Las instalaciones de Cure International Honduras, ubicadas en
el sector Rivera Hernández, permanecen cerrada resguardada por dos
vigilantes.
Tiempo.hn / San Pedro Sula, Honduras
Por falta de apoyo del gobierno y por la inseguridad que vive el país,
el Hospital Ortopédico Cure Internacional Honduras, será cerrado a
partir del próximo año y lo que resta de éste solamente atenderán las
citas que están pendientes.
El hospital de ortopedia pediátrica ubicado en el sector Rivera
Hernández y que funciona desde 2009 y cuya inversión es de
aproximadamente 40 millones de dólares en equipo y en infraestructura,
brinda atención medica gratuita a niño
s con discapacidades físicas y
cuyos padres no pueden pagar los gastos en un centro medico privado.
El centro hospitalario Cure Internacional cuenta con tres ortopedas de
los cuales dos son hondureños y un norteamericano que atienden a los
cientos de pacientes que llegan con problemas deformación. La
administradora del hospital, Grace Zablah, explicó que debido a la
inseguridad y el poco apoyo de las autoridades gubernamentales el
próximo año dejara de funcionar el hospital y solamente se quedarán con
los programas de pie equino e hidrocefalia.
Zablah expresó que este año los médicos solamente trabajarán con los
niños que ya tienen citas previas, aunque no especificó la cifra. Eso sí
no atenderán nuevos pacientes. La administradora manifestó que parte
del equipo del hospital será trasladado a Republica Dominicana donde
también cuentan con un centro medico de esta misma organización.
CONVENIO
Uno de los fundadores del hospital, quien no quiso dar su nombre, expresó que la organización firmó un convenio con el gobierno central el cual estaría desembolsando aproximadamente cuatro millones de lempiras anual para el mantenimiento y pago de salarios de los empleados del hospital.
Uno de los fundadores del hospital, quien no quiso dar su nombre, expresó que la organización firmó un convenio con el gobierno central el cual estaría desembolsando aproximadamente cuatro millones de lempiras anual para el mantenimiento y pago de salarios de los empleados del hospital.
Agregó que solo un año el gobierno cumplió con el total de los fondos
después solamente le entregaban una parte de la ayuda hasta que dejaron
de transferir el dinero al hospital. En el hospital se realizaban
aproximadamente diez operaciones semanales y de manera gratuita cuando
en un centro médico privado le cuesta al paciente entre 25 mil a 50 mil
lempiras, dependiendo el caso.
MORA QUIRURGICA
Por su parte, el director del hospital Mario Rivas, Juan Carlos Argueta, expresó que “en los últimos meses hemos tenido un aumento grande en la atención en el área de ortopedia pediátrica sobre todo de los pacientes que tiene deformidades”.
Por su parte, el director del hospital Mario Rivas, Juan Carlos Argueta, expresó que “en los últimos meses hemos tenido un aumento grande en la atención en el área de ortopedia pediátrica sobre todo de los pacientes que tiene deformidades”.
Agregó que con el cierre del hospital Cure International viene aumentar
la mora quirúrgica ya que ahí lo que hacían era operar deformidades y
cada paciente necesita entre 3 y 4 cirugía por su patología y ahora
vienen al Mario Rivas para recibir la atención medica requerida. Argueta
manifestó que la mora quirúrgica en el área de ortopedia pediátrica es
de hasta seis meses lo que equivale a unos cuarenta pacientes que están a
la espera de ser operados.
“Es urgente la necesidad de un hospital ortopédico y es lamentable que
el Cure International haya cerrado porque ayudaba bastante a muchos
niños de escasos recursos económicos”, dijo Argueta.
CIFRAS
4,500
Pacientes atienden anualmente, según la página web de Cure Internacional Honduras.
4,500
Pacientes atienden anualmente, según la página web de Cure Internacional Honduras.
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Desidia gubernamental estaría causando hasta la muerte de pacientes
Los recortes presupuestarios están poniendo en jaque al sistema sanitario de nacional. La precariedad en los centros asistenciales pone en riesgo la vida de los pacientes que a diario demandan los servicios de salud. Revistazo ha visitado hospitales públicos en el sur, norte y oriente del país y ha podido comprobar el estado de abandono en el que se encuentran. Desabastecimiento de medicinas y de material quirúrgico, inseguridad y falta de higiene que denotan que la indolencia gubernamental está impidiendo a la población el acceso a una atención médica de calidad.
La doctora Miriam Ocles forma
parte del departamento de epidemiología del hospital Gabriela Alvarado, de
Danlí, departamento de El Paraíso, un centro que atiende a pacientes que llegan
desde distintos municipios de la zona oriental. Nos explica que el hospital no
cuenta con medicinas, materiales de cirugía y de limpieza, hilos, guantes, ropa
de cama y combustible para las ambulancias.
El centro asistencial
tampoco mantiene en su haber los reactivos necesarios para los exámenes
que requieren los pacientes, situación que se agrava cuando la falta de un
sistema de climatización provoca pérdida de medicamentos. Cajas enteras
de penicristalina, acetaminofén, setexona, gentamicina y amikacina, han
sido afectadas por el calor. “La farmacia y el almacén son un horno y
todos los medicamentos se están dañando, los botes se revientan”, dijo la
doctora Melissa Chacón, encargada de la farmacia del hospital, quien
explicó que las medicinas cambian de color y presentan sedimentación anormal,
situación que ha obligado a las autoridades a desechar buena cantidad de
productos.
El
almacén está ubicado en un reducido espacio y con un ambiente infernal carece
de las condiciones mínimas para el almacenaje de las medicinas. Allí,
lotes completos de medicamento permanecen estibados en el suelo y sin ninguna
protección. La falta de condiciones ambientales también provoca descomposición
de los fármacos.
Para la
doctora Rubí Pérez, del departamento de epidemiología la sala de
ginecología, una de las principales áreas del centro asistencial se encuentra
colapsada. La carencia de material quirúrgico obliga a las pacientes a incurrir
en gastos que no deberían. Cada parto requiere la utilización de 8 pares
de guantes y de 3 catéteres, según informó Lesly Moreno, enfermera profesional
en servicio social. A este hospital diariamente llega a parir un promedio de 25
mujeres.
El
personal tampoco es suficiente para la demanda de salud que debe enfrentar el
hospital, situación que ha ocasionado hasta la muerte de pacientes. El gestor
de calidad, doctor Ramón Pérez, nos explica que en abril de 2013 falleció
Suyapa Aguilar, una mujer que llegó a parir y que por falta de atención especializada
murió a causa de hemorragia post parto. El doctor explicó que la única
ginecóloga que se encontraba en el hospital estaba en el quirófano
haciendo una operación que no podía descuidar. La intervención duró
aproximadamente una hora y media y cuando salió, Suyapa había fallecido.
Nadie en el hospital se atreve a dar explicaciones de la verdadera causa de la muerte de Suyapa. El expediente se limita a informar sobre la hemorragia, los medicamentos aplicados y un legrado que le practicó el personal médico. Empleados del centro asistencial aseguran que los parientes de Suyapa se opusieron a que el Ministerio Público hiciera la correspondiente autopsia y que por tal razón no se pudo determinar la verdadera causa de su fallecimiento.
Hospital del Sur
El
Hospital Regional del Sur, ubicado en Choluteca, también se enfrenta a
dificultades en su capacidad de atención por falta de presupuesto. Para el
presidente del Sindicato de Trabajadores de la Medicina, Hospitales y
Similares (SITRAMEDYS), Nelson Cruz, la situación es
preocupante porque los pacientes que en su mayoría provienen de familias
pobres, regresan a sus casas con una receta, pero sin medicinas.
Mantiene, además, que en el centro asistencial no hay reactivos, placas de rayos
x, insumos, material quirúrgico ni combustible para las ambulancias. Los
pacientes que por alguna razón requieren ser trasladados a Tegucigalpa se ven
obligados a cancelar facturas de 1,100 y 1,400 lempiras de gasolina cuando
anteriormente solo pagaban 300 lempiras. “Hay pacientes que llegan con solo el
pasaje y se enferman más cuando les dicen que deben pagar esas cantidades”
afirmó Cruz.
Para el
doctor José Adolfo Ortega, director del centro hospitalario, esta crítica
situación se debe al recorte en el presupuesto que actualmente asciende a 170
millones de lempiras. Aunque la demanda de atenciones ha crecido en los últimos
años, le personal se ha reducido sustancialmente. Un total de 66 plazas de
enfermeras auxiliares cesanteadas fueron congeladas por las autoridades.
Actualmente 200 empleados permanentes y una cantidad similar por contrato
se vuelven insuficientes para atender a la población que llegan de los
departamentos de Choluteca, Francisco Morazán y El Paraíso. Salas como la de
patología donde mensualmente llegan 1405 pacientes solo cuentan con dos
enfermeras auxiliares, informó Sayda Ordoñez, jefa de enfermería.
A la falta de personal médico
y de enfermería también se aúnan las dificultades que se derivan de la
privatización de los servicios de limpieza. Hace varios años que la Secretaría
de Salud canceló al personal de aseo con que contaba y contrató a la compañía
de limpieza (Codelex) para la higiene del hospital. La Dirigencia del
SITRAMEDYS y el director del centro hospitalario aseguran que esta compañía no
cumple con los preceptos del contrato. Al inicio la compañía asignó a 40
hombres y mujeres que se encargarían de mantener aseadas las instalaciones y
del manejo de los desechos, pero en la actualidad solo mantiene entre 15 y 20
trabajadores.
Hospital de El Progreso
“El problema más serio que
tenemos es la falta de material y equipo médico quirúrgico”, dijo Julio
Nolasco, director del Hospital de El Progreso, ubicado en la norteña
ciudad de El Progreso Yoro. Este hospital vive una tremenda crisis derivada
del mal estado del equipo de rayos x, máquinas lavadoras y el aparato de
ultrasonido, entre otros.
Similar a lo que ocurre en el
resto de hospitales, este centro asistencial carece de ropa, guantes, suturas,
sueros, gasas y demás materiales de cirugía, que deben ser comprados por los
pacientes. El centro hospitalario atiende un promedio de 380 operaciones al mes
de las cuales 250 corresponden a cirugías por maternidad.
La falta de higiene y de
seguridad son también problemas que afectan a los pacientes y al personal que
labora en el hospital. En su afán de privatizar los servicios públicos, el
gobierno contrató la empresa de servicios de seguridad lempira (SERSEL)
para la vigilancia y la compañía de servicios Múltiples (SERMUSA) para la limpieza,
empresas que en lugar de beneficiar han causado problemas en la institución.
La violación de los derechos
laborales de parte de estas empresas ha ocasionado huelgas de brazos caídos
dejando descubierta la vigilancia y de limpieza del centro asistencial.
Revistazo conoció que unos 40 empleados de SERMUSA llevan 10 meses sin
recibir salarios. A ellos tampoco les han cancelado el bono escolar, aguinaldo
y catorceavo mes.
Una fuente que por temor a
represalias pidió anonimato dijo a Revistazo que SERSEL tampoco se ha quedado
atrás con el retraso de salarios, situación que no solo afecta a los vigilantes
sino también a los pacientes y al personal que labora en la institución.
Indicó que cuando los guardias se declaran en huelga, dejan libre
la entrada al hospital poniendo en riesgo la seguridad del personal. “Aquí en
los pasillos han asaltado a la gente y les han robado sus celulares y el otro
día hasta a un médico le quitaron una tablet que andaba en la mano”, reveló
esta fuente protegida.
Las dos
empresas encargadas de la limpieza y la vigilancia han notificado a sus
empleados que el retardo en sus salarios se debe a la falta de pago por parte
del gobierno. Sin embargo, el director del hospital desmintió esa versión
asegurando que la administradora de la Secretaría de Salud, Soad Orosco, le
comunicó que el Estado no tiene cuentas pendientes con ninguna de las
compañías.
El
hospital de El Progreso mantiene un presupuesto de 133 millones de lempiras que
no alcanzan a cubrir todas sus necesidades. El 90% del dinero es ejecutado a
nivel central. El resto es utilizado en la administración para la compra de
alimentos, insumos de limpieza y para gastos de mantenimiento.
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