miércoles, 22 de febrero de 2017

EDITORIAL Y PORTADA EL LIBERTADOR IMPRESO/FEB 2017: "HONDURAS IS DANGEROUS"

Juan no tiene la experiencia de gastar su propio lempira o de sacar avante una familia con trabajo privado que forja carácter y enseña economía, ni la cosmovisión que antepone la responsable y visionaria tarea de poner pasos adelante a una Nación.
EDITORIAL
“Honduras is dangerous” 
Juan Hernández sabe que tiene enemigos y los ha tenido todo hombre entre más poder y riqueza acumula, hasta por razones inimaginables. Están los odiados por los tiranos y amados por sus pueblos. Cristo era abominable para los líderes religiosos de su época, eran una pelmasa de hipócritas poseída por la codicia que colmaban a cambio de amarrar su gente al yugo del imperio romano. 
El rechazo se gana siendo virtuoso o perverso. ¿Por qué en los caminos de Honduras cientos de miles desde que asumió la presidencia le gritan “fuera JOH”? Pero no le importa y no los oye, tanto, que buscó la reelección y otra vez adónde va fuertemente protegido por fuerzas especiales, el ciudadano grita “fuera JOH”. ¿Callará esa petición el ansiado Código Penal?

Hernández no ha gobernado para la nación hondureña, ha sido infame, indolente con los más sufridos y con los que añoran una sociedad justa y habitable para progresar con trabajo honrado; sabe que el pueblo llora y muere en las calles, no lo ignora, carece de vocación que lo incline sensible a luchar por los demás. Y los otros son los que en su sencillez confían sólo en Dios porque en la tierra no hallan nada especial desde que nacen hasta que mueren, son como el martillo hechos para golpes, los demás son esos hambrientos fabricados por centenarios gobiernos rentados por el capital indecente. JOH se extravió o nunca transitó por el camino correcto pues ¿locura o extrema incultura? llegó al exceso de imprimir su foto en todos los productos que se compran con el dinero de todos los hondureños, así que cuando el necesitado, adentro de su pobreza, saca de la “bolsa solidaria” un confite, frijoles o la camisa del niño, tiene que mirar un rostro regordete de hombre próspero, sonrosado y la nívea camisa que luce bordada con el colorido logo de “Marca País”.

Juan no tiene la experiencia de gastar su propio lempira o de sacar avante una familia con trabajo privado que forja carácter y enseña economía, ni la cosmovisión que antepone la responsable y visionaria tarea de poner pasos adelante a una Nación. Eso es chiste para un mandatario convencido que Honduras está cambiando, aunque los jefes de Nealon no creen en la fábula del humo y el vinagre, todos los años, en los últimos tres de este gobierno han dicho a los estadounidense que “Honduras is dangerous”, muy peligroso, que no vengan. Nunca un presidente hondureño fue causa de tanto humor negro, desprecio y desencanto, ¡Fuera JOH! Ya es título para libros de historia política de países fatales; aun el régimen rural y pocas letras del general Carías –desde la distancia— se alivia cuando quienes lo trataron narran que se retiró del poder para llevar hasta sus últimos días una vida campesina nada ostentosa, que no dejó deuda externa y que los pícaros eran sus colaboradores; un informe confidencial enviado al Departamento de Estado por el entonces embajador de Estados Unidos tilda de ladrón al papá del cardenal Rodríguez. Dicen los mayores que no puede compararse a JOH con Carías, porque si era grosero con los opositores, pero se dormía con la puerta abierta, con Juan los militares aplauden la “dolce vita”, pero sólo en 2016 asesinaron a más de 5.000 hondureños y las masacres diarias suman y siguen, en los primeros 40 días de este año mataron otras 488 personas.- JOH hereda una deuda pública impagable cercana a 180,000 millones de lempiras. Ya es tarde, Juan cometió el error de Esaú, vendió su primogenitura al capital por un plato de lentejas, en su libro del humo y el vinagre quizá también esté esa moraleja.

http://www.web.ellibertador.hn/index.php/avance/2102-editorial-y-portada-el-libertador-impreso-feb-2017-honduras-is-dangerous

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