Fuente: Agencia AFP. / Domingo,4 de mayo, 2014 - 9:32 Am / Cuatro niños de entre dos y 13 años fueron asesinados a cuchilladas la madrugada del domingo por desconocidos en el remoto municipio de Limón, al noreste de la capital hondureña, informó el jefe de la policía en la zona, Daniel Ferrufino.
Honduras afronta una ininterrumpida ola de violencia que lo llevó a ocupar el primer lugar en homicidios.“Hoy (domingo) a eso de las dos de la mañana se nos informó que en una casa de habitación del municipio de Limón se encontraban cuatro menores que habían sido asesinados (y) ya estamos en el lugar de los hechos”, relató el jefe de la policía en el departamento de Colón a una estación local.
“Ya tenemos sospechosos detenidos y los niños (muertos) son cuatro, una de 13 años, uno de 10, uno de siete y uno de dos años”, precisó el oficial, quien añadió que tuvieron dificultades para llegar al sitio por las malas condiciones de la carretera.Indicó que en el momento del crimen “se encontraban solos los niños, porque los padres de ellos estaban fuera” de la vivienda, situada “a la orilla” del municipio de Limón.Respecto a los motivos del crimen, “hay hipótesis”, dijo, pero declinó dar mayor información.Honduras afronta una ininterrumpida ola de violencia que lo llevó a ocupar el primer lugar en homicidios del mundo, 79 por cada 100.000 habitantes en 2013, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional, y 75,6 según la policía.http://www.latribuna.hn/2014/05/04/asesinan-a-cuatro-ninos-de-dos-a-13-anos-en-honduras/
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Sobre el caso del día anterior:
Desgarrador adiós a niños asesinados en La Pradera
Domingo,4 de Mayo de 2014 - 12:08PM -
Redacción: redaccion@laprensa.hn
Kenneth Alejandro Castellanos (7) y Luis Edgardo Hernández (13) fueron sepultados en medio del dolor de sus familiares y amigos.
San Pedro Sula, Honduras.
Dos familias lloraron ayer la
partida de sus hijos, dos pequeñas víctimas de la ola de violencia que
impera en la colonia La Pradera, en el este de San Pedro Sula.
Ayer dieron el último adiós a Kenneth
Alejandro Castellanos (7) y Luis Edgardo Hernández (13), dos de los ocho
niños que han sido asesinados en solo un mes en este sector sampedrano.
En el funeral de Kenneth hubo desmayos,
gritos desgarradores, sentimientos de pesar y palabras de cariño en
memoria del pequeño. Solo acudió su familia. Fue un momento íntimo,
donde su madre, hermanos, tíos y primos solo pudieron orar por él.
Elevaron sus plegarias al cielo pidiendo
no solo por su alma, sino por ellos, para que el consuelo y la
fortaleza los acompañen y superar los duros golpes que en solo una
semana les ha tocado vivir con el asesinato de dos de sus hijos: Kenneth
y Anthony Castellanos (13), sepultado el jueves anterior en el sector
López Arellano, Choloma, Cortés.
El dolor también lo vivía ayer en otro
sector de la ciudad la familia de Luis Edgardo Hernández Argueta (13),
cuyo cadáver fue encontrado el lunes en las cañeras del ingenio Santa
Matilde, en el municipio de San Manuel, Cortés, pero que fue reconocido
hasta el jueves por las autoridades forenses y entregado el viernes por
la noche a su madre Daysi Argueta.
Lo velaron en una humilde vivienda de la
colonia La Primavera, en las faldas de El Merendón, acompañados por
familiares y miembros de la iglesia que los apoyaron en todo momento.
Ayer al mediodía fue sepultado en el cementerio de Calpules.
El sonido de la pala que cubría el
féretro con la tierra apenas rompía el ambiente de tristeza en la
despedida del pequeño que cursaba el cuarto grado.
El rostro de sus familiares reflejaba el
dolor, la impotencia de ver partir a un niño que dejaba el recuerdo de
sus carcajadas y el apoyo que en todo momento brindó a su familia.
Un adiós a Kenneth
Desde las 8:00 am, la familia
Castellanos llegó a Medicina Forense para retirar el cadáver de Kenneth.
La espera se prolongó dos horas, mientras su madre, abuelo y tíos
hacían los trámites. El avanzado estado de descomposición del cuerpo
obligaba a sus familiares a llevarlo de inmediato a sepultar.
A las 10:46 am, el vehículo donde
transportaban el féretro con los restos del pequeño de siete años
ingresó al cementerio Amor Eterno, en la López Arellano.
Sus familiares se acercaron a la fosa
que habían preparado para recibir sus restos, pero el dolor por su
pérdida destrozaba el corazón de su familia
. 
La abuela no pudo soportar el impacto de
su muerte y entre sollozos exclamaba: “¿Por qué te lo llevaste, Señor?
Yo quería ver la cara de mi niño por última vez. Se me parte el corazón;
es un dolor tan grande”.
En una esquina de la carpa colocada para despedir a Kenneth, Wendy Castellanos, su madre, estallaba en llanto.
La mujer se desmoronó. En solo cinco días vivía la peor pesadilla de su vida con la pérdida de dos de sus hijos.
“Es un dolor inmenso, una prueba dura
que hoy enfrento y solo me queda sacar fuerzas, pedirle a Dios que me
ayude para aceptar la partida de mis hijos. Me llevaron lo que más
quería en mi vida”.
La lluvia comenzó a caer y sellaba la
despedida de aquel pequeño, el travieso, el que estaba dispuesto a
ayudar y que ahora, asegura su familia, se convierte en el ángel que
desde el cielo cuida a la familia.
Sepultan a Luis Edgardo
Habían planeado sepultar a Luis Edgardo
Hernández a las 7:00 am en el cementerio La Puerta, pero su entierro se
retrasó tres horas. La fosa donde depositarían sus restos no estaba
terminada y tuvieron que buscar un espacio en el cementerio de Calpules,
en el este de San Pedro Sula, para sepultarlo.
La familia tuvo tres horas más para
velarlo. Para recordar los momentos que compartieron con aquel niño que
con sus travesuras dejaba anécdotas grabadas en la memoria de sus
hermanos, primos, tíos y madre.
A las 11:00 am, el pick-up negro partió
con el ataúd al camposanto. Solo su familia iba con él para despedirlo.
Los rostros reflejaban tristeza, las lágrimas rodaban por las mejillas y
el silencio reinó en todo el recorrido y en su entierro.
“Se me parte el corazón. Con él se va
una parte de mi vida. Desde el cielo será mi guardián, el que me dé
fuerzas para continuar porque esto no es fácil de superar. Dios sabe los
propósitos y solo nos queda aceptar su voluntad aunque duela. Gracias a
las personas que nos han apoyado en estos momentos”, dijo Daysi
Argueta, la madre.
Kenneth y su hermano, junto con Luis
Edgardo, son tres de los ocho niños que según la Policía han sido
victimados supuestamente por pandilleros en menos de un mes con el mismo
patrón de privarlos de su libertad para asesinarlos en las cañeras y
otros lugares solitarios.
El temor acecha. Las familias están
preocupadas por estos hechos en la colonia La Pradera. Las muertes de
los niños marcan una nueva amenaza para los padres de familia que viven
en los alrededores. Están a la expectativa de las respuestas de las
autoridades para esclarecer estas muertes.
En las redes sociales, la población se
unía ayer a la campaña de diario La Prensa para condenar la ola de
crímenes contra los menores. Todos piden justicia y seguridad.
De día y de noche vigilan la colonia la pradera
Policías y militares intensificaron
desde ayer los patrullajes, saturaciones y puntos de control en la
colonia La Pradera. Los uniformados aseguran que vigilan las 24 horas la
zona y los sectores aledaños para dar seguridad ante el temor que
tienen los vecinos de nuevas desapariciones o asesinatos de menores de
edad.
“Estamos cercando la zona, queremos que
los pobladores sientan que los protegemos, que estamos respondiendo a
las demandas de seguridad y ahora más por la alarma generada por la
muerte de estos menores.
Hay un compromiso de la Policía de dar
respuestas y solo les pedimos que confíen porque esperamos tener
capturas en las próximas horas”, dijo Óscar Alexis Sosa Martínez, jefe
de la Unidad Metropolitana de Prevención e Intervención contra el Crimen
(Umep) en el sector Satélite.
Los equipos de vigilancia se han
distribuido por el bulevar Las Torres y la 27 calle para vigilar las
cuatro entradas de la colonia La Pradera. Incluso las operaciones
abarcan el sector que colinda con el barrio Perpetuo Socorro, donde fue
encontrado uno de los menores asesinados.
Los policías saben que hay banderas
informando de sus acciones, pero tienen claro que darán la batalla para
evitar que nuevos hechos enluten los hogares de otras familias ante la
avanzada que en el último mes han dado los delincuentes en la zona.
Piden tomar medidas
Piden tomar medidas
Debido al cierre de espacios que según
las autoridades llevan a cabo en la zona, temen que los pandilleros
emigren a otros sectores, por lo que piden a la población tomar medidas y
sobre todo denunciar cualquier situación anormal en los barrios y
colonias sampedranas.
“El trabajo de la Policía con apoyo de
las Fuerzas Armadas en la zona provocará sin lugar a dudas la salida de
los pandilleros a otros sectores. Ante esa posibilidad, le pedimos a la
población que denuncie cualquier situación que se genere. Pueden llamar
al 911 y de esta manera prevenir situaciones que después se lamenten”,
dijo el oficial.
La presencia de los uniformados para algunos es una buena señal porque aseguran que se sienten más seguros en el sector.
“Nos alegra que estén permanentemente en
la calle. Es necesario tener más controles. Esta zona ha estado
sometida, con tiroteos constantes y las amenazas de los pandilleros, lo
que nos obliga en las noches a no circular en la calle”, dijo un vecino
que omitió su nombre por seguridad.
Un mal mensaje
Un mal mensaje
La muerte de los ocho menores, para los
investigadores que han tomado el caso y la Policía que vigila la zona,
no es más que un mensaje que quieren dejar en la población para
instaurar el miedo, pero se debe combatir denunciando.
“Nos preocupa que en estos casos de
niños raptados en la zona y encontrados muertos en otros puntos de la
ciudad nunca se presentaron denuncias. Eso limita la operación o la
respuesta inmediata de las autoridades.
Preocupa esta situación porque se da un
mal mensaje. Esto es aprovechado por los malvivientes porque siembran el
miedo y con la hipótesis de que hay pandilleros tras estas muertes es
como decir que el niño que se niegue a ser parte de estos grupos perderá
la vida”, dijo Sosa.
Las autoridades aseguran que no desmayan
en el caso, que hay instrucciones precisas de los superiores para
responderle a la ciudadanía y no descansarán hasta que se encuentre a
los responsables de las muertes de los niños.
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