Escrito por Equipo de Investigación | Noviembre 27 del 2014
Tegucigalpa, Honduras (Conexihon).- Las
flores rojas
que adornan la entrada de la casa parecen frescas. Una pequeña silueta
que se va haciendo más clara a medida nos acercamos, una niña de rizos
castaños que sonríe, con una mueca tímida.
Se trata de la hija del
periodista Nery Soto,
con apenas seis años es difícil comprender por qué su papá no está para
arrullarla durante las noches. Cada vez que pregunta, su mamá le dice
que papá está en el cielo y que desde allá la está cuidando.
“Siempre
comenta que va a ser doctora porque su padre así se lo decía; la niña
vio a su papá por última vez la noche que se durmió a la par de él.
Estaban acostados en una frazada sobre el suelo”, así lo expresó Valery
Ramírez, esposa de Soto, asesinado en Honduras el 14 de agosto, frente a
su vivienda.
Su canto dormía a sus hijas
El
padre jugaba todas las noches con sus dos hijas, a la mayor le cantaba
una canción de Juan Luis Guerra. Estaba siempre pendiente de ellas, iba a
la escuela para acompañarla cuando había actividades.
Unos
días después de su muerte, en las fiestas de septiembre, la niña estaba
sola en una esquina de la escuela. El periodista Osman Guardado sintió
que le estrujaron el corazón al ver así a la hija que tanto amaba su
amigo y colega, el periodista Nery Soto. Se acercó, le preguntó si ya
había comido y se puso a platicar con ella para alegrarla.
Valery
siente que desde la noche del 14 de agosto le arrancaron una parte de
su vida que quiere olvidar y que ha “repetido hasta la infinidad”. Ha
tenido que contar la misma historia a la Fiscalía, a la Dirección
Nacional de Investigación Criminal (DNIC), a Derechos Humanos, de ahí
regresó la Fiscalía, luego llegó un equipo de especialistas desde
Tegucigalpa a seguir la pista del asesinato de su esposo y ahora a
periodistas interesados en investigar qué hay detrás de este crimen.
-Voy a meter la moto, fueron las últimas palabras de Nery Soto. Salió y en ese momento su esposa escuchó los disparos.
La
costumbre de Soto era dejar su motocicleta en la parte frontal exterior
de su vivienda para permanecer con sus hijas en el interior, jugando y
cantando, dejaba afuera la moto hasta eso de las 9:00 de la noche porque
había que mover un mueble para meterla dentro de la casa porque no
tenía un estacionamiento.
Ese día regresó a casa, del Canal
23, como a las 4:00 de la tarde, Valery llegó como a las 6:00 de la
tarde. Nery le dijo a Valery que había ido a la escuela de su hija y
que la niña quería salir en un cuadro especial en septiembre.
Eran las 7:00 de la noche, Nery se
puso a jugar con las dos niñas, el fluido eléctrico se interrumpió y él
permaneció junto a sus hijas, sólo alumbrado con la luz de un celular,
Valery mientras tanto estaba acostada y se durmió.
Él
recogió las cortinas para que la claridad de la luna alumbrara el salón
de estar, a la niña de un mes y medio de nacida la acostó en una silla
especial, al igual que hacía todas las noches. Y a su otra nena la
acostaba sobre un edredón en el suelo. Casi todos los días esa era la
rutina, a Nery le gustaba escuchar música romántica con su hija mayor.
Él le cantaba y la niña le cantaba a él.
Mientras
tanto, el asesino estaba al acecho, vestido de negro con la cabeza
cubierta, escondido en una casa abandonada, situada en frente del
domicilio del periodista. Esperando el momento en que el comunicador
saliera a mover su moto como lo hacía todos los días.
A
eso de las 9:00 de la noche retornó el servicio de fluido eléctrico,
Nery le pidió a su esposa que pasara a la niña de la cama matrimonial a
su cama, la otra pequeña quedó en una silla frente a la puerta de salida
de la vivienda. Ahí la ponían siempre, Valery se levantó para arreglar
la cama de la niña mayor.
Vio
a Nery parado detrás de la moto esperando que ella moviera a la bebe,
él la vio y luego bajó la mirada para ver a la pequeña, ella pensó que
se espere. En ese instante ella escuchó dos detonaciones, como en
ráfaga, se dio vuelta, vio que la bebe se asustó, la tomó y la llevó
para adentro, mientras pensaba que los disparos eran al otro lado de la
calle. Luego empezó a gritar el nombre de su esposo.
“Dios le da a sus soldados más fuertes las batallas más duras”
La motocicleta quedó con una llanta dentro de la casa y la otra afuera.
“Al
final no me interesa qué pasó, hagan lo que hagan no me lo van a
levantar de dónde está. Este año se graduaba la bebe de kínder y él
hacía planes, era la primera vez que se le graduaba su hija. Quisiera
retroceder el tiempo y decirle, dejá esa moto ahí afuera”, dice Valery
como en un diálogo con su ser interior. Mientras habla, por una
hendidura de la puerta su niña de seis años escucha escondida el diálogo
hasta que nos damos cuenta y su madre la manda a jugar con su abuela.
Dios
le da a sus soldados más fuertes las batallas más duras, “si a mí me ha
tocado esta batalla es por algo, voy a salir adelante con mis dos
hijas, verlas crecer y recordarles lo mucho que su papá las quería”.
Irregularidades y sicariato
La otra cara del dolor de esta
historia es la trama de supuestas irregularidades que involucran a
funcionarios judiciales, ineficiencia y la indolencia con que se ha
tratado el caso.
Aunque hay un sospechoso, la
Fiscalía no tiene prueba científica porque ni siquiera habían hecho
autopsia al cuerpo del periodista y debieron exhumarlo para realizar
este peritaje.
El supuesto asesino que estaba al
acecho, mientras Nery jugaba con sus dos pequeñas es Carlos Javier
Martínez Ponce, sostiene la Fiscalía basada en dos testigos protegidos.
Se investiga si hay políticos, ligados al narcotráfico que pudieran
estar ligados a este crimen.
Y
mientras tanto la gran pregunta sigue siendo ¿por qué lo mataron? Si
Nery Soto era un periodista tranquilo, no se metía con nadie, sus
enfoques periodísticos nunca fueron polémicos, no tenía enemistades
personales porque era un hombre amigable y pacífico y tampoco tenía
problemas pasionales.
Cada
una de las hipótesis que la policía tiene a los periodistas locales le
parecen descabelladas y poco creíbles no sólo porque la policía merece
poca confianza en la zona sino porque no encuentran un motivo
convincente para que una banda de sicarios haya querido asesinar a
Nery.
Sin embargo, una cosa si es real, el asesinato ha generado temor.
El
juicio contra el principal sospechoso está en la etapa preparatoria en
el Juzgado de lo Penal de la Sección Judicial de Olanchito, es decir
está por realizarse la audiencia preliminar que eleva el proceso a
juicio
Martínez Ponce tiene auto de prisión desde el 28 de agosto de 2014 por supuesto asesinato.
Varios testigos dijeron ante el
juzgado que Martínez Ponce estaba con ellos el día que asesinaron a
Soto. La audiencia de declaración de imputado fue el 26 de agosto de
2014.
Desde esta primera audiencia, el
juez le decretó detención judicial. La audiencia preliminar está fijada
para el 29 de diciembre de 2014. En esta audiencia el juez considerará
si eleva la causa a juicio oral y público o da una carta de libertad
provisional o definitiva.
La
investigación del Ministerio Público (MP) va encaminada a comprobar que
el supuesto autor materia pertenece a un grupo organizado de sicarios
que cometería crímenes por encargo en todo del departamento.
Por ahora, el MP también realiza
una investigación en el Juzgado de Letras Seccional de Olanchito porque
se presume la supuesta colusión de una empleada judicial con el
sospechoso.
Vea además:
- Relatoría especial condena asesinato de periodista en Honduras
- Consternación e indignación por muerte del comunicador
- Periodista es acribillado a tiros frente a su residencia
- Sin dictamen de autopsia enterraron a periodista asesinado en Olanchito
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