La perturbación ciclónica avanza lentamente hacia el oeste o hacia el oeste-noroeste sobre el Mar Caribe central y ya está produciendo una gran área de lluvias y tormentas eléctricas desorganizadas, detalló el observatorio.
Se prevé que las condiciones ambientales sean propicias para su desarrollo, con un 70 % de probabilidades de formación en cinco días, aunque es probable que la depresión tropical se forme a principios de la próxima semana, añadió.
Independientemente del desarrollo, alerta el NHC, con sede en Miami, Florida, es posible que llueva fuerte localmente durante partes de las Antillas Menores, las Islas Vírgenes y Puerto Rico durante este fin de semana.
Por otro lado, en el Atlántico oeste, un área de baja presión ubicada unas 150 millas (241 km) al oeste-noroeste de las islas Bermudas está produciendo lluvias y tormentas eléctricas, mientras comienza a interactuar con un frente cercano a este sistema.
Se pronostica que los vientos en niveles altos aumentarán sobre el sistema entre esta tarde y la noche de este sábado, aunque no se prevé un mayor desarrollo. Sus probabilidades de crecimiento son bajas en un lapso de cinco días, de un 20 %.
El último ciclón en la cuenca atlántica en esta temporada, que termina este 30 de noviembre, fue Karl, una tormenta tropical que azotó a mitad de octubre la costa mexicana del Golfo de México.
Desde su formación en el centro del Caribe en septiembre pasado, Ian, el cuarto huracán de 2022, dejó una estela de destrucción, especialmente en el oeste de Cuba y Florida, donde cruzó de oeste a este la península para alcanzar el Atlántico.
Ian tocó tierra en el suroeste de Florida (EE.UU.) el 28 de septiembre como un huracán de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, de un máximo de 5, y causó 119 muertes y miles de millones de dólares en daños materiales en el estado sureño.
Tras cruzar la península de oeste a este, salió al Atlántico e impactó después en Carolina del Sur.
Con información EFE
Centroamérica necesita ayuda externa para combatir corrupción, según expertos en foro en Honduras

«Necesitamos urgentemente una plataforma con actores internacionales y el acompañamiento de actores nacionales para combatir la corrupción de manera frontal», dijo a EFE la directora del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) de Honduras, Gabriela Castellanos.
La corrupción «es muerte, menoscabo de nuestros derechos» y representa «menos educación y salud; el impacto es feroz», subrayó Castellanos.
En el caso de Honduras, se pierden alrededor de 63.000 millones de lempiras (2.551 millones de dólares) al año por la corrupción, una cifra que aumentó durante la pandemia de la covid-19, señaló la titular del CNA.
«Nos preocupa grandemente la corrupción», cuyo combate solo se logrará con «procesos transparentes» en el sistema de justicia y el «acompañamiento de una estructura internacional», agregó.
LA CORRUPCIÓN, UN ALICIENTE PARA CONDUCTAS AUTORITARIAS
La directora del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil) y exfiscal general de Guatemala, Claudia Paz y Paz, coincidió con Castellanos al subrayar que la corrupción es «el motor y aliciente de los gobiernos para consolidar conductas autoritarias que restringen a la sociedad civil y el papel de la prensa».
En la clausura este viernes del XII Foro Centroamericano de Donantes, que se celebró en Tegucigalpa, Paz y Paz señaló que El Salvador, Guatemala y Nicaragua están «viviendo un retroceso directo del Estado de derecho y un resurgir del autoritarismo».
«La corrupción está en el corazón del resurgir de los autoritarismos en la región, también vemos una tendencia regional con las industrias extractivistas», enfatizó.
Destacó además la importancia de impulsar comisiones internacionales en la lucha contra la corrupción e impulsar un cambio de cultura ciudadana.
«El narcotráfico también permea la corrupción y está detrás de la captura del Estado y produce la pobreza, la desigualdad y la violencia» en la región, precisó la directora regional de Cejil, organización defensora de derechos humanos.
Paz y Paz instaron a la comunidad internacional a apoyar iniciativas que, «lejos de desplazar a las instituciones nacionales, fortalecen el trabajo de los gobiernos en la lucha contra la corrupción» y señaló que cuando hay voluntad política, la sociedad civil «es la mayor aliada» de los gobiernos en la lucha contra ese flagelo.
LA CORRUPCIÓN TIENE UN COSTO «DEVASTADOR»
El titular de la Secretaría de Transparencia y Lucha Contra la Corrupción de Honduras, Ángel Edmundo Orellana, afirmó a EFE que la corrupción tiene un costo «devastador».
La lucha contra la corrupción pasa por «tomar medidas y cumplirlas efectivamente», señaló Orellana, exfiscal general del Estado de Honduras.
Orellana destacó la «voluntad política» de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, para crear una Comisión Internacional Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH), con el apoyo de la Organización de Naciones Unidas (ONU), aunque dijo desconocer cuándo se instalaría.
Castro solicitó en abril apoyo a la ONU para crear la CICIH, por lo que en mayo, Naciones Unidas envió a Honduras una misión exploratoria.
En la jornada de hoy del foro, auspiciado por la Fundación Internacional de Seattle (SIF, por sus siglas en inglés), los expertos coincidieron en el «importante papel» que juega la sociedad civil en la lucha contra la corrupción en la región. EFE
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