lunes, 26 de octubre de 2015

Venezuela: El Panorama inmediato de la participación: Consejos Comunales y Comunas

GISXXI 
Si hay un concepto que vino a revolucionar la praxis política del país en el contexto del Proceso Bolivariano es el de la Participación Protagónica del Pueblo, y debido al horizonte al que se plantean avanzar los actores activos que coexisten, sostienen y reproducen este Proceso, esta participación no puede subscribirse solo al hecho electoral, debe configurarse de manera integral en lo cotidiano,en la expresión de la vida misma.

Esta configuración solo será posible si dichos actores sociales, dichos sujetos, que no son otros que los actores populares organizados colectivamente, logran construir y sostener el Poder Popular. Este empoderamiento de las fuerzas populares debe ser robusto, dinámico y  capaz de consolidarse de tal manera que le sea posible realinearlo de acuerdo a las realidades históricas y geográficas en dónde, cuándo y cómo le toque ejercerlo.
Cuando se habla del Poder Popular como el resultado del cumplimiento de esta participación del pueblo de manera protagónica, hay que decir también que la materialización que se ha promovido desde el Gobierno Revolucionario descansa sobre el modelo de los consejos comunales y más consolidados aún, en la figura de las comunas.
O contado de otra forma, los actores sociales y la lógica misma del proceso de una manera gradual fue construyendo formas para concretar dichas maneras de participación necesarias para empoderar al pueblo, de ese modo, primero nació el modelo de los consejos comunales (hijo de las mesas técnicas de agua) para después plantear la articulación de estas formas en una más grande y vigorosa la cual no es otra que la Comuna.
Las comunas encarnan el nivel superior de la concreción del poder popular y a su vez de la participación popular como forma de gobierno. Si revisamos la tesis del poder obediencial de Enrique Dussel, el gobierno es gobernante solo si obedece el mandato el pueblo, y si el pueblo venezolano, en el contexto histórico en el que se desarrolla el proceso bolivariano exige el traspaso del poder a las bases para así ejercerlo, entonces la forma ideal de gobernar es la contribución desde el poder estatal en la construcción del Poder Popular, en nuestro caso venezolano, a través de Las Comunas.
Además habría que agregar que es un mandato constitucional que el Estado promueva este tipo de participación, ya que en el artículo 62 de nuestra carta magna cita que “La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo. Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica.”
Pero ¿qué pasa con esa sociedad de la que se habla en el recién mentado artículo?, ¿qué se observa cuando colocamos una lupa y medimos su opinión acerca de esa participación?.  En primer lugar habría que decir que para septiembre del año 2014, el 51% de una muestra de 2000 personas a nivel nacional, expresaba que el motivo principal que llevan a los sujetos a participar en las actividades de su comunidad es “Ayudar a mejorar las condiciones de vida de la gente de la comunidad”. Habría que decir que esta era la opción más altruista presentada en el instrumento con el cual se sondeó la opinión de dicha población.
Fuera de las visiones más utópicas a las cuales aspirar, y ubicándonos en la coyuntura histórica en el cual nos encontramos, el hecho que este porcentaje le asigne esa función a la participación y vea en ella una clara vía o forma de construir su bienestar, viene a alojar su esperanza y certeza de crecimiento en sí mismo como parte de un colectivo. Esto no puede ser otra cosa que un hilo del cual enganchar los ansiados valores y la esperada visión de un sujeto no solo empoderado, sino también con una visión colectiva del mundo lo cual rompe con ese individuo constituido en y para el paradigma de la competencia capitalista. Además también lo aleja de ese sujeto receptor y pasivo que sólo le demanda al Estado y que sólo se ve satisfecho ante el accionar de gobiernos o actores paternalistas.
Pero no se puede dejar de ver también otro hecho importante, mientras que un 90% ha participado políticamente de manera electoral ejerciendo su derecho al voto, sólo el 33% lo ha hecho “trabajando en un proyecto para la comunidad”. Es decir, todavía falta por recorrer un camino, que no es otro que la superación de lo representativo (delegar tu poder mediante el sufragio) por la participación directa y protagónica (o al menos igualar la frecuencia de la práctica).  Otro reto es que dichas formas de organización alcancen el desarrollo de sus capacidades de integración o inclusión de los diversos actores de las comunidades, cosa en la cual no han sido muy eficaces, lo cual se refleja en un 37% de personas encuestadas que expresan desconocer los proyectos que llevan a cabo los consejos comunales de su comunidad.
En otro sentido más positivo, hay que decir que un poco menos de la mitad de esa población indagada expresa que los próximos dos o tres años la participación de las personas en las comunidades aumentará, expresando así optimismo en los resortes que hacen moverse de manera colectiva a los actores activos de las comunidades donde estas personas hacen vida. Esto debe darle al Estado una plataforma sobre la cual pueda seguir avanzando en las políticas que conlleven a tal traspaso de poder directamente a las comunidades organizadas y articuladas con fines colectivos.

Entonces el panorama se puede vislumbrar positivo ya que el modelo está allí. Hay un marco jurídico que lo respalda, un gobierno con convicción probada a través de los llamados gobiernos de calle, un pueblo empoderado y una clara voz que retumba por todo el país: “Todos los motores constituyentes son tributarios o convergen sobre el quinto (motor), que es el máximo, el de máxima fuerza, el que debe ser el motor principal. ¿Cuál es? La explosión revolucionaria del poder comunal: los Consejos Comunales… el quinto motor constituyente…Y es esencial…” (Hugo Rafael Chávez Frías).

Oscar Navarro, sociólogo e investigador.
Grupo de Investigación Social, GISXXI
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