Los principales entes que arremeten con su desprecio y odio hacia la comunidad de diversidad especialmente con las chicas trans son los miembros de la Policía Nacional y la Policía Militar, considerando que son los principales sospechosos de los crímenes de odio que se han efectuado en contra de la comunidad, menciono Reyes.
“Son personas que en los batallones o en los cuarteles los educan por medio de golpes y torturas, por eso en el momento que nos encontramos la violencia por su parte es descomunal”, manifestó Reyes.
La chica transgenero expreso que se siente alegre que la tomen en cuenta en espacios de mujeres, donde puede manifestar sus inquietudes y aportar ideas de cómo mejorar el trato y la forma de expresarse hacia la comunidad LGTBI. 
http://conexihon.hn/site/noticia/derechos-humanos/lgtbi/personas-transg%C3%A9nero-se-organizan-en-cozumel  
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       Honduras: Trabajadoras del sexo buscan regular su oficio   


 Escrito por Tomy Morales | Octubre 19 del 2015    Secciones: Mujeres
Tegucigalpa, Honduras (Conexihon).- Cansadas de tanto maltrato, las mujeres que se dedican al oficio más antiguo del mundo vieron la necesidad de organizarse en una red a nivel nacional.
Uno de los objetivos que buscan es que se reconozca o se regule el trabajo sexual en el país, basándose en el artículo 70 Constitucional que parafraseando dice que lo que no se prohíbe se permite y la prostitución o trabajo sexual no está prohibido; además el artículo 85 de Ley de Convivencia y Policía cita: Las Corporaciones Municipales conjuntamente con las autoridades de las Secretarías de Estado en los Despachos de Salud; y, de Gobernación y Justicia reglamentarán lo relativo a la prostitución, sujetándose a los preceptos de esta Ley, dentro del más amplio respeto a la dignidad y derechos humanos de las personas que ejerzan esta actividad y con el solo propósito de preservar la salud, el orden y la seguridad sin sujeción a registro de ningún género.
Se define trabajador o trabajadora sexual a una persona que recibe dinero u otra forma de restitución mediante el ofrecimiento de un servicio sexual, se emplea como sinónimo de prostitución; esto incluye a los que incursionan en la industria del sexo como medio de vida como son bailarines y bailarinas, striptease, tele operadoras de líneas eróticas, actores y actrices porno y dominatrices profesionales.
Activistas de grupos de trabajadores sexuales tomaron la decisión política de usar el término trabajo sexual y no prostitución debida a las connotaciones negativas que lleva esa expresión.
En algunos países este trabajo es regulado por sus leyes, en otros es totalmente prohibido, también hay naciones que han legalizado la prostitución.
Durante épocas las mujeres que se dedican a este rubro han sido estigmatizadas y marginados lo que les dificulta buscar ayuda legal en caso de sufrir abusos por parte de sus clientes.
Algunos tipos de violencia que sufren las trabajadoras sexuales son impago por parte de un cliente, agresiones y violaciones; por ende el fin por el cual se han organizado es porque consideran que deben tener los mismos derechos humanos y laborales que cualquier otro u otra trabajadora.
Tengo 26 años ejerciendo mi oficio
Jaquelin Cruz de 46 años, inició como mesera en bares y cantinas (en la zona de Belén) debido a que creció en un hogar muy pobre, no pudo estudiar, así que desde temprana edad tuvo que trabajar para ayudar al sostenimiento de su casa.
“Mi familia se daba cuenta que trabajaba como cantinera no como trabajadora sexual; ganaba muy poco sirviendo mesas, así que una compañera me dijo que iba a ganar más dinero como acompañante”, manifestó Cruz, añadió que tiene 26 años de ejercer ese oficio.
En un momento de su vida conoció a un hombre con el que procreo cuatro hijos, pero comenzó a ser víctima de violencia domestica por lo que tomo la decisión de abandonar a su compañero de hogar y continuo con su trabajo sexual para sacar adelante a sus retoños.
“Uno no se prepara para dormir con cualquier hombre, sino que llega el momento que lo tiene que hacer, al principio se siente feo, uno se siente mal porque no sabe la experiencia que va a vivir con él”, explico la trabajadora del sexo.
Su primer cliente lo atendió en San Lorenzo Valle, el hombre le ofreció la cantidad de quinientos lempiras, “en aquel tiempo para mí era dinero, lo quedaba viendo, hasta se me salieron las lágrimas porque no era lo mismo tener sexo con alguien que uno quiere o le gusta que hacerlo por dinero”, recordó Cruz.
Describió que algunos hombres quieren que hagan actos que considero denigrantes, las humillan y cuando se niegan a hacer lo que ellos quieren la violan, no pueden gritar porque el dueño del lugar donde van se hace el loco; así que solo cierran los ojos, cuando el “animal” consuma el hecho; no les queda más que levantarse, vestirse, irse a sentar un momento en una esquina y tragarse el dolor que les genera la flagelación de su cuerpo y continuar con su día o noche de trabajo.
“Aquí hay toda clase de clientes, decimos que es un trabajo porque nos acostamos con hombres de todos los estratos sociales albañiles, mecánicos y de una condición más alta y lo que interesa es el pago por el servicio que se ofrece, hay clientes que nos han golpeado porque piden cosas que no nos gusta hacer”, indicó Cruz.
Agregó que no siempre es sexo, algunos solo les piden ser damas de compañía mientras se ahogan en alcohol o drogas, ellas permanecen a su lado recibiendo manoseos y besos extremos, sirven hasta de psicólogas porque llegan hombres a los que solo les interesa quien escuche sus desgracias y lo mal que les va en la vida, desahogan sus problemas maritales, entre otras cosas.
“Aunque digamos que no, nos golpean y nos violan, ellos siempre consiguen lo que quieren, si es en espacio cerrado el dueño no se mete y si es en la calle los policías nos dicen que porque andamos en la calle nos merecemos esos tratos que nos dan los clientes”.
Acceso a la justicia
¿Tienen derecho las trabajadoras del sexo al acceso a la justicia?, en el artículo 60 constitucional cita que todos los hombres nacen libres e iguales en derechos, es punible toda discriminación por motivo de raza, sexo clase y cualquier otra lesiva a la dignidad humana. 
Cruz denunció que uno de los mayores violadores a los derechos de las trabajadoras sexuales son los miembros de la Policía Nacional y la Policía Miliar del Orden Publico, “los policías nos violan constantemente, antes no sabía que tenía derechos y ellos me maltrataban, me golpeaban, me tiraban en las patrullas, a veces por no portar mi carnet sanitario o tarjeta de identidad, a veces nos llevaban a solares baldíos, nos llevaban en grupos y abusaban de nosotras, en ocasiones nos extorsionaban pidiéndonos 200 lempiras para dejarnos trabajar”.
La trabajadora describió que un día un policía la violó con un tolete en el zonal Belén, fue a poner la denuncia y la persona de la fiscalía rompió frente a ella el documento que contenía la denuncia y le dijo que “ustedes no tienen derechos porque son unas putas de la calle”, la fémina lamentó que esa es la manera en que son tratadas por funcionarios y funcionarias encargadas de cuidar el orden e impartir justicia.
“Ellos usan palabras como putas, magayas, zorras, como mujeres de la vida fácil”, exteriorizó Cruz; ese es uno de los motivos por los cuales se han organizado porque se han dado cuenta que como seres humanos que son las trabajadoras del sexo tienen derecho a vivir y a salvaguardar su integridad física y psicológica.
Hace un tiempo llego al país una argentina de nombre Elena Reynaga secretaria ejecutiva de una organización de trabajadoras sexuales que está en 17 países de Latinoamérica y el Caribe, Reynaga formo un grupo y lo traslado a Argentina para capacitarlas en cuanto al activismo de la lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales.
"Soy Elena Reynaga, no soy puta, no soy prostituta, no soy trapo, ni jinetera, no soy cuero, no soy meretriz, ni ramera, tampoco cortesana. Soy una mujer trabajadora; una mujer trabajadora sexual". Con estas palabras, Reynaga, fundadora y secretaria de la Asociación de Trabajadoras Sexuales de Argentina, clausuró un Foro en 2003.
En abril del 2013 se organizó la Red de Trabajadoras Sexuales, inició en Tegucigalpa en donde cuentan con una oficina, una junta directiva y en vías de la creación de filiales, hasta ahora tienen en La Ceiba, San Pedro Sula y la de Choluteca está en proceso en donde tienen un proceso de sensibilización.
Algunos organismos que les han ayudado con mobiliario es la embajada de Alemania y ONUSIDA con capacitaciones de incidencia política y autoestima. Actualmente pertenecen a la Red de Trabajadoras Sexuales aproximadamente seis mil mujeres y en vías de expansión. 
http://conexihon.hn/site/noticia/derechos-humanos/mujeres/honduras-trabajadoras-del-sexo-buscan-regular-su-oficio

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