06 de Abril 2015 - 06:09 Am.
La
asistencia de Cuba a la VII Cumbre de las Américas ratificará la
ruptura total que la isla mantiene con respecto a la Organización de
Estados Americanos (OEA), la cual funge hoy como eje del sistema de esas
citas presidenciales.
Fuentes
de la cancillería cubana insistieron en los últimos días en que la
participación de su país en la reunión de Panamá (10 y 11 de abril) está
“desasociada” del proyectado documento final titulado Mandatos para la
acción.
Este
texto fue elaborado por el llamado Grupo de revisión e implementación
de las cumbres, perteneciente a la OEA, institución que también decide
sobre las acreditaciones para el encuentro, en particular de varios de
los foros paralelos al debate de los jefes de Estado.
La
presencia de Cuba en Panamá estará encabezada por el presidente, Raúl
Castro, y se producirá por invitación del gobierno istmeño, con plenos
derechos y en igualdad de condiciones.
Con vistas a la celebración de la cumbre, el mandatario cubano precisó que su país no volverá jamás a integrar la OEA, considerada por La Habana como un ministerio de colonias a las órdenes de Estados Unidos.
La
mayor de las Antillas fue excluida de ese mecanismo regional en 1962 a
instancias de Washington y sus incondicionales de aquella época, con la
excepción de México, y también fue aislada del sistema de las cumbres
continentales desde su comienzo en 1994.
Sin
embargo, el creciente avance de gobiernos progresistas en América
Latina y el Caribe en la última década desató una ola de reclamos en la
región a favor de la asistencia de Cuba a las Cumbres de Las Américas.
Ese
clamor obligó a la OEA en 2009 a dejar sin efecto la vetusta resolución
que en 1962 separó a la isla de esa organización, ocasión en que La
Habana ratificó su permanente y absoluto rechazo a un eventual retorno.
Los
representantes del país caribeño también participarán en los cuatro
foros paralelos al cónclave presidencial: social, juvenil, empresarial y
de rectores universitarios.
Según se confirmó, la
OEA otorgó credenciales a personajes de distintos grupúsculos
antigubernamentales cubanos y venezolanos financiados por Estados Unidos
e insertados por Washington y la OEA como parte de la denominada
sociedad civil.
Hasta
ahora hay alrededor de una veintena de contrarrevolucionarios cubanos
(residentes en Cuba y fuera de ella y financiados desde el extranjero)
autorizados a participar en el foro social y no se descarta la inclusión
de otros dentro de varias Organizaciones No Gubernamentales
norteamericanas contrarias a la isla caribeña.
Sin
embargo, agrupaciones como el Movimiento Independentista Nacional
Hostosiano de Puerto Rico, que trabaja por la independencia de esa isla
caribeña asociada a Estados Unidos, y otras ambientalistas, sindicales y
de una amplia gama de perfiles no recibieron el visto bueno de la OEA.
Con
esa misma línea de maniobra, también fueron acreditados varios
personajes de clara oposición a la sociedad cubana para asistir el foro
juvenil, al igual que emisarios de conocidas agrupaciones de derecha de
otros países.
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