domingo, 12 de mayo de 2013

Guatemala: La CUSG en relación a la sentencia en el juicio por genocidio del pueblo Ixil // Un histórico juicio aviva fantasmas de la dictadura en Guatemala: El proceso a Ríos Montt reveló las atrocidades cometidas bajo su gobierno. El caso salpica al actual presidente.

CONFEDERACIÓN DE UNIDAD SINDICAL DE GUATEMALA (CUSG) / Web
11/05/13

Por Carlos Enrique Mancilla Garcia, Secretario General
Rebanadas de Realidad - CUSG, Ciudad de Guatemala, 10/05/13.- La Confederación de Unidad Sindical de Guatemala, CUSG, ante la opinión pública nacional e internacional y ante el pueblo de Guatemala, en relación al Juicio por Genocidio y Delitos contra los Deberes de Humanidad, Manifiesta:


El Tribunal Primero A de Mayor Riesgo, condenó éste viernes a 80 años de cárcel inconmutables a José Efraín Ríos Montt, 50 años por el delito de Genocidio (artículo 376 del Código Penal) y 30 años por los Delitos contra los Deberes de Humanidad (artículo 378 del Código Penal).
Evidentemente el reconocimiento de haberse cometido el Delito de Genocidio que afecta a todos los guatemaltecos por haber dañado el tejido social es un hecho lamentable e imposible de olvidar, pero al reconocer la verdad, ayuda a sanar las heridas del pasado y la aplicación de la justicia que es un derecho a favor de las víctimas, hoy marca un hito en la historia de Guatemala.
Esperamos que hechos de esta naturaleza, no vuelvan a repetirse jamás en Guatemala, y creemos firmemente que para que exista paz en nuestro país, debe existir previamente justicia.
Como dijera el Licenciado en Derecho Diplomático, Doctor en Derecho Civil y Comandante Fidel Alejandro Castro Ruz:
"Para mis compañeros muertos no clamo venganza, como sus vidas no tenían precio, no podrían pagarlas con las suyas todos los criminales juntos".
"No es con sangre como pueden pagarse las vidas de los jóvenes que mueren por el bien de un pueblo, la felicidad de ese pueblo es el único precio digno que puede pagarse por ellas".
"Los sufrimientos de los pueblos, las afrentas a los pueblos, solo se lavan conquistando la felicidad para ellos, lo demás es subalterno".
Los jueces Jasmín Barrios, Patricia Bustamante y Pablo Xitumul, que integraron el Tribunal Primero A de Mayor Riesgo, para conocer éste proceso judicial por Genocidio y Delitos contra los Deberes de Humanidad, hoy han sentado un precedente, y con él podemos afirmar que en Guatemala si hubo Genocidio contra el Pueblo Ixil, que se han reconocido por la justicia guatemalteca los legítimos derechos reclamados.
Por tal razón, reconocemos el liderazgo de la Juez Presidenta del Tribunal y su valor al dirigir dicho órgano colegiado, para concluir con lo que esperábamos los guatemaltecos y la sociedad en general, basta ya de impunidad, que todos los juzgadores sigan éste ejemplo de hidalguía y valor, para sacar adelante a Guatemala, tomando decisiones jurídicas y no políticas que estén basadas en ley, buscando la justicia y la paz social.
La Confederación de Unidad Sindical de Guatemala, CUSG, manifiesta su fraterna solidaridad con el pueblo Ixil y con todos los guatemaltecos de buena fe, instándolos a mantenernos unidos y a denunciar cualquier violación a nuestros derechos y exigir justicia pronta y cumplida así como el resarcimiento en los casos en los que proceda.

ESTE ALTO A LA IMPUNIDAD, NOS INVITA A CAMINAR.
ADELANTE GUATEMALA, QUE FALTA MUCHO POR ANDAR!!!
Por un sindicalismo autónomo y representativo, la Confederación de Unidad Sindical de Guatemala, PRESENTE
El presente material se edita en Rebanadas por gentileza de Carlos Enrique Mancilla Garcia, Secretario General de la CUSG y Coordinador del Movimiento Sindical y Popular Autónomo Guatemalteco
Rebanadas de Realidad - Buenos Aires, Argentina
Celular: (11) 15 5 0480714

***************************
 

Un histórico juicio aviva fantasmas de la dictadura en Guatemala


El proceso a Ríos Montt reveló las atrocidades cometidas bajo su gobierno. El caso salpica al actual presidente.

Por Augusto Assía
La guerra civil. En una imagen de 1999, indios mayas transportan 20 ataúdes de asesinados en el conflicto./AP
Muchos guatemaltecos seguían frotándose los ojos después de ver al general pasar su segunda noche en la cárcel. Ayer, los incrédulos agotaron las ediciones de los principales periódicos con la palabra “genocidio” en grandes caracteres junto al apellido Ríos Montt.
La sentencia a 80 años de prisión contra el autócrata centroamericano llegó el viernes a la noche después de diez años de heroica lucha de un grupo de organizaciones de derechos humanos. Pero sólo cuando Efraín Ríos Montt, de 86 años, perdió sus fueros como diputado, el juicio pudo ser relanzado.
Desde el 19 de marzo, gracias al apoyo de Noruega, del Centro para la Acción Legal (CALDH) y la Asociación para la Justicia y la Reconciliación (AJR), por el Tribunal de Mayor Riesgo de Ciudad de Guatemala han pasado 98 indígenas que han narrado el terror vivido durante los años más sangrientos de la guerra civil (1960–1996) que dejó 200.000 muertos.
Niñas apuñaladas en el cuello; bebés asesinados por soldados que estrellaron sus cabezas o atravesaron sus cuerpos con bayonetas; familias enteras atadas en viviendas a las que soldados prendieron fuego; hombres cortados en pedazos; mujeres obligadas a alimentar a los soldados que perpetraban las masacres o que jugaban al fútbol con las cabezas desmembradas; quema de cosechas; desplazamientos masivos… Lo que se vivió en casi dos meses en Guatemala fue inaudito. Se hablaba en voz alta de la memoria histórica que le costó la vida a monseñor Juan Gerardi en 2001.
Para muchos fue histórico que Ríos Montt tuviera que escuchar de primera mano el testimonio de Julio Belasco detallando cómo los soldados jugaron al fútbol con la cabeza de una anciana. O el testimonio de otra indígena que, vestida con su colorido güipil, explicó cómo “ellos (los soldados) me violaron cuando tenía ocho meses de embarazo. A los 15 días ocurrió el parto pero mi hijo ya estaba muerto cuando nació”.
La defensa de Ríos Montt presentará en los próximos días una batería de recursos. Entre ellos, cuatro ante la Corte de Constitucionalidad (CC) y otras dos apelaciones más a instancias superiores. La defensa sostiene que “se han violado sistemáticamente los derechos del procesado”.
Pero la sentencia no sólo encarcela de por vida al general golpista.
También deja tocado al actual presidente Otto Pérez Molina. “La estrategia de Ríos Montt no fue decir que no hubo violencia, sino que no estaba enterado y que fueron decisiones tomadas por los capitanes, comandantes y batallones que estaban sobre el terreno” explicó a Clarín una fuente de la ONU en Guatemala. “Y entre esos cargos intermedios estaba Pérez Molina, también conocido como ‘mayor Tito’”, explica.
De hecho, uno de los testimonios más polémicos fue el del ex soldado de élite Hugo Reyes, quien dijo que “a órdenes del mayor Tito y otros oficiales se coordinó la quema y el saqueo de la gente para luego ejecutarla”. En el conflicto guatemalteco murieron entre 150 mil y 200 mil personas. El 83% de ellas fueron indígenas. Casi ninguna murió en combate.
Los países vecinos también miran de reojo una sentencia que abre la caja de la memoria histórica en una región asolada durante décadas por una guerra cocinada con ingredientes similares. En El Salvador, la Ley de Amnistía de 1993 ha permitido que muchas violaciones a los derechos humanos cometidas durante el conflicto armado continúen impunes y sólo en países extranjeros se ha logrado llevar a algún militar ante los tribunales por torturas, asesinatos selectivos, secuestros o desapariciones forzadas.
A partir de ahora queda un largo camino para que la sentencia sea firme. Por un lado, las impugnaciones de abogados contra el juicio. Y, por otro, el recurso por el que la Corte Constitucional tendrá que decidir en las próximas semanas.
Sin embargo, la satisfacción entre los organismos de derechos humanos era obvia. “Guatemala lidera con su ejemplo en una región donde la arraigada impunidad de los crímenes del pasado sigue siendo lamentablemente la norma”, dijo ayer Amnistía Internacional en un comunicado celebrando el histórico acontecimiento.
Clarín.com

No hay comentarios :

Publicar un comentario