Criterio /18 abril, 2016 | Por: Ricardo Arturo Salgado
Si Insulza, bajo las ordenes de Hillary, se bajó hasta el ridículo frente a Micheletti, Almagro se entregó en cuerpo y alma al papel de payaso del imperio que ladra a quienes le indican sus amos.
El
gobierno de Hernández inicio hace rato una campaña para que la MACCIH
investigue a la Policía Nacional, mientras el Departamento de Estado
promueve que la primer gran tarea de este organismo sea “esclarecer” el
asesinato de la compañera revolucionaria Berta Cáceres.
En
ambos casos, no solo se ve el infinito como única posibilidad, sino la
intención clara de mantener a la sociedad hondureña absorta en un circo
sin fin que de ninguna manera llegará a convertirse en justicia.
Hace
pocos días volvimos a ser puestos en shock, nada más y nada menos que
por Diario El Heraldo (Heraldo del Golpismo) con el anuncio de que había
sido la cúpula policial la que ordeno el asesinato del “zar” hondureño
contra las drogas.
Unos
días después el New York Times nos presenta la lista con nombres y
apellidos de los asesinos. Aquí las preguntas más inteligentes seria
¿Por qué la prensa de la derecha de repente presenta estas
informaciones? ¿Qué persigue? ¿Quién se beneficia?
Pero
hay un detalle en estas denuncias, la cúpula policial expuesta, fungía
en el año 2009 y por lo tanto era la misma que dirigió múltiples
operativos contra la Resistencia al golpe de Estado, entre los que
fueron ejecutadas decenas de personas por razones políticas. Y aquí nos
debería asaltar una nueva duda ¿Si esta cúpula fue capaz de ordenar el
asesinato de su compañero, no tendrá responsabilidad directa en cientos
de crímenes más?
Por
otro lado, las administraciones sucesivas de Micheletti, Lobo y
Hernández, han albergado y protegido a TODOS los personajes que
participaron en el Golpe de Estado, incluidos ellos mismos. Aquellos
conspiradores criminales en el Congreso Nacional, la Corte Suprema de
Justicia son hoy miembros distinguidos de la dirección del país.
No
podemos ser tan ingenuos y creer que no existe ninguna conexión entre
todos los hechos. Si hiciéramos un ejercicio profundo de reflexión nos
daríamos cuenta que el asesinato de Isis Obed Murillo y el de Berta
Cáceres están conectados, y fueron ejecutados bajo el mismo plan.
Del
mismo modo, resulta absurdo suponer que el Departamento de Estado
ignorara todo esto desde el principio; Hillary no es ajena a esta cadena
de terror y saqueo. Además, existe una obvia conexión entre el crimen
organizado, la élite hondureña y la seguridad nacional de los Estados
Unidos. Esa ligazón ha generado disputas y crímenes sin control en el
país, que lo ha llevado a una situación mortal como Estado.
La MACCIH tiene una ardua tarea si es que quiere hacer las cosas bien
Entonces,
la MACCIH no debería tener problemas identificando donde debe comenzar:
Resolviendo el crimen del Golpe de Estado Militar de junio de 2009 (es
un crimen de lesa patria aun sin juzgar), seguramente encontrara los
asesinos de Berta Cáceres; y, además, tendrá que recomendar el
desmantelamiento no solo de la Policía sino de las Fuerzas Armadas, y el
encarcelamiento de todos los funcionarios públicos. Aquí es donde todo
se vuelve oscuro, precisamente porque la MACCIH no tiene por misión
aclarar, sino, por el contrario, enturbiar la historia.
Como
conclusión diremos que es imperativo que como sociedad no enfoquemos
más. El Golpe de Estado es parte de un Plan de los Estados Unidos para
sostener sus intereses geoestratégicos en la región; todas las
consecuencias son responsabilidad de aquellos que promueven este plan
que está vigente. Además, la reelección no es una idea demente de Juan
Orlando Hernández, es parte del plan mencionado.
http://criterio.hn/la-maccih-dudas-investigar/
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