martes, 4 de junio de 2013

HONDURAS: ENTRE LA MENTIRA HISTÓRICA Y LA ESPERANZA NECESARIA

Los últimos 30 años de gobierno bipartidista, han reproducido la historia de corrupción e impunidad a la que siempre estuvo sometido el pueblo hondureño. Las crisis que el mismo bipartidismo ha generado, las ha sorteado con tenues y mentirosas reformas que enseguida muestran la misma crisis a un nivel más alto, como sucede hoy día con los altísimos indicies de inseguridad, corrupción e impunidad que sufrimos.
El descontento social producido por la impunidad de muchos crímenes en la década de los 80tas, especialmente la corrupción y violaciones a derechos humanos cometidas por funcionarios públicos, policías y militares; provocó la reforma de los 90tas que, entre otros cambios produjo la creación del Ministerio Público,   El Comisionado Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos como instancias estatales defensoras de las víctimas del abuso y la impunidad del poder político y militar-policial. Además, la policía dejó de ser una dependencia de las Fuerzas Armadas.



Al fracaso o insuficiencia de la reforma de los 90tas y ante el malestar de la ciudadanía, siguieron las reformas de principio de siglo a través de la cual, al menos, se creó un nuevo código para enjuiciar a los criminales, se modificó la conformación y los mecanismos de selección de los magistrados del poder judicial y se dio participación a la sociedad civil en la selección de las autoridades que dirigen las instituciones del sector justicia,  todo bajo el supuesto propósito de despolitizar, trasparentar y volver más eficiente el sistema de justicia.
La segunda década del siglo XXI muestra un ascenso estrepitoso de la crisis, alimentada seguramente por los efectos del golpe de Estado de 2009, ante la cual se acude al redundante expediente de la reforma, creando instituciones como la Secretaría de Derechos Humanos, el Consejo de la Judicatura e             inicia el publicitado proceso de depuración de La Policía, la Corte Suprema de Justicia y se dispone la intervención del Ministerio Público a la que actualmente está sometido.

El altísimo nivel de indefensión e impotencia que vive la ciudadanía hondureña conduce a respaldar iniciativas que representan alguna opción o esperanza de cambio; por eso en el MADJ, en el marco de las posturas sostenidas desde la Coalición Contra la Impunidad, hemos mostrado un respaldo crítico a la Junta Interventora del Ministerio Público y nos genera alguna esperanza cuando se nombra en puestos de alguna importancia, a fiscales de reconocido compromiso y ejecutorias en favor de la sociedad hondureña.

Sin embargo, la intervención al Ministerio Público ha sido dispuesta por el mismo bipartidismo causante de la crisis de corrupción, inseguridad e impunidad que siempre hemos padecido; los miembros de la Junta Interventora, más allá de la reconocida competencia técnica de algunas de sus integrantes, también son de reconocida cercanía cachureca y liberal; también, una vez más es visible la participación de la embajada de los Estados Unidos en estas iniciativas.  Por esa razón,  la sociedad hondureña tiene derecho a dudar y asumir que la intervención al MP y todas las reformas que ahora se están procurando en el sistema de seguridad y justicia son parte de la estrategia de oxigenación del moribundo bipartidismo que terminará profundizando la histórica crisis de corrupción e impunidad a la que nos han sometido. Ojalá estemos equivocados.

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