domingo, 7 de julio de 2013

Embajador US en Austria fue el autor de la falsa noticia // Más de cien países de la ONU condenan el "secuestro" de Evo Morales

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ATILIO A. BORON El periódico austríaco Die Presse aseguró que el embajador de Estados Unidos en Austria fue quien comunicó la falsa noticia de que el topo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés) Edward Snowden se encontraba a bordo del avión del presidente boliviano Evo Morales. En una noticia publicada en la edición del 3 de julio de ese diario se afirma que poco después que aterrizara el avión de Morales “el Ministerio de Asuntos Exteriores de Viena recibió una llamada telefónica”. 
Quien llamó no era otro que el embajador de Estados Unidos en Austria, William Eacho. Según Die Presse éste “afirmó gran certidumbre de que Edward Snowden estaba a bordo del avión boliviano.”
Eacho también hizo mención a “una nota diplomática solicitando la extradición de Edward Snowden”. Se despejan así las dudas que habían rodeado las enigmáticas declaraciones de José Manuel García-Margallo, ministro de Asuntos Exteriores de España, quien había dicho que “las reacciones de los países europeos” de bloquear el vuelo de Evo Morales se produjeron porque “nos dijeron que [los datos] estaban claros.” García-Margallo se negó a revelar quiénes les habían proporcionado esos datos. Ahora lo sabemos.[1]
El presidente Barack Obama había designado a Eacho como embajador de Estados Unidos en Austria en Junio de 2009, pese a que carecía por completo de experiencia diplomática. Era el CEO de una gran empresa de desarrollos inmobiliarios, el Carlton Capital Group –que, además, administra varios fondos buitre– y vicepresidente de Alliant Foodservice Corporation, una empresa de servicios de distribución de comidas. Sin embargo, su rotundo analfabetismo diplomático se compensaba con los méritos que cosechó al ser uno de los principales recaudadores de fondos (fundraisers) de la campaña presidencial de Obama. Una vez instalado en la Casa Blanca, el insólito Premio Nobel de la Paz lo recompensó enviándolo a Viena, sea para hacer negocios o para disfrutar del esplendor de esa magnífica ciudad centroeuropea.
Todo este incidente revela varias cosas: primero, que quien estuvo detrás de esta gravísima violación a las reglas formales e informales de la diplomacia que rigen las relaciones entre las naciones fue el Gobierno de Estados Unidos; segundo, que los servicios secretos de los países europeos demostraron una incompetencia fenomenal, al producir un incidente gravísimo, y de serias consecuencias diplomáticas y políticas, a partir de una increíble impericia en sus actividades de inteligencia que “compraron” la versión, no menos inepta, propalada por los servicios norteamericanos. Se les pasó por alto, por ejemplo, que el avión de Evo Morales nunca estuvo en el aeropuerto de Moscú donde se encontraba Edward Snowden “en tránsito” desde hacía una semana. El presidente boliviano partió desde el aeropuerto Vnukovo, que se encuentra a 43 kilómetros de distancia. ¿Cómo podría haberse trasladado, sin que nadie de los numerosos servicios que seguramente deben estar saturando todas las puertas y salidas del aeropuerto moscovita lo hubiera notado? Tercero, que los gobiernos europeos son marionetas manejadas a voluntad por la Casa Blanca. A pesar de sus altisonantes declaraciones y sus alusiones a los más elevados principios humanistas producidos por la ilustración europea, se trata de gobiernos genuflexos y corruptos, que han dado repetidas muestras de una rotunda incapacidad para negarse a perpetrar cualquier crimen o delito que les ordene Estados Unidos. Un solo ejemplo basta: detuvieron y secuestraron el avión presidencial boliviano –a quien antes habían autorizado a despegar desde Rusia pese a que luego, en pleno vuelo, le denegaron ese permiso– poniendo en riesgo la vida de Evo Morales y sus acompañantes, pero apoyaron logísticamente los numerosos vuelos secretos de la CIA que transportaban sospechosos hacia países donde podían ser torturados y asesinados con total impunidad y que, para llegar a destino, necesitaban reaprovisionarse en aeropuertos europeos. Cuarto y último: resaltar los esfuerzos que hace Washington para desviar el eje de la discusión en el affaire Snowden: el crimen no es espiar masivamente a ciudadanos y gobiernos de países amigos, o a agencias noticiosas como la Associated Press; o violar la privacidad de unos y otros; o transgredir las normas y leyes que protegen los derechos y libertades individuales. El crimen es revelar estos crímenes, darlos a conocer, alertar a la sociedad de que estamos bajo un poder omnímodo, irresponsable e inmoral que se autodenomina democrático y respetuoso de la ley, pero que es exactamente lo contrario. Lo que no se le perdona a Edward Snowden –como tampoco a Julian Assange o al soldado Bradley Manning, por el asunto WikiLeaks– es haber demostrado que quienes ocupan la Casa Blanca no son otra cosa que una gavilla de perversos impostores que en nombre de la libertad están conduciendo a su país, y al mundo, hacia un siniestro totalitarismo de nuevo tipo. Por eso merece universal reconocimiento y gratitud el asilo que por razones humanitarias el presidente Rafael Correa le concedió a Julian Assange en la Embajada ecuatoriana en Londres, así como la reciente decisión del presidente Nicolás Maduro de hacer lo propio con Edward Snowden. Preservar a estos hombres que con valentía se atrevieron a revelar los secretos más inconfesables del poder imperialista honra tanto a ellos como a los gobiernos que asumen la responsabilidad de protegerlos, sabedores de los costos que acarrea el hecho de prestar tan noble servicio a la humanidad.
ATILIO A. BORÓN

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Más de cien países de la ONU condenan el "secuestro" de Evo Morales

Publicado: 7 julio 2013 | 2:13 GMT Última actualización: 7 julio 2013 | 2:13 GMT



AFP / RT


El embajador de Bolivia ante la ONU, Sacha Llorenti Soliz, anunció que más de cien países integrantes del organismo internacional muestran su rechazo al atentado contra el presidente boliviano, Evo Morales, por parte de varios países europeos.



La Misión de Bolivia ante la ONU movilizó a más de cien países de la organización internacional en relación con el cierre del espacio aéreo al avión presidencial de Morales. Llorenti subrayó que el caso despertó una "preocupación generalizada".

El diplomático boliviano enfatizó que "el atentado sufrido" por Morales mostró cómo se viola el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que prevé garantizar el derecho a la vida y a la seguridad.

Además se denunció la violación de la Convención de Viena sobre Inmunidad Diplomática, así como de la Convención de Nueva York, que califica a los presidentes de países como personas protegidas en cualquier estado del mundo.

"Estamos seguros de que si se hubiera tratado del avión presidencial de Barack Obama probablemente el secretario general (de la ONU) personalmente hubiera hecho algunas gestiones, no ha sido ese el caso", lamentó Llorenti.

Anteriormente el embajador de Bolivia ante la ONU declaró que su país no tiene ninguna duda de que la orden de cerrar el espacio aéreo europeo al avión presidencial provenía de EE.UU. Al mismo tiempo recalcó que Bolivia exigirá una reacción del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, sobre lo sucedido con el avión de Morales en Europa.

El 2 de julio el avión del presidente de Bolivia realizó un aterrizaje de emergencia en Austria después de que le negaran sobrevolar Francia, Portugal, España e Italia por rumores de que Snowden estaba a bordo. La aeronave presidencial continuó al fin su recorrido después de que España le permitiera sobrevolar y reabastecerse en las islas Canarias. América Latina condenó fuertemente el cierre del espacio aéreo europeo al avión del mandatario boliviano y exigió disculpas por el incidente.

               

                                                    
                                                    

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