Rebanadas de
Realidad - Ciudad de Guatemala,
18/06/13.- Cuando suceden hechos macabros como
la masacre de agentes policiacos en Salcajá, se siente la impotencia
frente a la capacidad operativa de miembros del crimen organizado, pues si
el Estado no es capaz de garantizar la vida de sus propios agentes o de
desplegar inmediatamente una fuerza que persiga y cerque a los criminales,
qué se puede esperar cuando un humilde piloto o un líder comunitario es
atacado a balazos.
Nada, absolutamente nada.
Nuevamente, se enluta
a varias familias de policías que arriesgaban su vida por un salario que
apenas les alcanzaba para cubrir parte de la canasta básica, pues de
plano, tampoco tenían un seguro de vida que garantice la subsistencia de
la familia y el estudio de los hijos que hoy se quedan abandonados a su
suerte, pues los agentes siempre han sido los olvidados en los
presupuestos de seguridad.
El Gobierno no puede
aducir que carece de información, pues han hecho alarde del desarrollo y
perfeccionamiento de la inteligencia para combatir al crimen organizado,
pero parece que esa inteligencia está volcada más al control ciudadano y
de las organizaciones sociales, de derechos humanos y ambientalistas, y
que sea por eso que los Estados de Excepción se centran en las áreas
conflictivas, y lo mismo sucede con los ataques, órdenes de captura y la
muerte de líderes sindicales y comunales.
El Gobierno no puede
negar que posee un informe bastante completo de las organizaciones
criminales del país que señala, con pelos y señales, las regiones donde se
mueven y los nombres de sus principales dirigentes, y sabe perfectamente
que, entre ellos, hay terratenientes, empresarios, políticos, alcaldes y
exalcaldes, pero que según parece, han hecho más uso del análisis que
tienen de las organizaciones sociales en zonas en conflicto y por eso es
la persecución y la presencia de policías y militares, combatiendo a
quienes ellos llaman “terroristas”, y no a quienes realmente lo son, pues
los Zetas han paseado libremente, sembrando la muerte en diversas regiones
del país, especialmente por el Petén y zonas fronterizas, lo que
representa una muestra palpable que las fuerzas de seguridad les dejan el
paso libre para que actúen con toda impunidad.
Esperamos que, a
diferencia de los ciudadanos comunes que mueren diariamente y sus familias
se quedan desamparadas, las de los agentes asesinados tengan el apoyo
económico correspondiente para sobrevivir en medio de esta crisis que
afecta a quienes menos ganan y menos tienen para la educación y salud de
sus hijos. |
No hay comentarios :
Publicar un comentario