Por: Arturo Rendón Pineda
“Algunos diputados que dicen representar los valores de la ciudadanía, hacen caso omiso de la transparencia de sus actuaciones”.
De todos es sabido que desgraciadamente en los tiempos que corren se ha puesto de manifiesto esa forma deshonrosa de traicionar principios, reglas e intereses que afectan a grandes mayorías de electores.
El mundo de las ganancias ilícitas corrompió las mentes de algunos supuestos representantes divorciados de la penosa lucha del pueblo por su supervivencia. Algunos diputados cobran sin pudor en forma desvergonzada por los servicios que prestan a los que se han apoderado fraudulentamente de todos los estamentos que rigen las estructuras legales del Estado. El Congreso debiera ser una instancia delegada por el pueblo en las urnas, no descarada injerencia en los asuntos que atañen al enriquecimiento de las oligarquías ajenas totalmente al bien común.
Es algo
muy común usar tarjetas especiales que se han dado en llamar tarjetas
“pre-pago” para el uso de recargas telefónicas a celulares.. Aunque nos
parezca una comparación un tanto disparatada, en nuestras “sociedades
civilizadas” se pueden comprar servicios “de acompañamiento” a
muchachas por lo general jóvenes agraciadas que cobran por adelantado
sus servicios de alcoba. Tal costumbre normalmente aceptada por
nuestra culta sociedad, los servicios “pre pago” se han puesto muy de
moda hasta entre algunos funcionarios que venden al mejor postor sus
influencias y hasta sus votos en el Congreso como viene ocurriendo
últimamente con algunos diputados.
El
Diccionario de la Real Academia Española recoge dos acepciones del
término tránsfuga: Una, referida a la “persona que huye de una parte a
otra”, y la otra de aplicación a la “persona que pasa de un partido a
otro”. De este modo, la condición personal sine qua non para devenir en
un tránsfuga, consiste en que se apartó de la línea de la decencia por
un pago en efectivo para empeñar sus votos para una causa que no ha
sido la que el pueblo le encomendó; el transfuguismo político se
constituye entonces, en elemento distorsionador del funcionamiento de la
representación política en la que se le eligió y un acto de corrupción y
de traición a los electores que confiaron en ellos.
En los
últimos años está cundiendo la moda en nuestro “avanzado escenario
político” donde vía pre pago se puedan comprar voluntades, votos y
privilegios de algunos diputados para legalizar leyes que favorezcan los
negocios en favor del crimen organizado, no solo del narco negocio
como está ocurriendo en los actuales momentos con el partido de turno,
sino que también para favorecer a las transnacionales y desde luego a
las oligarquías criollas.
El
transfuguismo político,–como se llama este lucrativo negocio— tiene unas
dimensiones negativas, que por su relevancia, repercuten en la
concepción de lo que significa la representación democrática de los
intereses de los gobernados en el contexto de un Estado de derecho. Los
diputados son mandatarios que el pueblo escogió para una
representatividad configurada en las urnas, sobre la base política de la
ideología de un partido, de modo que cuando el Diputado decide
unilateralmente apartarse del bloque parlamentario de su partido bajo
cuyo patrocinio concurrió a la contienda electoral para incorporarse a
otro partido—por dinero–, se produce una traición de aquella
representatividad que lo llevo a ocupar una curul en el Congreso en
representación del pueblo que lo eligió.
Los
diputados, con honrosas y escasas excepciones de la regla, hoy como
ayer, le han perdido el respeto pueblo, hacen escarnio de las masas
empobrecidas según ellos integradas por personas insignificantes,
pueblerinos paupérrimos a quienes se puede engañar, chusmas a las que
engatusan con “bolsas solidarias”, techos de zinc y pisos de cemento que
no son más que espejitos dorados en tiempos de elección comprados con
nuestros propios impuestos para arrancarles el voto con promesas que
jamás cumplirán.
Una vez
instalados nuestros flamantes diputados no solo le dan la espalda a los
electores que confiaron en ellos, sino que como lo han demostrado en
los últimos congresos sin siquiera ruborizarse, actúan en contra del
pueblo que los ergio..-Los seudo representantes del pueblo no han tenido
vergüenza ni se ruborizan frente a su propia deshonestidad. Con esta
acción descarada han dado muestra de total falta de escrúpulos, de la
ética y de lo moral, lo que nos hace cuestionarnos… ¿Quién no se indigna
y siente vergüenza de tener representantes de esta caláña?.
Santa Rosa Copan 6 de Septiembre 2017.
http://criterio.hn/2017/09/06/diputados-pre-pago/
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