Por: Redacción CRITERIO 4 enero, 2016
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Aunque
avanza con el mismo esquema a la elección anterior, la escogencia de
los 15 magistrados que integrarán el pleno de la corte suprema de
justicia para los próximos siete años, cubre la expectativa de un antes y
un después en la aplicación de justicia en la honduras de hoy.
La junta
nominadora que desde septiembre de 2015 dirige el proceso de selección y
depuración de candidatos, está cerca de entregar al Congreso Nacional
la lista final de 45 candidatos, profesionales del derecho que han
pasado un tortuoso proceso de selección, análisis y calificación de
idoneidad, pruebas de confianza y audiencias públicas para llegar hasta
ese sitial.
El
tamiz para discriminar a los mejores candidatos, incluye la vigilancia
del Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP), embajada de
Estados Unidos, misión de observadores electorales de la Unión Europea y
la comisión internacional de juristas, entre otros.
En
el plano nacional, la veeduría de organismos de sociedad civil, entes
de derechos humanos, medios de comunicación y la vindicta popular, que
hoy más que nunca está atenta a que los diputados del Congreso Nacional
escojan a los mejores candidatos para mejorar la interpretación,
aplicación y bajar la mora judicial en el país.
Este
proceso no ha estado ausente del acoso de algunos sectores sociales y
partidos de oposición política, particularmente Libertad y Refundación
(LIBRE), Partido Anti Corrupción (PAC), e Innovación y Unidad (PINU-SD),
que cuestionan el mecanismo de selección ante la posible injerencia del
oficialismo.
En
otro ángulo, liberales, udeistas, democristianos y nacionalistas ven en
esta elección un parte de aguas e indicativo por dónde andará la
justicia, en un compromiso generalizado para restituir la credibilidad a
la impartición y cumplimiento de la ley.
Lo
novedoso en la elección de los nuevos magistrados es la omnipresencia
de Estados Unidos que ante la debilidad de la ley en Honduras ha
demandado extraditar al menos 19 ciudadanos y ha asegurado bienes en su
país y en el extranjero.
Asimismo,
será el nuevo poder judicial el que tomará decisiones trascendentes en
la resolución de casos de corrupción, revalidar reformas
constitucionales como la reelección presidencial y emitir el marco
jurídico que derogue el auto acordado que permite la extradición de
ciudadanos hondureños a los Estados Unidos de América.
Sin
embargo, la prueba final está en el terreno de la clase política,
representada en el hemiciclo legislativo donde la disposición de fuerzas
es más ruidosa como nunca antes.
Será
en ese espacio donde se consume la elección de la nueva corte, que en
sus hombros carga el imperativo categórico de determinar si Honduras
entrará a un parte de aguas en aplicar, interpretar e impartir justicia
en el país.
Los
organismos internacionales sobre todo los vinculados a lo jurídico y a
los Derechos Humanos han recomendado hasta el cansancio que el pueblo
debe participar más activamente, sin embargo aún seguimos a la espera de
esas manifestaciones del pueblo- pueblo, que al fin y al cabo, siempre
es el más afectado con las decisiones tomadas en el Poder Judicial.
Quedamos pues con los ojos bien abiertos sobre que pasa y a quienes se elige en esta nueva Corte Suprema de Justicia.
http://criterio.hn/interesantes-expectativas-la-eleccion-la-nueva-corte-suprema-justicia/
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