Por Dina Meza *
El inciso cinco de la Declaración de Principios de Libertad de Expresión, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, señala que: “La censura previa, interferencia o presión directa o indirecta sobre cualquier expresión, opinión o información difundida a través de cualquier medio de comunicación oral, escrito, artístico, visual o electrónico, debe estar prohibida por la ley. Las restricciones en la circulación libre de ideas y opiniones, como así también la imposición arbitraria de información y la creación de obstáculos al libre flujo informativo, violan el derecho a la libertad de expresión.”
Sin embargo
en Honduras es una utopía, es parte de las estrategias estatales para negar
información a los periodistas que no escriben a favor del gobierno de turno.
Me encontré
a finales del año pasado en un portón que contenía un enorme candado en la
puerta de acceso al Congreso Nacional, allí estaban tres periodistas que no
podían entrar porque les negaron el paso. Les pregunté por qué no entran? y me
respondieron “es que no somos del agrado del actual presidente del Congreso
Nacional y lo que hacemos es que nos colocamos acá cerquita para ver si
pescamos alguna información.”
Pero eso no
solamente ocurre allí en el Parlamento, la situación se repite en otras fuentes
informativas como en la casa de gobierno, el Ministerio Público y otros entes,
donde los funcionarios se creen con el derecho de reservarse la información a
pesar que tienen la obligación de ponerla a la vista.
Con la
llegada del actual presidente de la república Juan Orlando Hernández, muchas
fuentes están cerradas a los periodistas críticos, igual sucede en las afueras
de la ciudad en los gobiernos locales donde hay alcaldes que no toleran ni una
tan sola voz que exprese una opinión contraria a la que quieren escuchar.
El año
pasado el periodista Ernesto Gálvez tuvo que enfrentar una querella de una
alcaldesa del municipio de La Paz, el comunicador escribió en su muro de
facebook que un puente era muy costoso, la mujer a la que ni siquiera mencionó
el periodista se molestó de tal manera que abrió un juicio a través de una
querella por difamación contra Gálvez, utilizando los recursos locales llevó al
abogado de la municipalidad para que la representara.
Los y las
periodistas que critican la forma cómo las autoridades llevan a cabo su
gestión, sencillamente que se atengan a las consecuencias. La alcaldesa que
mencioné arriba se da a la tarea de perseguir al periodista Gálvez y cada vez
que lo ve entrevistando a alguien llega para decirles a las personas que no le
den opiniones.
De lo que se
trata es de forzar una buena imagen gubernamental , todo el mundo debe hablar
en sintonía con el discurso desde el poder, pretendiendo homogenizar la
información de tal manera que cuando se mueve una voz en distinta dirección
vienen las consecuencias.
Cesar Silva
es un periodista muy crítico, tiene un programa de televisión que se llama
Vanguardia, las amenazas que pesan contra él de forma diaria son de distintas
formas hasta se suman las multas de policías cuando encuentran que se estaciona
en su vehículo y aunque no lo hace en forma ilegal, debe pagar multas
constantes hasta 100 veces más que un ciudadano común y corriente.
A César se
le está vedado entrar al Congreso Nacional y al Ejecutivo, no tiene acceso a
esas fuentes, pero ante quién denuncio se preguntó, nadie responde. La censura
se extiende también a medios de comunicación. El estigma es tal que hasta otros
periodistas se cuidan de que no les vean platicar con los estigmatizados.
Pen
Internacional en su informe al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas, en septiembre de 2014 señaló que “Los últimos cuatro años se ha
producido una disminución de la transparencia pública y una regresión hacia una
cultura del secreto, con acceso a las fuentes oficiales cada vez más
restringido….”, el informe es un aporte para el Examen Periódico Universal,
EPU, de Honduras, el cual se llevará a cabo en mayo próximo.
Lo
preocupante es que esta situación se ve tan normal que los periodistas la
asumen y se resignan a soportar cuatro años de cualquier gobierno que se le
ocurra cerrarles las puertas para que puedan tener acceso a la información.
El problema
es que no solamente los periodistas se quedan sin acceso a las fuentes sino que
la otra gran perdedora es la sociedad en su conjunto que no tendrá oportunidad
de tener dicha información que es vital para la toma de conciencia y de
decisiones.
Creo que mientras no se sientan precedentes contra los
funcionarios que niegan el acceso a las fuentes y por ende a la información,
las cosas seguirán como están, es necesario actuar tanto desde los periodistas
como desde la sociedad.
Fuente: Versión español e inglés:
http://www.sampsoniaway.org/fearless-ink/2015/03/19/el-cierre-de-las-fuentes-y-el-acceso-a-la-informacion-en-honduras/
*Dina Meza:
Periodista y Defensora de Derechos Humanos
Presidenta de Pen Honduras
Premio Libertad de Expresion 2014 (http://www.pen-international.org/newsitems/the-winners-of-the-2014-oxfam-novibpen-international-free-expression-award-announced/)
*Dina Meza:
Periodista y Defensora de Derechos Humanos
Presidenta de Pen Honduras
Premio Libertad de Expresion 2014 (http://www.pen-international.org/newsitems/the-winners-of-the-2014-oxfam-novibpen-international-free-expression-award-announced/)
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