lunes, 4 de abril de 2016

Honduras / COPINH en la Caravana: La guerra contra las drogas es una estrategia neoliberal que debe terminar // Necropolítica, narcotráfico y la república mafiosa.

COPINH en la Caravana: La guerra contra las drogas es una estrategia neoliberal que debe terminar
Sábado, 02 Abril 2016 - 12:52 Written by   
pasosdeanimalgrande.com/
El punto de encuentro lleva ese nombre, pero el accionar de la Caravana por la Paz, la Vida y la Justicia dejó de ser una Utopía. En recorrido por Honduras los caravaneros llegaron el 31 de marzo de 2016 a La Esperanza, departamento de Intibucá, para conocer los procesos de lucha y resistencia del pueblo lenca, organizado en el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH).
Cerca de las 12 del mediodía, la caravana ingresó al Centro de capacitación Utopía y se encontraron con la hermandad de un pueblo que ha sufrido la escalada de militarización, saqueo de sus recursos y el asesinato de líderes y lideras, el caso más reciente de Bertha Cáceres y Nelson García.
Pasó un momento rápido para poder compartir alimentos e impresiones entre la caravana y previo a una corta reunión de contextualización de la problemática que vive el COPINH, hubo un momento de espiritualidad para recordar precisamente a “Bertita”, quien encabezó en su momento las primeras reuniones previas al desarrollo de esta caravana, según lo recordó el coordinador de la misma Ted Lewis.Tomás Gómez, Coordinador del COPINH , expuso el panorama a modo general de cómo enfrentan la persecución a causa de su oposición a los proyectos de militarización, propios de la expansión del gobierno estadounidense, misma denuncia que engloba el desarrollo de la caravana.
“Es bien importante por el mensaje principal contra la guerra contra las drogas. Son políticas neoliberales que golpean a los pueblos de tierra adentro y como lencas no estamos alejados de tal realidad, este disfraz solo tiene un objetivo de frenar las resistencias de los pueblos para satisfacer los intereses de las multinacionales extractivas”, aseguró.
El líder lenca mencionó que el aporte de la organización a la caravana es acompañar este mensaje ante las Naciones Unidas para que se frene esta política de expansión de las armas en nuestros países en Centroamérica.
Militarización y criminalización: Realidad a la que se enfrentan a diario
Otra de las voces que compartió experiencias en el encuentro con la caravana fue Laura Zúniga Cáceres, hija de Bertha Cáceres,  y quien desde su liderazgo en la juventud lenca criticó la imposición de las armas para un combate al narcotráfico que no deja los resultados “que nos venden las autoridades”.
Dijo que la militarización para el supuesto combate contra las drogas es lo que afecta directamente a las comunidades, generando desplazamiento , se les persigue y atemoriza y “como COPINH nos hemos enfrentado directamente a esto”.
La criminalización de la juventud a raíz de las drogas, a quienes bajo la lógica de ser quienes consumen y distribuyen, se le persigue y acorrala, incluso con la muerte tal y como lo vienen sufriendo nuestros hermanos garífunas, sostuvo la hija de la lideresa indígena.
En ese sentido, agregó que “hemos hecho un trabajo de empoderamiento de la juventud incorporándola para organizarse en espacios que permitan su defensa y trabajando y de la cultura indígena- lenca como parte de las luchas contra estos dos factores: Estigmatización y criminalización”.
Además hizo énfasis que estas mismas políticas de fortalecimiento de la seguridad en los territorios de los pueblos originarios traen consecuencias severas en el cuerpo  de las mujeres “y por tanto retrocesos en nuestros derechos”.
Una guerra sexista, racista y discriminatoria
atala mexicana DDHH
Atala Chavez- Defensora de Derechos Humanos en México
Existen cuestiones que afectan –de fondo- a los pueblos de la región centroamericana y México producto de esta guerra contra las drogas impulsada por la política armamentista de Estados Unidos como las violaciones a los derechos humanos, relató la mexicana Atala Chávez, defensora de derechos humanos en su país.
Es una política discriminatoria, sexista y racista y es terrible más cuando es la gente del mismo país, que está armada la que te combate y por esto es que se debe dar paso al planteamiento del pueblo garífuna por ejemplo, que las fronteras no debe existir, a nosotros lo que nos une es la tierra, agregó.
“Los países que estamos de Estados Unidos hacia abajo nos  quedamos  con todas las consecuencias negativas de una política de drogas que no alude a la vida, a la salud, al bien común, sino  que al asesinato, al tener precio a una vida para nuestros recursos,  todo tiene precio , y esto no nos lleva a nada”, pormenorizó.
Uno de los mensajes a criterio de Chávez, que debe prevalecer en la caravana y en la sesión espacial de Naciones Unidas el próximo 18 de abril, es que “La guerra es violencia y la política antidrogas nos ha dejado más violencia y en cuanto a las comunidades originarias esta guerra tiene un desprecio hacia su vida y lucha”.
Con respecto al encuentro con el COPINH, Chávez calificó como significativo ya toca muchas fibras y emociones. Comentó que en su país también trabajan en comunidades indígenas y pues de pronto escucharlas acá en cómo defienden su identidad, el rescate de los espacios públicos, escucharlos es muy alentador para el desarrollo de esta caravana.
En México los niveles de violencia son preocupantes durante el combate al narcotráfico, nos deja alrededor de 150 mil  asesinatos y en promedio 25 mil desaparecidos en los últimos ocho años, detalló la defensora de derechos humanos.
La caravana sostuvo este viernes 01 de abril  un encuentro en la ciudad de Gracias Lempira con el Padre Fausto Milla, después partió hacia El Salvador, luego Guatemala, México hasta llegar a New York .

http://www.pasosdeanimalgrande.com/index.php/es/caravana-2016/item/1302-copinh-en-la-caravana-la-guerra-contra-las-drogas-es-una-estrategia-neoliberal-que-debe-terminar

             

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  Necropolítica, narcotráfico y la república mafiosa.

Las 390 masacres y más de 40 mil muertos que se han dado en Honduras a partir del año 2009, demuestran que el país se encuentra en una guerra no declarada, en la que es incierto identificar enemigo o bando alguno.

 A partir del golpe de Estado impulsado por la administración Obama-Clinton, el narcotráfico acabó de apoderarse de Honduras, país que suplantó a Guatemala como la bodega de estupefacientes en Centroamérica.
La costa norte se convirtió en un feudo de los cárteles de la droga, los que fueron apoderándose paulatinamente de enormes franjas de territorio, además de municipalidades y registros de la propiedad.

La utilización de la violencia como una forma de control social y político, es lo que Achille Mbembe, filósofo oriundo del Camerún, denomina necropolítica, pesadilla que se ha sido oficializada en Honduras desde el 2009. Las estadísticas de las muertes son irrefutables, y han colocado a nuestro país deplorablemente como el más violento del planeta.

La fusión entre empresarios, políticos y narcotraficantes, ha dado lugar a lo que se puede denominar la república mafiosa. La endeble cutícula que separaba el crimen organizado de la administración pública se diluyó, al mismo tiempo que las fuerzas de seguridad fueron sucumbiendo ante los cañonazos de millones de dólares surgidos del pingue negocio del trasiego de estupefacientes.

Para el año 2012, la violencia llegó a su más alto nivel, al mismo tiempo que los “nacionalistas” emprendieron la subasta de franjas territoriales del país, bajo el nombre de ciudades modelo. A pesar que las estadísticas maquilladas emitidas por la administración de Juan Orlando Hernández tratan de minimizar el número de homicidios, en lo que va del año se han dado trece masacres y un sinnúmero de asesinatos  selectivos, destinado a mantener la zozobra entre los hondureños.

La farsa de la guerra contra las drogas.
Desde 1971, durante el mandato de Richard Nixon, los Estados Unidos asumió una guerra contra los estupefacientes que se remonta al Acta Harrison (1914), cuando el gobierno federal impuso restricciones a los opiáceos y la cocaína, sustancia que eran ampliamente utilizada en los medicamentos de consumo popular. Con el surgimiento de la contracultura en la década de los años 60 del siglo pasado, se dio inicio a una masificación del consumo de estupefacientes, situación que generó un enorme problema de salud pública al cual se le dio una respuesta militar.

Después de 40 años de guerra, miles de millones de dólares malgastados, las cárceles de Estados Unidos repletas de negros  y latinos; los estupefacientes son de mayor pureza, menor precio y con el agravante del aumento descontrolado de acceso a la  heroína. Estos hechos ponen en cuestionamiento la efectividad de la farsa de la guerra contra las drogas, que en América Latina ha implicado la ocupación militar de territorios en su mayoría indígenas y el desplazamiento de pueblos y comunidades.

El cinco de mayo del año 2012 apareció un artículo en el New York Times, intitulado  “Lecciones de Irak ayudan a Estados Unidos en su guerra contra las drogas en Honduras”. Unos días después helicópteros de la Drug Enforcement Administration (DEA) arremetieron contra un grupo de Miskitos, asesinando cuatro personas, entre ellas dos mujeres en estado de gravidez.

El repentino cambio de actitud de los Estados Unidos en relación al tráfico de drogas, no altero la putrefacción estatal en Honduras. En las elecciones del 2013,
las que fueron alabadas por la OEA y la embajada de Estados Unidos, se perpetró además de un descarado fraude, un asalto del crimen organizado a la gobernabilidad al apoderarse de muchas de las alcaldías del país, las que fueron ocupadas por siniestro personajes.

Para muchos, el contubernio que se ha dado entre la narco política y la estrategia de control imperial de los Estados Unidos, demuestra que realmente el trasfondo de la supuesta guerra contra las drogas va más allá de la supresión del trasiego de estupefacientes y el trasfondo es el control territorial. Basta Pensar en la relación del ex presidente colombiano Alvaro Uribe, señalado por la DEA como aliado de Pablo Escobar y posteriormente convertido en la mano derecha de Washington en Sudamerica.

La Desmilitarización del territorio Garífuna
El asesinato de dos jóvenes Garífunas en la barra de Iriona, acontecido en diciembre de 2015, conllevó a la OFRANEH a demandar una desmilitarización inmediata de nuestro territorio, ya que el ataque perpetrado a un grupo de Garinagus  totalmente inocentes, forma parte de una estrategia para despoblar la costa Garífuna, donde ya de por sí el crimen organizado se apropió de algunas de las municipalidades

El pueblo garífuna está convencido de la urgencia de impulsar nuevas estrategias en la problemática de las drogas, y  reafirmar la importancia de los derechos humanos, haciendo en un enfoque de salud, abandonando la visión militar. Es urgente la desmilitarización de nuestras comunidades, evitando la criminalización de la población, al mismo tiempo que se erradique las estructuras de poder económico y político contaminadas por el narcotráfico, de las cuales las fuerzas de seguridad y agencias extranjeras poseen suficiente información.

Es por eso que nos plegamos a la Caravana por la Paz la Vida y la Justicia, que se encamina hacia Estados Unidos, para hacer escuchar nuestra voz en la reunión de la UNGASS, en las Naciones Unidas, donde los Estados debatirán el futuro de las nuevas estrategias sobre las  drogas, reunión que se llevara a cabo entre los días 19 al 21 de abril próximo.

Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH 
https://ofraneh.wordpress.com/2016/03/29/necropolitica-narcotrafico-y-la-republica-mafiosa/

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