Hace algunas semanas atrás, se
trasladó al país una supuesta comisión de notables que
tenía como propósito establecer las condiciones para el
gran diálogo nacional. Entre los miembros de dicha
comisión se encuentra Jhon Biel del Río, diplomático de
nacionalidad chilena y miembro de la Organización de
Estados Americanos (OEA) enviado para impulsar el
diálogo en Honduras. En su primera visita, se reunió con
miembros representantes del gobierno de Juan Orlando
Hernández, así como los representantes de los partidos
de oposición, Manuel Zelaya Rosales (LIBRE) y Salvador
Nasralla (PAC), de la misma manera con los que se hacen
llamar representantes del movimiento de indignados.
El diálogo
propuesto por la OEA
Si bien es cierto, por medio del
diálogo se puede establecer consensos, siempre y cuando
se reconozcan los delitos cometidos y los actos de
corrupción que históricamente han permanecido en la
impunidad, precisamente porque en Honduras la
institucionalidad del Estado ha permanecido bajo el
control de los grupos empresariales, por cierto, los
verdaderos responsables de los actos de corrupción que
han cercenado y desbaratado las instituciones del
Estado. Situación que les ha permitido enriquecer y
aumentar de forma estrepitosa sus fortunas. Sin el
reconocimiento anterior, difícilmente podrán
establecerse consensos.
Por tal razón, nos oponemos de
forma radical a la propuesta de Nasralla, quien en la
presente semana opinó que se perdone a los que
participaron en el gran latrocinio en contra del IHSS y
que se haga borrón y cuenta nueva, sobre los crímenes
perpetrados por estos sectores no pueden quedar
relegados en el olvido, al contrario, deben ser
castigados con todo el peso de la ley.
Precisamente por la incapacidad y
la falta de voluntad política en seguir el debido
proceso por parte del Ministerio Público y la Corte
Suprema de Justicia en contra de los responsables del
saqueo del Instituto Hondureño de Seguridad Social
(IHSS) y otras instituciones del Estado, es que jóvenes
con un sentimiento de cambio, renovación y
transformación se ven en la necesidad de hacer justicia
por sus propias manos. Este tipo de situaciones no
ocurrirían si la justicia fuera aplicada de forma
correcta, pero los jueces y demás miembros de los
órganos administradores de justicia se encuentran al
servicio del gran capital y de los grupos de poder.
Los intereses
del imperialismo y la oligarquía
Es de recalcar, que la propuesta
de diálogo de la Organización de Estados Americanos
(OEA) se da en un contexto bastante peculiar, por un
lado las intensas movilizaciones en Guatemala que
hicieron sucumbir el gobierno de Otto Pérez Molina, por
estar vinculado a actos de corrupción y de
enriquecimiento ilícito, por otro, movilizaciones
multitudinarias por parte del movimiento de los
indignados en Honduras. Dichos fenómenos sociales, no
dejan de preocupar al imperialismo norteamericano y sus
instituciones, razón que les obliga a diseñar
estrategias para contener el amplio movimiento social
que desestabiliza su zona de control hegemónico.
Por cierto que el diálogo ha sido
una táctica fundamental, empleada en diversas ocasiones
bajo la finalidad de contener y descompresionar
movimientos de transformación social, de la misma manera
que lo hicieron durante la lucha contra el golpe de
Estado, favoreciendo ampliamente al imperialismo y a la
burguesía hondureña para echar andar sus planes de
gobierno y control.
Lo cierto es, que la segunda
visita de Biel del Río y del resto de comisionados
desnudó por completo los intereses del imperialismo
norteamericano y del gobierno de Juan Orlando, por
cierto, fiel aliado de los Estados Unidos y del gobierno
de Barack Obama, por cumplir a cabalidad los planes de
ajuste y de miseria impuestos por el Fondo Monetario
Internacional (FMI). No es parte de los intereses
imperiales impulsar la creación de la Comisión
Internacional Contra la Impunidad en Honduras (CICIH),
sino más bien impulsar la propuesta de JOH, por cierto
elogiado por el propio embajador de los Estados Unidos
en Honduras, una vez fue entregado dicho proyecto en la
sede de la Embajada en la ciudad de Tegucigalpa.
Definir una
estrategia de lucha
La razón es concreta, Juan
Orlando y el grupo de corruptos que representa no
pretenden que se les impulse ningún proceso a
posteriori, por ello ha negociado con los Estados Unidos
instalar el Sistema Integral Hondureño de Combate a la
Impunidad, institución contralada por el mismo gobierno,
y no un ente externo que supervise los actos de
corrupción e impunidad en el país.
Desde el PSOCA hacemos un llamado
a los trabajadores públicos, gremios, sindicatos,
centrales y federaciones obreras y a la militancia del
FNRP a construir una estrategia de lucha que conlleve a
la caída de JOH: exigir el cese de la impunidad, la
destitución del Fiscal General y adjunto, así como el
todos aquellos magistrados y altos funcionarios
vinculados a las redes de corrupción. Organizar un Paro
Nacional desde los sindicatos y organizaciones
campesinas, estudiantiles y populares. Exigimos cárcel a
los corruptos y la inmediata expropiación de los bienes
que han sido adquiridos con fondos públicos, y que estos
bienes sean puestos al servicio de un comité conformado
por obreros y campesinos.
Fuente: desde Red FIAN-Honduras; www.elsoca.org .
@elsocca
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