Publicado en defensores -
Por: Felix Cesario/ poeta, periodista e histórico defensor de ddhh
Fue por aquellos “Tiempos del Terror”, bien lo recordamos, cuando secuestraron y desaparecieron a compañeros y compañeras, con quienes compartí una plática, un puño en alto en una manifestación, la lucha por una Honduras mas digna. Así se me vienen nombres como Tomas Nativí, Fidel Martínez, Roberto Fino, María Ediltrudis Montes, Samuel Pérez, Hilda Rosa Cerrato.
La
memoria nos recuerda que no fue antes ni después, que estos ángeles de
la guarda de las y los desesperados en la huida del pavor, se pararon en
seco desde aquel 30 de noviembre de 1982, ante
el tufo de los emisarios de la muerte. Los ángeles de los pañuelos
blancos nos curaron las heridas del alma, nos equilibraron la psicosis
del miedo, es de hombre y de mujeres luchadoras confesar nuestros
temerarios miedos- y después nos saciaron nuestras soledades de
luchadores y luchadoras para ser colmados de una paz segura y defendidos
ante jueces que siempre eran superiores a la justicia y perros fieles a
los empresarios de la muerte.
Aquellas mujeres que yo conocí, hace apenas 36 años, son las mismas niñas de hoy a quienes se les ve cada primer viernes de mes imponetes, seguras, amorosas musicables, indignadas siguen diciendo las cosas por su nombre “ni olvido ni Perdón” en la Plaza de la Merced contiguo al palacio del deshonor legislativo y, sin decir palabra estan alli, implacables, esperando al padre, al esposo, a la esposa, a la hermana, al hijo del hijo, que “Por orden superior” secuestraron y desaparecieron y mataron.
La
memoria se hace grande, eterna, al recordar a quienes, de alguna manera u
otra, con el arfte, con la denuncia de compañeros y compañeras
periodistas dignos de esa generación que reporteo entre fusiles y
amenazas. Recordará a un Daniel Gonzalez “Jeronímo”, con su guitarra
amparándolas con su trova, una Juana Pavón y de igual manera aún ven y
escuchan al poeta de la ternura declamando ese “Secreto de Estado “.
Ellas
están allí, bajo el agua, bajo el sol, frente a los sarcasmos de las y
los amigos de los asesinos.
Ellas indiferentes están allí, estarán allí,
esperando la respuesta ¿A dónde carajos se llevaron a nuestros desaparecidos y desaparecidas? Seguiremos aquí implacables, junto a ellas, con la puntualidad impávida ante el tiempo.
Porque
permanecen en nuestra memoria seguirá la espera así sea, así será.
Bienaventurados sean los que son perseguidos por el terror, porque en
COFADEH serán protegidos y conservarán su pensamiento, aunque se nos
vaya la vida.
http://defensoresenlinea.com/cofadeh-36-anos-de-memoria-haciendo-historia/
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