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Galel Cárdenas
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Con en el
ascenso popular del liderazgo de Hugo Chávez en la toma del poder popular de
Venezuela, Estados Unidos y la derecha internacional fueron derrotados por la propuesta de un socialismo del S. XXI
del presidente más querido y respetado por el pueblo de Bolívar.
El asesinato
por etapas del líder bolivariano de
Latinoamérica, Hugo Chávez, fríamente calculado por la CIA norteamericana, fue
el primer golpe bajo contra la revolución de los marginados en aquella
república tan noble y revolucionaria.
Inventado
el golpe suave por los estrategas del imperio más desalmado de la tierra,
América Latina fue copada en algunos países débiles como Honduras y el Paraguay, con el
fin de imponer gobiernos neoliberales y pro imperiales, utilizando los más
diversos mecanismos de compra de los parlamentos nacionales y locales.
Los
tribunales electorales y la instalación de máquinas fraudulentas supervisadas
por el aparato de espionaje y de operaciones encubiertas norteamericanas fueron
avanzando sin que lo notaran los electores analfabetos y las clases medias
oportunistas, junto a las élites económicas aliadas al capital extranjero y su
plan de apropiación de todo recurso natural posible.
Para ello
la capital mundial del imperio (Washington) montó en Venezuela muchos proyectos
de desestabilización de la revolución bolivariana chavista, golpes de estado,
paros petroleros, desabastecimiento de alimentos y artículos de uso doméstico,
financiamiento de bandas paramilitares, guerra de divisas, amenazas indirectas
y directas de la cúpula del Departamento de Estado, guerra mediática nacional e
internacional, movilización acusadora de presidentes y candidatos presidenciales europeos y
continentales, en fin el aquelarre más
perverso que el poderío imperial pueda concebir.
El pueblo
venezolano ha enfrentado esta guerra transnacional con gran aplomo y paciencia
dirigidos atinadamente por el Presidente Nicolás Maduro que junto a los más
preclaros líderes revolucionarios chavistas, van desmontando una por una las
trampas y los embelecos que cotidianamente la derecha recalcitrante venezolana
va fraguando asesorada por los especialistas en conspiraciones fascistas del
mundo entero.
La
resistencia del pueblo y de la revolución bolivariana se moviliza
constantemente en defensa de todas las conquistas obtenidas en este proceso de
liberación, ejemplo firme de equidad para toda la América Latina, Nuestra América,
en un claro recordatorio de la visión de José Martí.
Es una
guerra en todos los planos habidos e inventados por el imperio que despliega
toda su fuerza financiera, mediática, diplomática, moviendo piezas titiriteras
a lo largo y ancho de la propia patria de Bolívar como de la América de los
americanos.
Sostiene
esta revolución la convicción firme militante del pensamiento de Hugo Chávez, decidida
a entregar la vida en el campo de batalla cuando fuese necesario. Lo acompañan unas fuerzas armadas patrióticas
y chavistas como retaguardia fundamental que no ha podido vencer ni comprar
Washington.
Por otra
parte existe una solidaridad muy especial de Rusia, China e Irán en esta gesta
de resistencia internacional contra todos los planes intervencionistas de
Estados Unidos en Venezuela.
A la vez,
el imperio conspira contra Evo Morales y Rafael Correa, con el ánimo de
derrotar las otras revoluciones ciudadanas indígenas y mestizas, teniendo a la
mano, con sonrisa despiadada, las
victorias momentáneas en Argentina y Brasil.
Y como
expresa Atilio Borón, el imperio sueña con re establecer aquellas condiciones políticas
en el continente, antes de que triunfara la Revolución Cubana, hasta ahora invencible.
La
reserva
petrolera de Venezuela es el botín más preciado para un país tan
enorme y pendenciero y es esencial para ellos, abastecer todo el
aparato de guerra que
mantiene Estados Unidos en todo el mundo.
Con la noticia que Venezuela tiene el yacimiento más grande del mundo en
oro, a lo mejor los propietarios del Tesoro gringo se soban las manos
injerencistas y les brillan los ojos a los dueños de Wall Street para
el negocio más maravilloso que les pueda
ocurrir en su seno.
Con toda
la perversión posible, el imperio mueve todas las piezas que tiene a la mano en
su proyecto malévolo de apropiarse de todos los recursos naturales de la tierra
a través de sus malhadadas transnacionales explotadoras de todo cuanto
encuentran a su paso en el planeta tierra.
Así que
mientras la lucha en resistencia contra la sedición derechista venezolana se
produce, el Comando Sur norteamericano,
como un buitre mortal, acecha el momento específico de realizar una operación
militar encubierta o directa en el país, cuna de Simón Bolívar y Hugo Chávez,
los libertadores de la América de antaño y la América de hogaño.
La
Venezuela Bolivariana resiste la avalancha de la derecha local e internacional,
desean doblegarla, vencerla por hambre, pero, no lograrán el propósito
imperial, los revolucionarios venezolanos resistirán hasta vencer.
Mientras
tanto, la historia política en América Latina sigue escribiéndose en este
momento crucial…
Fuente: Red FIAN-Honduras
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