Prestidigitación electoral en Honduras CONTINUACIÓN DEL GOLPE DE ESTADO POR OTROS MEDIOS. Por Maurice Lemoine
Por
lo general, aunque sólo sea durante unos días, unas elecciones
salpicadas de sospecha de fraude agitan a la “comunidad internacional” y
los medios denominados “de información”. Tal no ha sido el caso de
Honduras, donde Juan Orlando Hernández, “electo” en condiciones dudosas,
tomó posesión de la presidencia el 27 de enero, bajo la unción de la
Unión Europea y la Organización de los Estados Americanos.
En
Tegucigalpa, durante los días precedentes a las elecciones generales
del 24 de noviembre de 2013, nadie tenía ninguna duda: la victoria para
la presidencia se decidiría entre el presidente del Congreso Juan
Orlando Hernández, del Partido Nacional (PN), ya en el poder, y,
representando a Libertad y Refundación (LIBRE), Xiomara Castro, esposa
del ex presidente Manuel Zelaya, derroca- do el 28 de junio de 2009 por
una camarilla cívico-militar a la que le disgustaba su giro hacia la
izquierda, aunque fuera moderado. Otros siete partidos participaban en
la campaña –entre ellos el Partido Liberal (PL), que se alterna en el
poder con el PN desde hace más de un siglo–, pero apenas tenían peso en
los debates.
Tras
el golpe de Estado nació el Frente Nacional de Resistencia Popular
(FNRP), que luchó contra los golpistas en la calle, y después vino su
brazo político, LIBRE, cuando Zelaya, su actual coordinador general,
regresó del exilio el 28 de mayo de 2011. Dos años más tarde, habiéndose
vuelto la situación económica y social una pesadilla, la oligarquía no
escatimó en medios para alejar la... “amenaza populista” que representa
el “socialismo democrático” invocado por Xiomara Castro. Así, una
“tarjeta cachureca” (1) vio oportunamente la luz un mes antes de las
elecciones. Distribuida por el PN, después de rellenarse un formulario
que incluía el número del documento nacional de identidad, dirección,
teléfono y correo electrónico quien lo tuviera, permitía obtener
descuentos que oscilaban entre el 10% y el 30% en diversos
establecimientos comerciales “amigos”. De manera paralela, en una zona
residencial de Tegucigalpa, el PN dispone de un centro de operaciones
informatizado donde cuatrocientas (¡400!) personas se afanan en recordar
a los hondureños que “Juan Orlando es- pera [su] voto” y en preguntar
al mismo tiempo si ya tienen la “tarjeta cachureca”, que sólo se puede
adquirir en los locales del partido.
Innumerables
paneles y carteles convierten a Juan Orlando Hernández (JOH) en
omnipresente; los medios de comunicación inundan de propaganda a los
electores, como si los colocaran en un camino del que no se pueden
apartar. El gasto de dinero es tal que la jefa de la Misión de
Observación Electoral de la Unión Europea (MOE UE), Ulrike Lunacek, se
preocupa ante la ausencia de transparencia en la financiación de la
campaña, sin nombrar específicamente a ningún partido. En un país
impregnado por el narcotráfico, la reflexión no tiene nada de anodino.
En
el bando de LIBRE, a pesar de los sondeos favorables, no se oculta una
cierta inquietud. Candidato al cargo de designado (2), Enrique Reina
explica al respecto: “Durante las primarias del Partido Nacional, en las
cuales se le daba como favorito, Ricardo Álvarez, el adversario de JOH,
denunció un fraude descarado y pidió al Tribunal Supremo Electoral
[TSE] un recuento de los votos que jamás obtuvo”.
El
día 24, a las 16:20 horas, mientras se hacían y deshacían grupos
movedizos de personas ante las urnas, el presidente del TSE, David
Matamoros, se reunía con Lisa Kubiske, la embajadora estadounidense en
Honduras. ¿Chocante? ¡En absoluto! Desde hace una eternidad, Estados
Unidos lleva la voz cantante aquí. Durante toda la velada electoral, la
diplomática permanecerá en la sede del TSE.
A
las 19:25, en un salón del Hotel Clarión, una especie de fiebre se
apoderaba de los asistentes: con arreglo a los sondeos efectuados por
LIBRE a la salida de los colegios electorales, Castro anunciaba su
victoria con el 29% de los votos (3). Una hora después, sobre la base de
más del 20% de las actas electorales, el TSE anunció, por su parte, que
Hernández se imponía (34,07%); mencionó igualmente que otras actas –19%
del total nacional– fueron apartadas, dado que adolecían de
“anomalías”, y quedaban pendientes de una “verificación ulterior” por
medio de un procedimiento denominado “escrutinio especial”. “Con un 19%
no se puede hablar de un error –reaccionó enseguida Zelaya–, sino de la
nulidad del proceso”. La palabra fraude fue pronunciada.
Cuando,
a las 22:40, habiéndose procedido al escrutinio del 54,47% de las
papeletas, Matamoros confirmó que JOH seguía como triunfador con el
34,27% de los votos, dos observadoras hondureñas oficialmente
acreditadas nos confiaron discretamente: “Lo que hemos visto no nos
gusta. Hay un fraude evidente, hemos visto mil ejemplos. Haremos un
informe, pero ¿de qué servirá?”. Para todo periodista de buena fe, la
situación se hacía delicada. ¿A quién y a qué referirse? Y, de hecho,
puesto que en ese momento le viene a la cabeza, ¿qué dicen los sondeos
“a pie de urna”?
El
19 de noviembre, el TSE había autorizado a seis institutos a realizar
dichos sondeos y a hacerlos públicos el día 24 a partir de las 19 horas.
Democracia sí, pero no temeraria. No obstante, había precisado: “Antes
de publicar los resultados, deberán comunicárnoslos para poder verificar
que los datos ofrecidos concuerdan con los nuestros” (4). En la fecha y
hora establecidas, radios y televisiones guardaban un silencio total.
Solamente podían citar las cifras del TSE. Posteriormente,
descubriríamos que el propietario de uno de los institutos
“autorizados”, Ingeniería Gerencial S. A. , era nada menos que el
ministro de Seguridad Arturo Corrales.
También
descubriríamos que el instituto Hagamos Democracia desveló los
resultados de sus encuestas “a pie de urna” a la mañana siguiente para
confirmar las cifras del TSE. Asimismo, descubriríamos que de los
sondeos del resto (Paradigma, Le Vote, CID Gallup y una sexta firma
desconocida) no se escuchó ni una sola palabra la tarde del escrutinio.
De manera cuidadosa, se había impedido la observación del proceso en
vivo.
En
las horas posteriores, el periodista conservador y candidato del
Partido Anticorrupción (PAC) Salvador Nasralla (con 15,73% de los votos)
también denunció las múltiples irregularidades y habló de “la
instauración de una dictadura en Honduras”. La representación de la
Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el
Caribe (COPPPAL) –compuesta por sesenta partidos de veintiocho países,
de los cuales catorce están en el Gobierno– “pide transparencia al TSE”.
Para la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), el ex
magistrado Baltasar Garzón pronto declarará que “se ha cometido fraude a
través de diferentes mecanismos y diferentes vías”.
Compra
de votos, alteración y falsificación de documentos, retención de
resultados favorables para LIBRE son algunos de los actos cometidos por
los responsables de los colegios electorales miembros del PN. El día 26,
a pesar de no haber respondido de manera convincente a las denuncias de
la oposición, la Unión Europea (UE) publica su informe preliminar (5).
El poder podía respirar tranquilo. Aunque se señalaron numerosas
anomalías del tipo “aproximadamente el 30 % de las entradas [del
registro electoral] corresponden a personas que emigraron o fallecieron,
mientras que, en un número menor de casos, hay ciudadanos vivos que han
sido declarados fallecidos”, la MOE UE declara el proceso válido y lo
califica de “transparente”. Además, no cree conveniente mencionar que
LIBRE y el PAC, que representan alrededor del 50% de los votantes, ponen
en cuestión los resultados. Sin embargo...
Tomemos
el caso del departamento de Copán, uno de los departamentos más pobres
del país. En El Paraíso, un pueblo polvoriento, el ayuntamiento, por no
decir el “palacio municipal”, costó 900.000 dólares y dispone de un
helipuerto. Es conocido públicamente que el alcalde y miembro del PN
Alexander Ardón forma parte de “los señores de lafrontera”, es decir,
los narcos que aseguran el paso de la cocaína hacia su vecina Guatemala
(6). En esta zona, la cual pretenden seguir controlando (San Antonio, La
Jigua, San Agustín, San Jerónimo, Dolores, Concepción, Trinidad, Santa
Rita, El Limón, Libertad Nueva, etc.), los delegados de LIBRE se vieron
obligados a abandonar los colegios electorales bajo la amenaza de
hombres armados. Los representantes del TSE también salieron por la
fuerza. La diputada de LIBRE, Elvia Argentina Valle, cuenta: “Cuando nos
avisaron, llamamos a los observadores de la UE y les pedimos que se
acercaran a ese sector para comprobar la situación de nuestros
militantes y representantes. Ellos nos respondieron que su seguro les
prohibía entrar en zonas de alto riesgo, así como exponer sus vidas.
Pero nos dijeron que iban a transmitir toda la información”.
¿Y
lo hicieron? Por supuesto. ¿Alguien les escuchó? Sí, uno de los
miembros de la misión de la UE, el austríaco Leo Gabriel, respondió
indirectamente cuando, a su salida del aeropuerto de Tegucigalpa, puso
las cosas en su sitio diciendo: “La palabra ‘transparente’ no puede
emplearse en este escrutinio, ni en el recuento, ni en las elecciones en
general. (...) Muchas veces ha habido desacuerdo entre los observadores
y no se nos ha consultado antes de redactar el informe. Hemos rellenado
formularios donde describíamos la situación con todo lujo de detalles,
pero sólo se han quedado con aquello que constataba que [en su conjunto]
fueron unas elecciones tranquilas. Hemos insistido mucho en que el
informe fuera corregido, pero sólo hemos recibido negativas”.
Con
el Gobierno y sus relevos recalcando que la Organización de los Estados
Americanos (OEA) también había ratificado el resultado, la controversia
no disponía de tiempo de avivarse. Así pues, el hecho de que el día 29
Rixi Moncada, delegada de LIBRE en el consejo consultivo del TSE,
expusiera las pruebas de Xiomara Castro resultó en vano. Cuando las
actas, escaneadas en los colegios torales, fueron enviadas por Internet
de forma simultánea al TSE y a los partidos políticos, se pudo constatar
la diferencia entre las cifras de “14.593 votos obtenidos por LIBRE y
las publicadas en el sistema SIEDE [Sistema Integrado de Escrutinio y
Divulgación Electoral del TSE]. (...) Encontramos 82.301 votos
contabilizados de más a favor del PN; 55.720 votos que no se
contabilizaron para LIBRE, así como 34. 180 votos para el PAC, 39. 713
para el PL y 13.307 para otros partidos”.
Según
LIBRE, al menos 2.800 actas no fueron transmitidas a los partidos
políticos ni divulgadas en la página web del TSE. Por consiguiente, el
partido reclama un recuento de todas las actas, guardadas en el
Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP), bajo la
“vigilancia” de su director general David Chávez, candidato a diputado
(y electo) del PN. Del mismo modo, LIBRE exige que una comisión
internacional realice una prueba pericial del SIEDE. Con el tono
reprobatorio de un adulto regañando a un niño “que no sabe perder”,
llega la respuesta: ya la ha hecho la OEA. Pero precisamente...
El
20 de noviembre, a tan solo tres días del escrutinio, dicha
organización puso en conocimiento del TSE las conclusiones de la
auditoría realizada en todo el sistema informatizado desde el 24 de
octubre (7). Tras leer las 47 páginas del documento, los “fallos”, el
“no respeto a los estándares requeridos”, la “ausencia de información”,
la “imposibilidad de prever el comportamiento de la infraestructura
tecnológica” y otras “vulnerabilidades” mencionadas nos llevan a una
conclusión: el SIEDE no ofrece ninguna garantía de fiabilidad. En
concreto, el famoso “escrutinio especial”, donde los vo- tos rechazados
por “anomalías” representan a 883.140 electores, “no ha podido ser
evaluado”.
En
materia de fraude multiforme, estas “elecciones a la hondureña”
seguirán siendo un caso de estudio. La mañana de las elecciones, se
estuvieron escaneando las actas de los resultados desde las 9 horas.
Supuestamente, había dos representantes locales (un titular y un
suplente) en cada una de las 16.135 mesas electorales. Los cinco
partidos pequeños –Frente Amplio Político Electoral en Resistencia
(FAPER), Partido Demócrata Cristiano (DC), Unificación Democrática (UD),
Alianza Patriótica Hondureña (AP) y Partido Innovación y Unidad (PINU)–
recibieron 160. 000 acreditaciones. ¿Dónde está el error? Como es
lógico, sus delegados deberían haber votado a sus candidatos a la
presidencia, ¡pero estos cinco partidos solamente obtuvieron 17.516
votos en total! Sus “representantes” dieron y, sobre todo, vendieron
manifiestamente sus acreditaciones al PN, permitiéndole así tener todo
el peso en la gestión del escrutinio y, además, todos ellos votaron a
JOH.
Tras
haber sido rechazada la solicitud de impugnación de las elecciones y
del recuento presentada por Xiomara Castro, el 11 de diciembre por el
TSE y el 26 diciembre por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), nada
puede afirmar con total exactitud que fue ella la persona elegida como
presidente, tal como pretende. Sin embargo, también resulta muy difícil
contradecirla cuando califica a Hernández de jefe de Estado “ilegítimo”,
mal que le pese a la UE y a la OEA.
Aún
queda que JOH, desprovisto de la mayoría en el Congreso, donde el PN
obtuvo cuarenta y ocho diputados, cuente con LIBRE, que, con sus treinta
y nueve representantes, se ha convertido en la segunda fuerza política
del país. Argentina Valle lo resume de la siguiente manera: “Si se nos
hubiera demostrado, con pruebas reales, que hemos perdido, hubiéramos
aceptado la derrota. Pero no es el caso. Puesto que somos el brazo
político de la resistencia, nos van a tener permanentemente encima,
tanto en el Congreso, como en las calles”. !
© LMD EN ESPAÑOL
(1) Cachureco: persona muy religiosa. Diminutivo de los miembros del Partido Nacional.
(2) Una especie de vicepresidente. Hay tres en cada partido.
(3) Las elecciones solo constan de una vuelta.
(4) La Prensa, San Pedro Sula, 19 de noviembre de 2013.
(5)
MOE UE: “Declaración preliminar. Una votación y recuento transparentes
tras una campaña opaca y desigual”, Tegucigalpa, 26 de noviembre de
2013.
(6) Proceso, México, 27 de diciembre de 2013.
(7)
“Auditoría para la verificación y transparencia en el funcionamiento
del sistema integrado de escrutinio y divulgación electoral (SIEDE)
implementado por el Tribunal Supremo Electoral de Honduras para las
elecciones generales del 24 de noviembre de 2013” (PDF).
Lunes 10 de Febrero de 2014 - 11:36
Por
lo general, aunque sólo sea durante unos días, unas elecciones
salpicadas de sospecha de fraude agitan a la “comunidad internacional” y
los medios denominados “de información”. Tal no ha sido el caso de
Honduras, donde Juan Orlando Hernández, “electo” en condiciones dudosas,
tomó posesión de la presidencia el 27 de enero, bajo la unción de la
Unión Europea y la Organización de los Estados Americanos.
En
Tegucigalpa, durante los días precedentes a las elecciones generales
del 24 de noviembre de 2013, nadie tenía ninguna duda: la victoria para
la presidencia se decidiría entre el presidente del Congreso Juan
Orlando Hernández, del Partido Nacional (PN), ya en el poder, y,
representando a Libertad y Refundación (LIBRE), Xiomara Castro, esposa
del ex presidente Manuel Zelaya, derroca- do el 28 de junio de 2009 por
una camarilla cívico-militar a la que le disgustaba su giro hacia la
izquierda, aunque fuera moderado. Otros siete partidos participaban en
la campaña –entre ellos el Partido Liberal (PL), que se alterna en el
poder con el PN desde hace más de un siglo–, pero apenas tenían peso en
los debates.
Tras
el golpe de Estado nació el Frente Nacional de Resistencia Popular
(FNRP), que luchó contra los golpistas en la calle, y después vino su
brazo político, LIBRE, cuando Zelaya, su actual coordinador general,
regresó del exilio el 28 de mayo de 2011. Dos años más tarde, habiéndose
vuelto la situación económica y social una pesadilla, la oligarquía no
escatimó en medios para alejar la... “amenaza populista” que representa
el “socialismo democrático” invocado por Xiomara Castro. Así, una
“tarjeta cachureca” (1) vio oportunamente la luz un mes antes de las
elecciones. Distribuida por el PN, después de rellenarse un formulario
que incluía el número del documento nacional de identidad, dirección,
teléfono y correo electrónico quien lo tuviera, permitía obtener
descuentos que oscilaban entre el 10% y el 30% en diversos
establecimientos comerciales “amigos”. De manera paralela, en una zona
residencial de Tegucigalpa, el PN dispone de un centro de operaciones
informatizado donde cuatrocientas (¡400!) personas se afanan en recordar
a los hondureños que “Juan Orlando es- pera [su] voto” y en preguntar
al mismo tiempo si ya tienen la “tarjeta cachureca”, que sólo se puede
adquirir en los locales del partido.
Innumerables
paneles y carteles convierten a Juan Orlando Hernández (JOH) en
omnipresente; los medios de comunicación inundan de propaganda a los
electores, como si los colocaran en un camino del que no se pueden
apartar. El gasto de dinero es tal que la jefa de la Misión de
Observación Electoral de la Unión Europea (MOE UE), Ulrike Lunacek, se
preocupa ante la ausencia de transparencia en la financiación de la
campaña, sin nombrar específicamente a ningún partido. En un país
impregnado por el narcotráfico, la reflexión no tiene nada de anodino.
En
el bando de LIBRE, a pesar de los sondeos favorables, no se oculta una
cierta inquietud. Candidato al cargo de designado (2), Enrique Reina
explica al respecto: “Durante las primarias del Partido Nacional, en las
cuales se le daba como favorito, Ricardo Álvarez, el adversario de JOH,
denunció un fraude descarado y pidió al Tribunal Supremo Electoral
[TSE] un recuento de los votos que jamás obtuvo”.
El
día 24, a las 16:20 horas, mientras se hacían y deshacían grupos
movedizos de personas ante las urnas, el presidente del TSE, David
Matamoros, se reunía con Lisa Kubiske, la embajadora estadounidense en
Honduras. ¿Chocante? ¡En absoluto! Desde hace una eternidad, Estados
Unidos lleva la voz cantante aquí. Durante toda la velada electoral, la
diplomática permanecerá en la sede del TSE.
A
las 19:25, en un salón del Hotel Clarión, una especie de fiebre se
apoderaba de los asistentes: con arreglo a los sondeos efectuados por
LIBRE a la salida de los colegios electorales, Castro anunciaba su
victoria con el 29% de los votos (3). Una hora después, sobre la base de
más del 20% de las actas electorales, el TSE anunció, por su parte, que
Hernández se imponía (34,07%); mencionó igualmente que otras actas –19%
del total nacional– fueron apartadas, dado que adolecían de
“anomalías”, y quedaban pendientes de una “verificación ulterior” por
medio de un procedimiento denominado “escrutinio especial”. “Con un 19%
no se puede hablar de un error –reaccionó enseguida Zelaya–, sino de la
nulidad del proceso”. La palabra fraude fue pronunciada.
Cuando,
a las 22:40, habiéndose procedido al escrutinio del 54,47% de las
papeletas, Matamoros confirmó que JOH seguía como triunfador con el
34,27% de los votos, dos observadoras hondureñas oficialmente
acreditadas nos confiaron discretamente: “Lo que hemos visto no nos
gusta. Hay un fraude evidente, hemos visto mil ejemplos. Haremos un
informe, pero ¿de qué servirá?”. Para todo periodista de buena fe, la
situación se hacía delicada. ¿A quién y a qué referirse? Y, de hecho,
puesto que en ese momento le viene a la cabeza, ¿qué dicen los sondeos
“a pie de urna”?
El
19 de noviembre, el TSE había autorizado a seis institutos a realizar
dichos sondeos y a hacerlos públicos el día 24 a partir de las 19 horas.
Democracia sí, pero no temeraria. No obstante, había precisado: “Antes
de publicar los resultados, deberán comunicárnoslos para poder verificar
que los datos ofrecidos concuerdan con los nuestros” (4). En la fecha y
hora establecidas, radios y televisiones guardaban un silencio total.
Solamente podían citar las cifras del TSE. Posteriormente,
descubriríamos que el propietario de uno de los institutos
“autorizados”, Ingeniería Gerencial S. A. , era nada menos que el
ministro de Seguridad Arturo Corrales.
También
descubriríamos que el instituto Hagamos Democracia desveló los
resultados de sus encuestas “a pie de urna” a la mañana siguiente para
confirmar las cifras del TSE. Asimismo, descubriríamos que de los
sondeos del resto (Paradigma, Le Vote, CID Gallup y una sexta firma
desconocida) no se escuchó ni una sola palabra la tarde del escrutinio.
De manera cuidadosa, se había impedido la observación del proceso en
vivo.
En
las horas posteriores, el periodista conservador y candidato del
Partido Anticorrupción (PAC) Salvador Nasralla (con 15,73% de los votos)
también denunció las múltiples irregularidades y habló de “la
instauración de una dictadura en Honduras”. La representación de la
Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el
Caribe (COPPPAL) –compuesta por sesenta partidos de veintiocho países,
de los cuales catorce están en el Gobierno– “pide transparencia al TSE”.
Para la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), el ex
magistrado Baltasar Garzón pronto declarará que “se ha cometido fraude a
través de diferentes mecanismos y diferentes vías”.
Compra
de votos, alteración y falsificación de documentos, retención de
resultados favorables para LIBRE son algunos de los actos cometidos por
los responsables de los colegios electorales miembros del PN. El día 26,
a pesar de no haber respondido de manera convincente a las denuncias de
la oposición, la Unión Europea (UE) publica su informe preliminar (5).
El poder podía respirar tranquilo. Aunque se señalaron numerosas
anomalías del tipo “aproximadamente el 30 % de las entradas [del
registro electoral] corresponden a personas que emigraron o fallecieron,
mientras que, en un número menor de casos, hay ciudadanos vivos que han
sido declarados fallecidos”, la MOE UE declara el proceso válido y lo
califica de “transparente”. Además, no cree conveniente mencionar que
LIBRE y el PAC, que representan alrededor del 50% de los votantes, ponen
en cuestión los resultados. Sin embargo...
Tomemos
el caso del departamento de Copán, uno de los departamentos más pobres
del país. En El Paraíso, un pueblo polvoriento, el ayuntamiento, por no
decir el “palacio municipal”, costó 900.000 dólares y dispone de un
helipuerto. Es conocido públicamente que el alcalde y miembro del PN
Alexander Ardón forma parte de “los señores de lafrontera”, es decir,
los narcos que aseguran el paso de la cocaína hacia su vecina Guatemala
(6). En esta zona, la cual pretenden seguir controlando (San Antonio, La
Jigua, San Agustín, San Jerónimo, Dolores, Concepción, Trinidad, Santa
Rita, El Limón, Libertad Nueva, etc.), los delegados de LIBRE se vieron
obligados a abandonar los colegios electorales bajo la amenaza de
hombres armados. Los representantes del TSE también salieron por la
fuerza. La diputada de LIBRE, Elvia Argentina Valle, cuenta: “Cuando nos
avisaron, llamamos a los observadores de la UE y les pedimos que se
acercaran a ese sector para comprobar la situación de nuestros
militantes y representantes. Ellos nos respondieron que su seguro les
prohibía entrar en zonas de alto riesgo, así como exponer sus vidas.
Pero nos dijeron que iban a transmitir toda la información”.
¿Y
lo hicieron? Por supuesto. ¿Alguien les escuchó? Sí, uno de los
miembros de la misión de la UE, el austríaco Leo Gabriel, respondió
indirectamente cuando, a su salida del aeropuerto de Tegucigalpa, puso
las cosas en su sitio diciendo: “La palabra ‘transparente’ no puede
emplearse en este escrutinio, ni en el recuento, ni en las elecciones en
general. (...) Muchas veces ha habido desacuerdo entre los observadores
y no se nos ha consultado antes de redactar el informe. Hemos rellenado
formularios donde describíamos la situación con todo lujo de detalles,
pero sólo se han quedado con aquello que constataba que [en su conjunto]
fueron unas elecciones tranquilas. Hemos insistido mucho en que el
informe fuera corregido, pero sólo hemos recibido negativas”.
Con
el Gobierno y sus relevos recalcando que la Organización de los Estados
Americanos (OEA) también había ratificado el resultado, la controversia
no disponía de tiempo de avivarse. Así pues, el hecho de que el día 29
Rixi Moncada, delegada de LIBRE en el consejo consultivo del TSE,
expusiera las pruebas de Xiomara Castro resultó en vano. Cuando las
actas, escaneadas en los colegios torales, fueron enviadas por Internet
de forma simultánea al TSE y a los partidos políticos, se pudo constatar
la diferencia entre las cifras de “14.593 votos obtenidos por LIBRE y
las publicadas en el sistema SIEDE [Sistema Integrado de Escrutinio y
Divulgación Electoral del TSE]. (...) Encontramos 82.301 votos
contabilizados de más a favor del PN; 55.720 votos que no se
contabilizaron para LIBRE, así como 34. 180 votos para el PAC, 39. 713
para el PL y 13.307 para otros partidos”.
Según
LIBRE, al menos 2.800 actas no fueron transmitidas a los partidos
políticos ni divulgadas en la página web del TSE. Por consiguiente, el
partido reclama un recuento de todas las actas, guardadas en el
Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP), bajo la
“vigilancia” de su director general David Chávez, candidato a diputado
(y electo) del PN. Del mismo modo, LIBRE exige que una comisión
internacional realice una prueba pericial del SIEDE. Con el tono
reprobatorio de un adulto regañando a un niño “que no sabe perder”,
llega la respuesta: ya la ha hecho la OEA. Pero precisamente...
El
20 de noviembre, a tan solo tres días del escrutinio, dicha
organización puso en conocimiento del TSE las conclusiones de la
auditoría realizada en todo el sistema informatizado desde el 24 de
octubre (7). Tras leer las 47 páginas del documento, los “fallos”, el
“no respeto a los estándares requeridos”, la “ausencia de información”,
la “imposibilidad de prever el comportamiento de la infraestructura
tecnológica” y otras “vulnerabilidades” mencionadas nos llevan a una
conclusión: el SIEDE no ofrece ninguna garantía de fiabilidad. En
concreto, el famoso “escrutinio especial”, donde los vo- tos rechazados
por “anomalías” representan a 883.140 electores, “no ha podido ser
evaluado”.
En
materia de fraude multiforme, estas “elecciones a la hondureña”
seguirán siendo un caso de estudio. La mañana de las elecciones, se
estuvieron escaneando las actas de los resultados desde las 9 horas.
Supuestamente, había dos representantes locales (un titular y un
suplente) en cada una de las 16.135 mesas electorales. Los cinco
partidos pequeños –Frente Amplio Político Electoral en Resistencia
(FAPER), Partido Demócrata Cristiano (DC), Unificación Democrática (UD),
Alianza Patriótica Hondureña (AP) y Partido Innovación y Unidad (PINU)–
recibieron 160. 000 acreditaciones. ¿Dónde está el error? Como es
lógico, sus delegados deberían haber votado a sus candidatos a la
presidencia, ¡pero estos cinco partidos solamente obtuvieron 17.516
votos en total! Sus “representantes” dieron y, sobre todo, vendieron
manifiestamente sus acreditaciones al PN, permitiéndole así tener todo
el peso en la gestión del escrutinio y, además, todos ellos votaron a
JOH.
Tras
haber sido rechazada la solicitud de impugnación de las elecciones y
del recuento presentada por Xiomara Castro, el 11 de diciembre por el
TSE y el 26 diciembre por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), nada
puede afirmar con total exactitud que fue ella la persona elegida como
presidente, tal como pretende. Sin embargo, también resulta muy difícil
contradecirla cuando califica a Hernández de jefe de Estado “ilegítimo”,
mal que le pese a la UE y a la OEA.
Aún
queda que JOH, desprovisto de la mayoría en el Congreso, donde el PN
obtuvo cuarenta y ocho diputados, cuente con LIBRE, que, con sus treinta
y nueve representantes, se ha convertido en la segunda fuerza política
del país. Argentina Valle lo resume de la siguiente manera: “Si se nos
hubiera demostrado, con pruebas reales, que hemos perdido, hubiéramos
aceptado la derrota. Pero no es el caso. Puesto que somos el brazo
político de la resistencia, nos van a tener permanentemente encima,
tanto en el Congreso, como en las calles”. !
© LMD EN ESPAÑOL
(1) Cachureco: persona muy religiosa. Diminutivo de los miembros del Partido Nacional.
(2) Una especie de vicepresidente. Hay tres en cada partido.
(3) Las elecciones solo constan de una vuelta.
(4) La Prensa, San Pedro Sula, 19 de noviembre de 2013.
(5)
MOE UE: “Declaración preliminar. Una votación y recuento transparentes
tras una campaña opaca y desigual”, Tegucigalpa, 26 de noviembre de
2013.
(6) Proceso, México, 27 de diciembre de 2013.
(7)
“Auditoría para la verificación y transparencia en el funcionamiento
del sistema integrado de escrutinio y divulgación electoral (SIEDE)
implementado por el Tribunal Supremo Electoral de Honduras para las
elecciones generales del 24 de noviembre de 2013” (PDF).
Tomado de: fian.hn
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