Por defensores -
Tegucigalpa.- Las
Abuelas de Plaza de Mayo compartieron otra alegría al presentar al
nieto 130, este jueves 13 de junio, en Buenos Aires, Argentina.
Se trata de Javier Matías Darroux
Mijalchuk, hijo de Elena Mijalchuk y Juan Manuel Darroux, ambos
desaparecidos en diciembre de 1977.
Javier relató su búsqueda, para que la
sociedad conozca su caso con la esperanza de obtener algún dato sobre el
destino de sus padres.
Las investigaciones realizadas por la
Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) y más tarde por
la Unidad Fiscal Especializada para Casos de Apropiación de Niños no
han podido arribar a ninguna información concluyente. Gracias al trabajo
conjunto de Abuelas, la CONADI y el Banco Nacional de Datos Genéticos
(BNDG), Matías pudo encontrarse con su familia, saber su origen
biológico e iniciar otra búsqueda –la de su hermano o hermana–, ya que
al momento de la desaparición, Elena estaba embarazada de dos meses.
Los padres
Juan Manuel Darroux trabajó en la
Prefectura Naval Argentina de diciembre de 1961 hasta junio de 1966. De
septiembre de 1969 a mayo de 1975 se desempeñó en la Universidad de
Morón, en tareas administrativas, y allí conoció a Elena Mijalchuk, que
estudiaba la carrera de Contadora Pública en ese establecimiento. Elena y
Juan Manuel formaron pareja y aunque la familia de ella en un principio
se opuso por la diferencia de edad –él era mayor que ella–, finalmente
aceptaron la relación. Elena se mudó con Juan Manuel, quien ya vivía
solo, a Capital. La familia de él era de San Antonio de Areco, provincia
de Buenos Aires.
Según consta en el legajo de la
Universidad de Morón, Elena rindió su primera materia en 1969 y la
última en diciembre de 1976. El 5 de agosto de 1977, en el Hospital
Alemán de Capital Federal, nació su primer hijo. Lo llamaron Javier
Matías, y si bien a Elena el nombre que más le gustaba era Matías,
agregó Javier para que el niño llevara las mismas iniciales que su
padre. Con el tiempo las tensiones con los Mijalchuk quedaron atrás, al
punto que la pareja se mudó a Caseros con ellos. Al poco tiempo, Elena
volvió a quedar embarazada. Ella misma se lo contó a su madre y a su
hermano Roberto, así como Juan Manuel también se lo había mencionado a
su medio hermano Raúl Venturelli.
Las desapariciones
Al momento del secuestro, Juan Manuel,
Elena y el pequeño Javier Matías, ya vivían en Caseros. Lo último que la
familia supo sobre Juan Manuel fue a través de sus primos Luis Molina y
Domingo Carmelo Graziadio, a principios de diciembre de 1977. Se habían
encontrado con él en un bodegón en la localidad de Valentín Alsina,
ubicado en Rucci y Viamonte, donde se solían reunir. Luego Juan Manuel
le pidió a su primo Domingo que lo acercara hasta Paraná y Panamericana,
zona norte del conurbano. Domingo lo dejó allí pero como lo notaba
preocupado volvió a pasar y vio cómo su primo discutía acaloradamente
con cuatro hombres que lo subieron a una Chevy azul metalizada. Fue la
última vez que lo vio.
Elena se enteró de la situación. Juan
Manuel no aparecía y ella no sabía dónde buscarlo. Hacia fines de
diciembre de 1977, recibió una llamada y después una carta en la que su
marido le indicaba que el 26 de diciembre debía encontrarse con unos
compañeros en Capital Federal. En la víspera, Día de Navidad, Elena
mostró la carta a sus padres y les pidió que la acercaran con su bebé al
lugar. Al día siguiente, tal cual lo convenido, llevaron a Elena y al
pequeño Javier Matías a la cita, en Pampa entre Lugones y Avenida
Figueroa Alcorta, en Núñez. Esa fue la última vez que los vieron.
Las búsquedas
La familia Mijalchuk no conocía a nadie
que les pudiera brindar información. A finales de los 80, tanto ellos
como los Darroux pidieron a la justicia la presunción de fallecimiento.
Pero en mayo de 1999 Roberto Mijalchuk se decidió y denunció la
desaparición de su hermana embarazada, su cuñado y su sobrino. Así se
abrió un nuevo legajo de una mujer embarazada desaparecida en la CONADI y
otros en la CONADEP.
Roberto dejó como contacto un teléfono
de línea que, en estos años, nunca dio de baja, esperando recibir alguna
vez una noticia. Las familias Mijalchuk y Darroux fueron incorporando
sus muestras al Banco Nacional de Datos Genéticos. Abuelas, por su
parte, solicitó a la justicia que se realizaran exhumaciones de
familiares fallecidos para completar la información genética. La última
muestra que se sumó, la de su abuela paterna, Natividad Arelano
Venturelli, junto a la ampliación de los marcadores analizados por el
Banco, permitió la identificación de Matías. A todo esto, los equipos de
la CONADI investigaban infructuosamente las causas de desaparición de
la pareja.
Mientras tanto, un joven con dudas sobre
su identidad se acercó a la filial de Abuelas Córdoba. Él siempre supo
que no era hijo de quienes lo criaron y su expediente de adopción
consignaba que había sido encontrado por una mujer la noche del 27 de
diciembre de 1977. Fue en la intersección de Ramallo y Grecia, a tres
cuadras de la ESMA, cerca de donde esa misma madrugada Elena Mijalchuk
fue vista con su bebé por última vez. Por disposición de la justicia, el
bebé fue entregado en guarda para adopción a un matrimonio, con quienes
se crió en la Ciudad de Buenos Aires. El muchacho se mudó a Córdoba en
1999 y allí inició su búsqueda. Paralelamente, en Abuelas Capital se
habían recibido denuncias sobre un joven presuntamente hijo de
desaparecidos, que fueron incorporadas al caso para su investigación.
El encuentro
Como en todos los casos de personas con
dudas sobre su identidad, Abuelas dio intervención a la CONADI, que
ordenó los estudios genéticos. En octubre de 2016, el Banco informó que
el perfil del hombre coincidía con el de la familia Darroux Mijalchuk,
pero las causas de desaparición de sus padres aún continuaban
indeterminadas. CONADI derivó el caso a la Unidad Fiscal que profundizó
la investigación y luego la presentó ante la justicia federal, donde
hasta hoy se siguen recabando datos y testimonios.
El tío Roberto Mijalchuk recibió el
llamado tan esperado a ese teléfono fijo que nunca había dado de baja.
La CONADI le comunicó que había encontrado a su sobrino y que podían
reunirse. Javier Matías Darroux Mijalchuk conoció su origen y hoy las
Abuelas le damos la bienvenida a esta enorme familia para restituirle su
derecho a la identidad y contribuir a la reconstrucción de su historia.
https://defensoresenlinea.com/abuelas-de-la-plaza-de-mayo-restituyen-al-nieto-130/
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