martes, 5 de febrero de 2013

Colombia: Donde ser sindicalista es casi una sentencia de muerte // “Torpedos de Guerra contra la Paz..." // Monseñor Rubén Salazar prefiere que siga el desangre colombiano



Colombia DDHH  / VIOLENCIA

Con Jonson Torres

El pasado lunes 28 de enero Juan Carlos Pérez Muñoz, fue emboscado cuando salía de su casa al trabajo. Cinco sicarios lo asesinaron con 7 tiros.

En diálogo con La Rel, Jonson Torres, vicepresidente de la seccional de SINTRAINAGRO del Valle del Cauca y miembro del Departamento del Azúcar, comentó: “Desde diciembre que estamos en proceso de conformar una seccional en el ingenio La Cabaña, la situación es de tensión total.

El Sindicato fue conformado con 590 afiliados de los 1.200 trabajadores que tiene la empresa”, señaló el dirigente.


"El 20 de diciembre del año pasado, la organización sindical presentó los pliegos petitorios y en enero la patronal, luego de negarse a negociar, echó a 90 trabajadores incluyendo toda la Junta Directiva de la seccional sindical recientemente formada.


Desde SINTRAINAGRO, realizamos una serie de movilizaciones para presionar a que la patronal negociara el pliego y reintegrara a los trabajadores despedidos a lo que la empresa respondió negativamente, lanzando amenazas de todo tipo, jactándose de tener a su disposición un ejército en el caso que sea necesario”, subrayó Torres.


Juan Carlos Pérez era uno de los compañeros que estaba ayudando a organizar a los corteros y el lunes 28 pasado, cuando salía de su casa para dirigirse al trabajo fue vilmente asesinado con 6 tiros en la cabeza y 1 en la espalda.


“La situación desde hace un mes es muy tensa, estamos bajo constante amenaza, el peligro es real, nos persiguen, nos gravan las reuniones. Hace dos meses que el temor es el denominador común”, enfatizó el dirigente.


Según explicó Torres se realizaron varias denuncias ante las autoridades competentes pero estas  hicieron caso omiso a las amenazas que concluyeron con el lastimoso asesinato de un trabajador.

Lamentablemente en Colombia el gobierno no se ha pronunciado y el silencio por parte de las autoridades ante estos hechos violentos contra sindicalistas es abrumador.

Violencia, maldita violencia

Un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) indicó que Colombia es uno de los países del mundo con peores índices tanto de libertad sindical como de derechos laborales, con un registro de más de 2.800 homicidios de sindicalistas y trabajadores sindicalizados entre 1984 y 2011. 


“En este país la libertad sindical no existe -enfatiza el dirigente de SINTRAINAGRO- muchas veces ser sindicalista es casi una sentencia de muerte.

A pesar de esto continuamos resistiendo y desde el Cauca hacemos un llamado a todos los trabajadores de América Latina a que apoyen nuestra lucha, porque solo si defendemos nuestros derechos podemos aspirar a un mundo mejor y a mejores condiciones de vida y de trabajo para nosotros y nuestras familias”, finalizó Torres.

colombia sangre-610
Ilustración: Allan McDonald (Rel-UITA)

                                      *******************

“Torpedos de Guerra contra la Paz..."


 Por Miguel Ángel Beltrán V*
En una memorable columna, publicada en marzo de 1983, escribía el periodista Guillermo Cano, “Nos asistenlegítimos temores de que, por acción o por omisión, estemos ante una o varias conspiraciones contra la paz que nos conduzcan inexorablemente a un nuevo y todavía más sangriento e irreversible enfrentamiento atroz y violento” (Torpedos de Guerra contra la Paz). Esto a propósito de las crecientes críticas que desde diferentes ángulos se venían planteando en rechazo a la amnistía  promulgada por el gobierno de Belisario Betancur a los grupos guerrilleros, y cuestionando la tarea  de paz que venía adelantando la Comisión de paz en su trabajo de acercamiento con la insurgencia armada.
 
Pocas semanas después el presidente de esta comisión,Otto Morales Benítez,presentaba al primer mandatario conservador, su renuncia irrevocable a dicho cargo. En uno de los apartes de la misiva, el ex ministro plasmaba una frase que posteriormente haría carrera: “Sé que aún le falta a su gobierno una tarea muy exigente. La más apremiante, es rechazar el escepticismo y a veces el pesimismo beligerante, que se apodera de todos. Y combatir contra los enemigos de la paz y de la rehabilitación, que están agazapados por fuera y por dentro del gobierno. Esas fuerzas reaccionarias en otras épocas lucharon, como hoy, con sutilezas contra la paz, y lograron torpedearla. Por ello nunca hemos salido de ese ambiente de zozobra colectiva”
 
Casi tres décadas después de escritas estas palabras, resulta inevitable traerlas a la mente cuando se escuchan las declaraciones de algunos ministros, ex presidentes, altos funcionarios del gobierno y miembros de las Fuerzas militares, entre otros, en relación al futuro de los diálogos de paz que se adelantan en La Habana (Cuba),  y en alusión a lasrecientes acciones militares desarrolladas por las FARC, luego de levantar la tregua unilateral que declarara durante dos meses. Algunos han pedido con beligerancia que los diálogos se suspendan de inmediato, mientras que otros con cierta cautela-pero no por ello con menor inquina- han advertido “que las FARC podrían frustrar el proceso de paz”.
 
Y es que en Colombia cada vez que se habla de paz rugen los señores de la guerra.
Ahora bien, si al despuntar los años ochenta actuaban solapadamente, hace ya mucho tiempo que actúan públicamente y se les puede ver a la luz del día: son los mismos que se han enriquecido con el negocio de la guerra; los que han desplazado a más de 5 millones y medio de campesinos para apropiarse de sus tierras; Los que han promovido y financiado los grupos paramilitares; los que han impedido que en Colombia se materialice una verdadera reforma agraria; los que se han lucrado con los dineros del narcotráfico; los que han ejecutado u ordenado la muerte de miles de líderes sociales y de la oposición para acallar sus justas reivindicaciones y mantener, así, los privilegios de una élite.
 
Pero beligerantes o  cautelosos; agazapados o públicos; de dentro o fuera del gobierno; los enemigos de la paz  en Colombia han pretendido, con la ayuda incondicional de los medios de comunicación,hacer creer al país que las FARC ha sido la responsable del fracaso de los sucesivos procesos de paz  en los que ha participado esta organización, durante las tres últimas décadas. Sin embargo, basta una rápida mirada histórica para darnos cuenta de la falsedad de esta afirmación: Desde los acuerdos del Cese al Fuego, Tregua y Paz (1984) hasta la agenda pactada en la zona de despeje en el Caguán (1999), pasando por los diálogos realizados en Caracas y Tlaxcala (1992), ha sido el gobierno de turno quien de manera unilateral se ha levantado de la mesa.
 
Sin duda en su momento le faltó mayor claridad a las FARC para exigirle al gobierno del presidente Virgilio Barco, definiciones concretas sobre una tregua que se mantuvo en vilo durante mucho tiempo, y no esperar que éste declarara abiertamente su ruptura; o quizás le hizo falta alcanzar mejores consensos con los demás integrantes de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB) a la hora de plantear unificadamente sus puntos de vista en  la mesa de diálogo frente a los voceros de la administración del presidente César Gaviria; o ejercer un control más riguroso sobre los excesos de algunos jefes guerrilleros en el tratamiento a la población civil, en los cuatro años que permaneció la zona de despeje bajo la administración Pastrana. Pero ello no lleva a concluir que ha faltado voluntad política de esta organización armada en la búsqueda de una solución política al conflicto.
 
Contrario a ello, lo que se ha evidenciado en los gobiernos que han impulsado procesos de diálogo es una doble lógica: por un lado hablan de paz y, por el otro, promueven la guerra; no de otra manera se entiende el exterminio de la Unión Patriótica (UP), mientras estuvieron vigentes los acuerdos de cese al fuego, tregua y paz; o el bombardeo a Casa Verde simultáneamente con la votación de una nueva constituyente; o la expansión del paramilitarismo, la aplicación del “Plan Colombia” y la modernización de las Fuerzas Armadas mientras se adelantaban los diálogos en el Caguán. Sobra decir que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos no ha escapado a esta lógica: los reiterados bombardeos a campamentos guerrilleros, la extensión del fuero militar, la ampliación del pie de fuerza y el aumento del presupuesto militar, son algunas expresiones de este fenómeno.
 
La pretensión de derrotar a la insurgencia armada por la vía militar, para luego negociar su rendición, ha sido un componente común en las diferentes “estrategias de paz” ensayadas por los gobiernos de turno. De allí su inclinación a “dialogar en medio de la guerra “. Lo que resulta inconsistente en esta lógica perversa –que tantos costos humanos y económicos ha traído para el país- es que en este contexto las acciones militares de la guerrilla sean presentadas como “ataques contra el proceso de paz”.  No quiere esto decir, que no sea deplorable la retención de policías por parte de las FARC, como lo es también la situación que viven miles de prisioneros políticos de guerra en las cárceles colombianas. Pero estos hechos constituyen expresiones de un prolongado conflicto social y armado. Y precisamente, allí radica la urgente necesidad de un acuerdo político que ponga fin al mismo.
 
La paz es un anhelo nacional de millones de compatriotas que, de una u otra forma, hemos padecido los costos de la guerra. En La Habana se ha abierto una puerta para la solución política definitiva del conflicto, no permitamos que los enemigos públicos o agazapados de la paz la cierren, para perpetuar una guerra que les ha rendido muchos dividendos a costa del dolor de generaciones enteras de colombianos y colombianas.



* Profesor Universidad Nacional de Colombia

----------------------------------
Agencia de Noticias Nueva Colombia, ANNCOL
Web: www.anncol.eu, Redacción: editar@anncol.eu, YouTube: http://www.youtube.com/user/anncol4?feature=mhee

********************
 

 


Monseñor Rubén Salazar prefiere que siga el desangre colombiano

Por: Camilo Raigozo .- Notimundo Martes, 05 Febrero 2013
 
“Pedir que se haga un cese bilateral del fuego, en mi modo de ver y en eso creo que estar de acuerdo con el presidente Santos, sería como anticipar lo que se quiere lograr en las negociaciones.
 
“El final de las negociaciones es fundamentalmente el poner punto final al encuentro armado”, aseveró sin un mínimo de vergüenza monseñor Rubén Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal.
 
No es sorprendente que la sangre de los colombianos sea la predilección por conveniencia de un “representante de Dios en la tierra”, de la jerarquía de Salazar y de sus representados, pues esa ha sido una constante en la historia del país.
 
 
Cabe recordar que la Iglesia tiene una deuda pendiente con el pueblo colombiano y con los derechos humanos universales, ya que frente a los crímenes y masacres cometidos por el régimen bajo la estrategia militar-paramilitar, ha guardado silencio y más bien ha mirado para otro lado, salvo un contado número de sus miembros.
 
Es irracional e insensato que Salazar, la Conferencia Episcopal y la Iglesia como institución, en vez de coadyuvar para que se declare un cese bilateral del fuego y se detenga de una vez el número de muertos que deja diariamente el conflicto, se inclinen a favor de la guerra y el desangre.
 
El mismo 4 de febrero, día en que Salazar recomendó proseguir la guerra sin sobresaltos, murieron en combates dos soldados y otros dos quedaron gravemente heridos, en el corregimiento Puerto Frazadas, Tuluá, Valle. Dos guerrilleros murieron en Chaparral, Tolima y dos policías quedaron gravemente heridos en la inspección El Tigre, La Hormiga, Putumayo.
 
Pero el dolor y el sufrimiento que están padeciendo hoy las ocho familias de las víctimas antes mencionadas, así como las de las víctimas pasadas y futuras, les importa un bledo a Salazar, Santos, Uribe y Pinzón, entre otros negociantes de la guerra.

----------------------------------
Agencia de Noticias Nueva Colombia, ANNCOL

Web: www.anncol.eu, Redacción: editar@anncol.eu,

YouTube: http://www.youtube.com/user/anncol4?feature=mhee



No hay comentarios :

Publicar un comentario