Cuanto
más habla Don Juan Orlando Hernández de sus éxitos y su tenaz
compromiso contra la corrupción, más gente indignada se suma a las
calles. En diez días de movilizaciones sostenidas y crecientes, el
repudio a la corrupción oficial se va uniendo cada vez más a la demanda
política de la renuncia del presidente. El gobierno apuró el informe de
la Comisión multipartidaria, y sus resultados agudizaron la presión
social. Ha propiciado marchas paralelas y los resultados han evidenciado
la práctica corrupta manipuladora del régimen.
De
las movilizaciones de antorchas, se ha de saber el paso y los pasos
siguientes. El régimen pone su confianza en el cansancio de la gente,
esperando que con el pasar de los días la población se agotará, las
aguas volverán a sus cauces y entonces los cachurecos retomarán la
contraofensiva en todos los frentes y con todos los recursos.
Desde esta Nuestra palabra nos atrevemos a lanzar las siguientes sugerencias:
1-
En cualquier situación hay que evitar caer en la provocación de la
violencia. Las caminatas han sido un ejemplo eximio de civismo y no
violencia activa. La fuerza de la protesta se ha hecho sentir en el
repudio a la corrupción y al régimen y en la acción pacífica ciudadana.
En esta actitud reside la autoridad de las protestas y en ella residirá
la capacidad para seguir creciendo en sus demandas hasta lograr
finalmente sus objetivos.
2-
Aunque todo mundo ha de caber en las luchas actuales, habría que evitar
que la protesta sea capitalizada por colores políticos partidarios. La
fuerza política de las acciones reside en la amplia convocatoria en
donde todo mundo queda. Los liderazgos políticos partidarios han de
saber estar presentes sin buscar elevar perfiles, sino en promover que
mucha más gente se sume y haga suya la lucha.
3-
A la euforia hay que unir el análisis, la reflexión y el polo a tierra.
El régimen sigue teniendo mucho poder y sigue contando con poderosas
alianzas nacionales e internacionales. La consigna de la renuncia de
Juan Orlando Hernández ha de estar acompañada de una sobria lectura de
la correlación de fuerzas. Se han dado pasos, pero hay que evitar caer
en la tentación de que ya hemos alcanzado las condiciones para el
derrocamiento de un régimen que se ha pertrechado en firmes posiciones.
4-
La euforia y el análisis han de ser acompañados de los contenidos o
líneas temáticas que den coherencia a la lucha. La demanda por una
Comisión Internacional en Honduras, parece que es consenso de todas
caminatas, ¿qué otros contenidos? ¿Un nuevo fiscal, una nueva Corte
Suprema que sean elegidos en base a los mecanismos de consulta popular
como el plebiscito y el referéndum? Definir los contenidos es decisivo
para saber orientar la lucha con objetivos y estrategias comunes.
5-
Sin duda, en estas caminatas se experimenta el encuentro de las
generaciones. Gente vieja luchadora con la irrupción de juventudes.
Fortalecer este encuentro inter-generacional enriquecerá la lucha,
siempre que los viejos liderazgos tengan la osadía de entregar la
antorcha del protagonismo a los liderazgos que emergen de la juventud. Y
desde los liderazgos juveniles alcanzar coordinaciones y articulaciones
nacionales. Escuchar y descargar Nuestra Palabra
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