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EFE / Sábado, 09 Mayo 2015 - 17:45
Guatemala-
A golpe de bombo y platillo, alrededor de un millar de guatemaltecos
continuaron hoy celebrando "la libertad del país" tras la renuncia de la
vicepresidenta, Roxana Baldetti, y exigen ahora, la dimisión del
presidente, Otto Pérez Molina, porque consideran que es necesario
"limpiar" la nación.
Bajo
el lema "Guatemala eres libre. Tu voz cuenta. No te quedes callado", el
grupo se concentró hoy enfrente al Palacio Nacional de la Cultura, una
dependencia gubernamental, para seguir festejando lo que ellos mismos
consideran "un hecho histórico".La deserción de Baldetti se produjo ayer viernes, a través de una misiva que envió al mandatario Pérez Molina y que él hizo pública a los medios de comunicación en una breve conferencia de prensa convocada en el último momento en Casa Presidencial.
Sin embargo los manifestantes no se mostraron satisfechos con la salida de la vicepresidenta y exigen una y otra vez la dimisión de todos aquellos "políticos corruptos" y en especial, del que consideran el "número uno" en cuanto a la defraudación del Estado: el presidente Pérez Molina.
Una de las integrantes de esta marcha pacífica, Sandra Coronado, expresó a Efe su deseo de eliminar "la inmunidad" que impera en Guatemala e invitó a los guatemaltecos a seguir apoyando estos actos reivindicativos porque es necesario que el pueblo "siente un precedente".
Además, Coronado agregó que también es el momento de modificar otros aspectos de la República, como la ley electoral, porque los diputados, dijo, "llevan 25 años sentados en el Congreso sin hacer nada".
Cuestionada por su opinión acerca de la posibilidad de que Baldetti solicite una indemnización tras su renuncia, Coronado, psicóloga de profesión aunque trabaja en una sucursal bancaria, dijo estar de acuerdo siempre y cuando primero "devuelva todo lo que robó".
"Porque en mi trabajo al que roban lo meten preso", proclamó Coronado indignada con una sonrisa sarcástica y reiteró que las concentraciones no cesarán hasta depurar el sistema.
El pueblo guatemalteco, que solo se callaba para entonar el himno nacional, aseguró que "seguirá vigilando" las actuaciones de todos los políticos y que exigirán la aplicación de "la ley de extinción de dominio" en todos aquellos funcionarios que cometan actos de corrupción.
"Manuel Baldizón, también es corruptor", gritaban los manifestantes sobre el candidato presidencial opositor, mientras mostraron su hartazgo por una clase política "que es toda igual" y de la que están cansados.
Para luchar contra esta coyuntura, abogaron por contrarrestar la gran ignorancia del país, motivo por el que hasta ahora consiguieron dominar a la población, y demostrar la fuerza que tiene el pueblo. EFE
http://www.proceso.hn/component/k2/item/102146-guatemaltecos-exigen-dimisi%C3%B3n-del-presidente-tras-renuncia-de-vicepresidenta.html
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Dimisión de vicepresidenta de Guatemala, un caso que sienta precedentes
La vicepresidenta Roxana Baldetti, salpicada por varios casos de corrupción, renunció a su cargo en Guatemala.
Autor del artículo: EFE / Sábado, 09 Mayo 2015 - 15:32
Guatemala-
En medio del mayor escándalo político vivido en Guatemala desde que se
instauró la democracia en el país en 1985, la vicepresidenta Roxana
Baldetti, salpicada por varios casos de corrupción, renunció el viernes a
su cargo, una decisión que sienta un precedente histórico en la nación.
La
renuncia de Baldetti fue comunicada a los periodistas por el presidente
guatemalteco, Otto Pérez Molina, a través de una breve conferencia de
prensa celebrada en la Casa Presidencial y en la que apenas concedió
tres meras preguntas a los informadores para dar explicaciones por un
caso que tiene conmocionada a la sociedad.
La
deserción de Baldetti, periodista, política y maestra, surge durante la
semana más trágica para la vicepresidenta desde que asumió la segunda
magistratura del país en el año 2011.
En
apenas tres días Baldetti vio cómo la poderosa cúpula empresarial del
país exigía su cabeza debido al escándalo de corrupción destapado el
pasado 16 de abril por un organismo de las Naciones Unidas y en el que
están involucrados funcionarios de alto nivel cercanos al Gobierno.
A
juicio del presidente del Comité de Asociaciones Comerciales,
Industriales y Financieras (CACIF), Jorge Briz, esta abdicación
gubernamental era necesaria para fortalecer "la democracia y preservar
la institucionalidad" del país, ya que sus ciudadanos están hartos de
una tesitura corruptiva de la que nadie se responsabiliza.
El
miércoles, cuando uno de los entes que tiene la batuta de la supremacía
en Guatemala se posicionaba en contra del Gobierno, la Corte Suprema de
Justicia acordó dar trámite a una denuncia de corrupción en contra de
Baldetti, por lo que era el turno del Congreso, que debía evaluar si le
retiraba la inmunidad para investigarla.
Baldetti
estaba entonces acorralada entre la espada y la pared, con varios
sectores de la sociedad en contra y ahogándose poco a poco en un mar
turbio copado de acusaciones en contra de su persona.
Era hora de que la vicepresidenta jugase su última carta para evitar un juicio que estaba cantado.
A
través de su abogado Mario René Cano, la vicepresidenta presentó el
jueves un recurso de amparo ante la Corte de Constitucionalidad, la
máxima instancia jurídica en Guatemala, para revertir, así, el fallo del
Supremo e impedir que le retiraran la inmunidad para no quedar desnuda y
sin protección ante la Justicia.
El
Congreso decidió mantenerse al margen de estos "correveidiles" y
continuó con el proceso, conformando una comisión integrada por cinco
diputados para evaluar si existían indicios suficientes para proceder al
antejuicio.
El poder sobrenatural, inevitable e ineludible del destino parecía jugar en contra de la vicepresidenta.
El
presidente de ese órgano que decidiría sobre su futuro, elegido al
azar, era el diputado opositor Salvador Baldizón, de Libertad
Democrática Renovada (Lider), hermano del empresario Manuel Baldizón,
candidato opositor a la Presidencia para los comicios generales que se
celebrarán el próximo 6 de septiembre.
Todas
las señales apuntaban a que la cabeza de Baldetti caería pronto y los
ciudadanos, conscientes y hastiados de la coyuntura social, decidieron
reiterar día a día en las calles y de forma pacífica, cuál era su deseo:
conseguir la dimisión de la vicepresidenta.
El
viernes las noticias siguieron aflorando ante los rumores que rodeaban a
Baldetti, de quien se dijo fue hospitalizada por un ataque de ansiedad,
aunque fuentes próximas a ella lo desmintieron.
A
primera hora de la mañana, dos bombas informativas coparon la
actualidad: el Congreso anunciaba que la vicepresidenta tendría que
acudir a declarar el lunes ante la comisión que evaluaba su caso y la
Corte emitía su veredicto, en el que acordaba denegar el amparo
solicitado por Baldetti.
El
Gobierno empezó a ver cómo el desgaste de Baldetti hacía mella en una
popularidad que iba de capa caída, por lo que el presidente decidió
tomar la sartén por el mango y tras varios encuentros con la
vicepresidenta, ella acordó, según él de manera voluntaria, dimitir para
"eliminar toda sospecha" que pudiera haber sobre su labor.
"Un
precedente histórico", "un triunfo del pueblo", "una decisión valiente"
o "un refuerzo de la transparencia". Estos fueron algunos de los
calificativos que surgieron por parte de diferentes sectores que
aplaudían al unísono el retiro del cargo de la vicepresidenta.
Buscando
en el baúl histórico de Guatemala, solo hay un precedente similar que
evoca en los guatemaltecos un recuerdo pasado con tintes parecidos,
aunque solo en la teoría.
Se trata del político Francisco Villagrán Kramer, fallecido hace unos cuatro años a consecuencia de una enfermedad terminal.
Villagrán
fue vicepresidente del país durante la administración del general
Fernando Romeo Lucas García (1978-1982), un cargo del cual renunció el 1
de setiembre de 1980, tras el incendio de la Embajada de España en
Guatemala a manos de las fuerzas de seguridad y el incremento de la
represión oficial en contra de los opositores.
Al
renunciar al Gobierno, Villagrán señaló que la violencia política que
padecía el país obstruía el proceso democrático al que aspiraban los
guatemaltecos y que él no estaba dispuesto a formar parte de un sistema
con el que no se sentía identificado.
Comparaciones
aparte, lo cierto es que Baldetti sigue viviendo un trance arduo y
engorroso, ya que, al renunciar a su cargo, perdió la inmunidad que la
protegía y la Fiscalía puede abrir un proceso contra ella si lo
considera oportuno.
Fuentes
del ente público aseguraron a Efe que no desechan la posibilidad de
investigarla, ya que para esclarecer el caso de "La Línea" están
dispuestos a llegar hasta el fondo y por ende, "no descartan a nada, ni a
nadie" y si es necesario tirarán de la manta caiga quien caiga. EFE
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