Tegucigalpa -
Tras vivir su época dorada en los años 70 y 80, las empresas públicas
hondureñas comienzan a evidenciar la crisis que vive el Estado y a la
vez empiezan a denotar el proceso de modernización que vive la economía
mundial, donde solo sobreviven las empresas ágiles, flexibles y las que
se adaptan a la marea de las transformaciones tecnológicas.
La
oleada de las empresas estatales para brindar servicios surgió como
esfuerzos gubernamentales para brindar modernidad a la población en su
época y porque el sector privado nacional o extranjero no ofrecía el
mismo o lo había dejado abandonado.
Muchas
de las empresas estatales surgieron simultáneamente con otras entidades
públicas propias de los Estados modernos, como los institutos de
previsión, servicios de correos o entidades técnicas como los institutos
de formación, direcciones y otras iniciativas gubernamentales.
DE aquella época dorada…
Pero
fueron las empresas estatales como Hondutel, ENEE, la Portuaria, Sanaa o
el Pani las que se transformaron en los dorados paraísos para los
trabajadores y sus respectivos movimientos sindicales, ya que lograron
obtener conquistas que no estaban al alcance del resto de trabajadores
del sector privado.
Simultáneamente
dichos entes fueron apetecidos en su momento por los jerarcas militares
y luego por los políticos en los años 80, 90 y la primera década del
presente siglo, ya que se convirtieron en las agencias de empleo para
activistas de sus partidos.
El
idilio entre sindicalistas y políticos progresó a lo largo de casi tres
décadas, ya que Honduras y el entorno de países vecinos vivían bajo un
esquema económico de mercados cautivos y los servicios prestados eran
monopolios estatales donde no existía la competencia.
Pero
cuando la economía mundial inicia el proceso de liberalización y
Honduras comienza a dar sus primeros pasos a mediados de los años 90,
las empresas comienzan a sentir la presión de la competencia del sector
privado.
Hondutel
Pero
luego el sector telecomunicaciones fue liberalizado y las empresas
celulares fueron habilitadas para entrar a ofrecer llamadas
internacionales e incluso nacionales.
Con
la competencia abierta, Hondutel comenzó a perder clientes e ingresos,
ya que su principal fuente de entrada de dinero eran las llamadas
internacionales, las cuales comenzaron a ser controladas por las
empresas celulares que ofrecían precios más competitivos para el
público.
La ruina de Hondutel se profundizó año con año a tal grado que se ha visto obligada a desprenderse
de más de 1,400 trabajadores de su pesada planilla laboral y a tener
que recibir ayuda del gobierno para hacerle frente a sus compromisos.
Las pérdidas del año pasado superaron los 300 millones de lempiras y para el 2014 también se estima que cerrará en rojo.
Portuaria
Mientras
la Empresa Nacional Portuaria también ha cerrado en rojo los últimos
años y ha tenido que ser rescatada por la vía de dos fideicomisos a
manos de dos empresas privadas.
Los fideicomisos le permitieron reducir la carga laboral, así como mejorar la operatividad en Puerto Cortés.
Se espera que el 2014, la ENP cierre con números negros y deje de ser una carga para el contribuyente hondureño.
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ENEE
Igualmente
los responsables del gobierno señalan que la ENEE deberá ajustar su
planilla laboral a la baja y tener que despedir a cientos, sino miles de
trabajadores.
Pani
El ente de servicios operador de la Lotería Nacional, tanto en sus versiones populares de la Chica y la Mayor, es otro que ha sucumbido ante el avance del sector privado, que tras ofrecer loterías electrónicas ha barrido virtualmente la lotería impresa.
El Pani casi vive de las transferencias que recibe de la lotería electrónica, pero no ha sido capaz de reducir su planilla laboral que refleje fielmente los ingresos propios que genera
http://www.proceso.hn/component/k2/item/89532-sindicalistas-de-empresas-estatales-comienzan-a-vivir-%C3%A9pocas-flacas.html
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