Honduras Tierra Libre · 17 Octubre,2018
Presos en su tierra: migración no deja salir hondureños del país
Unos 400 hondureños, que portan su tarjeta de identidad, documento con el los centroamericanos pueden circular en Guatemala, el salvador, Nicaragua y Honduras, no pueden salir de su país.
Tienen varios días de estar rogando unos, exigiendo otros, que se les deje pasar tal como establecen las leyes. Sin embargo, han tenido que quedarse a dormir y aguantar hambre en la zona porque se les niega el paso.
Los ánimos se caldean a ratos, como se ve en las imágenes. Decenas de policías tuvieron que acordonarse rápidamente ante la intención de las personas de presionar para pasar a suelo guatemalteco.
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Unos 400 hondureños, que portan su tarjeta de identidad, documento con el los centroamericanos pueden circular en Guatemala, el salvador, Nicaragua y Honduras, no pueden salir de su país.
En este momento
intentan pasar a Guatemala. Abiertamente dicen que quieren llegar a
México o Estados Unidos a buscar una forma de ganarse la vida, pero no
pueden pasar porque los agentes de migración de Honduras les exigen a
adultos y niños un pasaporte.
Tienen varios días de estar rogando unos, exigiendo otros, que se les deje pasar tal como establecen las leyes. Sin embargo, han tenido que quedarse a dormir y aguantar hambre en la zona porque se les niega el paso.
Los ánimos se caldean a ratos, como se ve en las imágenes. Decenas de policías tuvieron que acordonarse rápidamente ante la intención de las personas de presionar para pasar a suelo guatemalteco.
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Fotos, Claudia Mendoza
Roberto Sosa - Honduras
Los pobres
Los pobres son muchos
y por eso
es imposible olvidarlos.
Seguramente
ven
en los amaneceres
múltiples edificios
donde ellos
quisieran habitar con sus hijos.
Pueden
llevar en hombros
el féretro de una estrella.
Pueden
destruir el aire como aves furiosas,
nublar el sol.
Pero desconociendo sus tesoros
entran y salen por espejos de sangre;
caminan y mueren despacio.
Por eso
es imposible olvidarlos.
Roberto Sosa - Honduras
Los pobres
Los pobres son muchos
y por eso
es imposible olvidarlos.
Seguramente
ven
en los amaneceres
múltiples edificios
donde ellos
quisieran habitar con sus hijos.
Pueden
llevar en hombros
el féretro de una estrella.
Pueden
destruir el aire como aves furiosas,
nublar el sol.
Pero desconociendo sus tesoros
entran y salen por espejos de sangre;
caminan y mueren despacio.
Por eso
es imposible olvidarlos.
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