Escrito por Tomy Morales | Octubre 19 del 2015 Secciones: LGTBI
Tegucigalpa, Honduras (Conexihon).-
Por la necesidad de no ser más invisibilidades crearon una organización
que aglutina a las chicas transgénero con el nombre del “COZUMEL”, que
significa “tierra de las golondrinas”, funciona desde el año 2013.
Narran
que decidieron agruparse debido a que se sienten marginadas por la
cultura patriarcal que produce exclusión, discriminación y odio hacia
ellas.
El
término transgénero se aplica, en general, a una variedad de
individuos, conductas y grupos que suponen tendencias que se diferencian
de las identidades de género binarias (hombre o mujer) y del rol que
tradicionalmente tienen en la sociedad.
Suele interpretarse como una
forma de expresión del género de una persona que no se corresponde con
lo que la sociedad le ha asignado a su sexo biológico. Es el estado de
la identidad de género (identificarse como hombre, mujer, ambos,
ninguno, etcétera), que no se corresponde con el asignado (la
identificación por parte de los demás de si se es hombre o mujer en
función del sexo genético o genital).
Desde
2008 a la fecha, suman 202 los asesinatos de miembros de la comunidad
Lésbico, Gay, Transexual y Bisexual registrados por las autoridades y
organizaciones defensoras de sus derechos.
Para
Freda Sisaury Reyes no fue fácil adaptar su sentimiento de sentirse
mujer a la transformación de su apariencia a una mujer, es defensora de
los derechos humanos de la comunidad LGTBI.
Reyes
aduce que su identidad de género la ha vivido desde la infancia, que
existen personas que creen que ellas se hacen por algún trauma de abuso
sexual, pero que no es así; da gracias a Dios porque su familia acepto
su identidad y la apoya, pero que hay muchas que cuando deciden asumir
su transgenero son rechazadas por sus seres querido y las corren de sus
casas, eso hace que vean en el trabajo sexual una opción para
sobrevivir.
“Es
muy difícil vivir en esta sociedad como transexual por el machismo
patriarcal que existe en el país, la gente por falta de educación y
sensibilidad nos discriminan, nos estigmatizan” aseguro la defensora.
Ejemplificó
que si ella va caminando con un chico transexual, ella es discriminada
por su cambio pero el no, lo ven como normal, por el patriarcado
cultural de cientos de años.
Los
principales entes que arremeten con su desprecio y odio hacia la
comunidad de diversidad especialmente con las chicas trans son los
miembros de la Policía Nacional y la Policía Militar, considerando que
son los principales sospechosos de los crímenes de odio que se han
efectuado en contra de la comunidad, menciono Reyes.
“Son
personas que en los batallones o en los cuarteles los educan por medio
de golpes y torturas, por eso en el momento que nos encontramos la
violencia por su parte es descomunal”, manifestó Reyes.
La
chica transgenero expreso que se siente alegre que la tomen en cuenta
en espacios de mujeres, donde puede manifestar sus inquietudes y aportar
ideas de cómo mejorar el trato y la forma de expresarse hacia la
comunidad LGTBI.
http://conexihon.hn/site/noticia/derechos-humanos/lgtbi/personas-transg%C3%A9nero-se-organizan-en-cozumel
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Honduras: Trabajadoras del sexo buscan regular su oficio
Escrito por Tomy Morales | Octubre 19 del 2015 Secciones: Mujeres
Tegucigalpa,
Honduras (Conexihon).- Cansadas de tanto maltrato, las mujeres que se
dedican al oficio más antiguo del mundo vieron la necesidad de
organizarse en una red a nivel nacional.
Uno
de los objetivos que buscan es que se reconozca o se regule el trabajo
sexual en el país, basándose en el artículo 70 Constitucional que
parafraseando dice que lo que no se prohíbe se permite y la prostitución
o trabajo sexual no está prohibido; además el artículo 85 de Ley de
Convivencia y Policía cita: Las Corporaciones Municipales conjuntamente
con las autoridades de las Secretarías de Estado en los Despachos de
Salud; y, de Gobernación y Justicia reglamentarán lo relativo a la
prostitución, sujetándose a los preceptos de esta Ley, dentro del más
amplio respeto a la dignidad y derechos humanos de las personas que
ejerzan esta actividad y con el solo propósito de preservar la salud, el
orden y la seguridad sin sujeción a registro de ningún género.
Se
define trabajador o trabajadora sexual a una persona que recibe dinero u
otra forma de restitución mediante el ofrecimiento de un servicio
sexual, se emplea como sinónimo de prostitución; esto incluye a los que
incursionan en la industria del sexo como medio de vida como son
bailarines y bailarinas, striptease, tele operadoras de líneas eróticas,
actores y actrices porno y dominatrices profesionales.
Activistas
de grupos de trabajadores sexuales tomaron la decisión política de usar
el término trabajo sexual y no prostitución debida a las connotaciones
negativas que lleva esa expresión.
En
algunos países este trabajo es regulado por sus leyes, en otros es
totalmente prohibido, también hay naciones que han legalizado la
prostitución.
Durante
épocas las mujeres que se dedican a este rubro han sido estigmatizadas y
marginados lo que les dificulta buscar ayuda legal en caso de sufrir
abusos por parte de sus clientes.
Algunos
tipos de violencia que sufren las trabajadoras sexuales son impago por
parte de un cliente, agresiones y violaciones; por ende el fin por el
cual se han organizado es porque consideran que deben tener los mismos
derechos humanos y laborales que cualquier otro u otra trabajadora.
Tengo 26 años ejerciendo mi oficio
Jaquelin
Cruz de 46 años, inició como mesera en bares y cantinas (en la zona de
Belén) debido a que creció en un hogar muy pobre, no pudo estudiar, así
que desde temprana edad tuvo que trabajar para ayudar al sostenimiento
de su casa.
“Mi
familia se daba cuenta que trabajaba como cantinera no como trabajadora
sexual; ganaba muy poco sirviendo mesas, así que una compañera me dijo
que iba a ganar más dinero como acompañante”, manifestó Cruz, añadió que
tiene 26 años de ejercer ese oficio.
En
un momento de su vida conoció a un hombre con el que procreo cuatro
hijos, pero comenzó a ser víctima de violencia domestica por lo que tomo
la decisión de abandonar a su compañero de hogar y continuo con su
trabajo sexual para sacar adelante a sus retoños.
“Uno
no se prepara para dormir con cualquier hombre, sino que llega el
momento que lo tiene que hacer, al principio se siente feo, uno se
siente mal porque no sabe la experiencia que va a vivir con él”, explico
la trabajadora del sexo.
Su
primer cliente lo atendió en San Lorenzo Valle, el hombre le ofreció la
cantidad de quinientos lempiras, “en aquel tiempo para mí era dinero,
lo quedaba viendo, hasta se me salieron las lágrimas porque no era lo
mismo tener sexo con alguien que uno quiere o le gusta que hacerlo por
dinero”, recordó Cruz.
Describió
que algunos hombres quieren que hagan actos que considero denigrantes,
las humillan y cuando se niegan a hacer lo que ellos quieren la violan,
no pueden gritar porque el dueño del lugar donde van se hace el loco;
así que solo cierran los ojos, cuando el “animal” consuma el hecho; no
les queda más que levantarse, vestirse, irse a sentar un momento en una
esquina y tragarse el dolor que les genera la flagelación de su cuerpo y
continuar con su día o noche de trabajo.
“Aquí
hay toda clase de clientes, decimos que es un trabajo porque nos
acostamos con hombres de todos los estratos sociales albañiles,
mecánicos y de una condición más alta y lo que interesa es el pago por
el servicio que se ofrece, hay clientes que nos han golpeado porque
piden cosas que no nos gusta hacer”, indicó Cruz.
Agregó
que no siempre es sexo, algunos solo les piden ser damas de compañía
mientras se ahogan en alcohol o drogas, ellas permanecen a su lado
recibiendo manoseos y besos extremos, sirven hasta de psicólogas porque
llegan hombres a los que solo les interesa quien escuche sus desgracias y
lo mal que les va en la vida, desahogan sus problemas maritales, entre
otras cosas.
“Aunque
digamos que no, nos golpean y nos violan, ellos siempre consiguen lo
que quieren, si es en espacio cerrado el dueño no se mete y si es en la
calle los policías nos dicen que porque andamos en la calle nos
merecemos esos tratos que nos dan los clientes”.
Acceso a la justicia
¿Tienen
derecho las trabajadoras del sexo al acceso a la justicia?, en el
artículo 60 constitucional cita que todos los hombres nacen libres e
iguales en derechos, es punible toda discriminación por motivo de raza,
sexo clase y cualquier otra lesiva a la dignidad humana.
Cruz
denunció que uno de los mayores violadores a los derechos de las
trabajadoras sexuales son los miembros de la Policía Nacional y la
Policía Miliar del Orden Publico, “los policías nos violan
constantemente, antes no sabía que tenía derechos y ellos me
maltrataban, me golpeaban, me tiraban en las patrullas, a veces por no
portar mi carnet sanitario o tarjeta de identidad, a veces nos llevaban a
solares baldíos, nos llevaban en grupos y abusaban de nosotras, en
ocasiones nos extorsionaban pidiéndonos 200 lempiras para dejarnos
trabajar”.
La
trabajadora describió que un día un policía la violó con un tolete en
el zonal Belén, fue a poner la denuncia y la persona de la fiscalía
rompió frente a ella el documento que contenía la denuncia y le dijo que
“ustedes no tienen derechos porque son unas putas de la calle”, la
fémina lamentó que esa es la manera en que son tratadas por funcionarios
y funcionarias encargadas de cuidar el orden e impartir justicia.
“Ellos
usan palabras como putas, magayas, zorras, como mujeres de la vida
fácil”, exteriorizó Cruz; ese es uno de los motivos por los cuales se
han organizado porque se han dado cuenta que como seres humanos que son
las trabajadoras del sexo tienen derecho a vivir y a salvaguardar su
integridad física y psicológica.
Hace
un tiempo llego al país una argentina de nombre Elena Reynaga
secretaria ejecutiva de una organización de trabajadoras sexuales que
está en 17 países de Latinoamérica y el Caribe, Reynaga formo un grupo y
lo traslado a Argentina para capacitarlas en cuanto al activismo de la
lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales.
"Soy
Elena Reynaga, no soy puta, no soy prostituta, no soy trapo, ni
jinetera, no soy cuero, no soy meretriz, ni ramera, tampoco cortesana.
Soy una mujer trabajadora; una mujer trabajadora sexual". Con estas
palabras, Reynaga, fundadora y secretaria de la Asociación de
Trabajadoras Sexuales de Argentina, clausuró un Foro en 2003.
En
abril del 2013 se organizó la Red de Trabajadoras Sexuales, inició en
Tegucigalpa en donde cuentan con una oficina, una junta directiva y en
vías de la creación de filiales, hasta ahora tienen en La Ceiba, San
Pedro Sula y la de Choluteca está en proceso en donde tienen un proceso
de sensibilización.
Algunos
organismos que les han ayudado con mobiliario es la embajada de
Alemania y ONUSIDA con capacitaciones de incidencia política y
autoestima. Actualmente pertenecen a la Red de Trabajadoras Sexuales
aproximadamente seis mil mujeres y en vías de expansión.
http://conexihon.hn/site/noticia/derechos-humanos/mujeres/honduras-trabajadoras-del-sexo-buscan-regular-su-oficio
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