Noticias ONU/16 Abril 2019
En
su informe al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un grupo de
expertos aseguró que los migrantes centroamericanos son sometidos a
secuestros, extorsiones, robos, reclutamiento forzado, abusos sexuales y
violencia física en su camino hacia el norte, no solo por pandillas
delictivas, pero también por miembros de la policía y del servicio de
inmigración.
El Comité de la ONU sobre Trabajadores Migrantes declaró estar
preocupado por los informes de que los guatemaltecos y sus familias
están siendo víctimas de varios delitos en la ruta migratoria hacia al
norte en manos de pandillas delictivas,
e incluso miembros de la policía, del servicio de inmigración y otros funcionarios públicos.
Según el informe del grupo de expertos en derechos humanos presentado en Ginebra, los migrantes están siendo sometidos a
secuestros, extorsiones, robos, reclutamiento forzado, abusos sexuales, violencia física y otras formas de maltrato.
Al Comité también le preocupa
la falta de información
por parte del Estado sobre estos incidentes, así como la ausencia de
mecanismos efectivos para la denuncia, la atención de las víctimas y la
asistencia para el acceso a la justicia y otras formas de reparación.
De acuerdo con los expertos, se ha recibido información con relación a
extorsiones realizadas por agentes de la Policía Nacional Civil en
controles migratorios, así como actuaciones exacerbadas en el marco de
operativos de detención de autobuses en los que se trasladan
trabajadores migrantes por departamentos fronterizos como Huehuetenango,
San Marcos, El Quiché, Petén, Chiquimula y Jutiapa.
Asimismo, el Comité aseguró que los datos personales de los
trabajadores migrantes y sus familias cuando acuden a instituciones de
servicios sociales
son vulnerables.
Los expertos recomendaron que se tomen medidas para
investigar, procesar y sancionar, de
manera administrativa y penal, los actos de extorsión y otros delitos.
También pidió que se establezca un sistema de protección a los datos e
información personal entre las autoridades de control migratorio y
servicios públicos como la policía.
©Alex Webb / Magnum Photos para la FAO
Campesinos
almuerzan en San Lorenzo, Chiapas, México. El pueblo ha recibido a
muchos guatemaltecos que huyeron de su país hace algunos años. 20 julio
2017
La respuesta a las caravanas
En su informe el Comité toma nota del esfuerzo que realiza Guatemala
para facilitar el tránsito de los migrantes en su territorio y reconoce
que no hay aislamiento ni penalización para aquellos que cruzan en su
ruta hacia el norte.
Sin embargo, a los expertos les preocupa
la respuesta tardía de
las autoridades guatemaltecas ante la primera “caravana migrante” en
octubre de 2018, y la falta de una estrategia permanente para atender
los flujos masivos de personas que se han presentado desde entonces
hasta la fecha.
El Comité pidió a Guatemala que se asegure de que las medidas de
gobernanza fronteriza aborden planes conjuntos con los países vecinos,
especialmente con México para la migración segura y ordenada de las caravanas de migrantes.
Al respecto, tomó nota sobre el Memorando de cooperación establecido
entre Guatemala, Estados Unidos, El Salvador y Honduras el pasado 27 de
marzo y pidió al país que adopte las medidas necesarias para garantizar
que cualquier acuerdo bilateral o multilateral en materia migratoria no
conlleve a
l retorno, la expulsión o la deportación de trabajadores migrantes a
sus países de origen o terceros países en donde sus derechos a la vida y
la integridad se encuentren en riesgos de ser violados.
Protegiendo a los trabajadores desde el territorio
El Comité reconoció que Guatemala, como país de origen de trabajadores migrantes,
ha avanzado en la protección de los derechos de sus nacionales que
trabajan en el extranjero, pero observó que las condiciones de vida
dentro de Guatemala son adversas para una gran parte de su población.
“Los elevados índices de pobreza, corrupción, violencia y
criminalidad, la exclusión social de algunos grupos y la falta de
trabajo, los desastres naturales y los efectos del cambio climático, en
particular en las zonas del denominado “corredor seco”, constituyen las
causas estructurales que
provocan la migración forzada”, se lee en el informe.
Los expertos además observaron que estos factores tienen un impacto
agravado sobre los sectores más vulnerables de la población, tales como
pueblos indígenas, campesinos y personas en situación de pobreza, y
tomaron nota de los esfuerzos del Estado parte para revertir esta
situación y
garantizar el derecho a migrar o no migrar.
https://news.un.org/es/story/2019/04/1454461
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