
Al
analizar los perfiles de las personas que aspiran a convertirse en
Presidente o presidenta en las próximas elecciones generales del 24 de
noviembre de 2013 se debe tener como base la interpretación de sus
plataformas políticas y de los intereses que están en juego. Sobre Orlen
Solis, Andrés Pavón, Jorge Aguilar no me detendré esta ocasión,
generalmente ellos representan fuerzas minoritarias acomodadas o títeres
de poderes facticos, sin olvidar Romeo Vásquez Velásquez quien dirigió
las operaciones represivas del ejército durante el golpe de Estado de
2009.
Comenzaré hablando de Xiomara Castro
candidata del partido Libertad y Refundación (LIBRE), representante de
diversas fuerzas de centro-izquierda, otras personas dirán de diversas
procedencias políticas incluyendo a ex miembros del Partido Liberal.
Ella lanza un llamado a forjar participativamente un nuevo pacto que
garantice allanar el camino hacia las posibles salidas del caos en que
está sumergida Honduras, producto de una larga historia de desigualdad y
corrupción. Xiomara y su partido apuesta en sus propuestas soluciones
de carácter estructural frente al accionar militarista del régimen
oficialista y propone la creación de mecanismo de participación
comunitaria para fortalecer los medios productivos.
La candidata Xiomara Castro ha
demostrado tener una campaña bien elaborada a través de spots
televisivos y radiales (sin realizar los suntuosos gastos que hacen el
PL, el PN y el pequeño Partido UD) sin caer en lo burdo y ataques
majaderos, al contrario dice lo urgente de una refundación que pasa por
tratar de manera integral asuntos de salud, trabajo, educación, vivienda
y seguridad (entendida como una necesidad estructural y no
militarista). Aunque Libre es atacado mediante argumentos de que al
frente del partido están los mismos que estuvieron con Zelaya en el
poder (2006-2009), se pude observar la gran cantidad de militantes de
sectores académicos e intelectuales, y principalmente de un base con
mayor conciencia organizativa a nivel barrial y municipal, en esto es
que se puede ver realmente avances frente al tradicionalismo político.
Mauricio Villeda representa la
tradición familiar fáctica del Partido Liberal, con poco carisma y
acobijándose en la figura de su padre, el ex presidente Villeda Morales,
liberal que pacto con los sectores más conservadores de la derecha el
poder en las décadas de 1950 y 1960. Villeda se muestra como hombre
“honesto” y habla de unificar el PL pero si tocar las viejas dirigencias
que ha desgastado su engañosa credibilidad. No tengo mucho que decir de
este abogado bonificado de los negocios de su familia, grupos
financieros y del descarado saqueo de las compañías mineras.
Salvador Nasrralla, globo sonda de
sectores facticos que quieren a toda costa mantener su hegemonía
oligárquica, “analfabeta político” –como diría Bertold Brecht- que lleno
de sus impulsos de personaje de programas de entretenimiento vocifera
sin tener clara conciencia de las contradicciones política de Honduras y
del mundo globalizado contemporáneo. Atrae votos de un sector de la
alienada población desinteresada en la política por las terribles
consecuencias del modelo neoliberal, sin embargo carece de estructuras
que le permitan garantizar resultados favorables.
Juan Orlando Hernández, quien en los
últimos 4 años ha fungido como Presidente del Congreso Nacional, apoyó
junto a su apartido el golpe de Estado de 2009, su desempeño en el poder
desde 2010 ha sido a través de acciones impositivas en la Corte Suprema
de Justicia, en el Ministerio Publico y otras instituciones que
estratégicamente ha venido preparando como terreno para garantizar la
venta con Coalianza de recursos y mantener a su grupo en el poder.
En la campaña actual utiliza el
descredito contra la candidata de Libre, utilizando campos pagados,
compra de votos, a partidos pequeños y a organizaciones supuestamente
independientes para atacar y utilizar su argumento de la “seguridad”,
para ello utiliza a las FFAA, en especial a la Policía Militar como una
solución, sin embargo lo que se ve es represión contra los sectores
marginados e intimidación a la oposición, esto está siendo denunciado a
nivel internacional por organizaciones de DDHH.
Las elecciones son un paso no una
solución absoluta siendo necesario asumirlo, pero es evidente que las
fraudulentas estratagemas están presentes y también los pactos, pero
existe una población rebelde contra el bipartidismo con un cansancio y
ahogo provocado por el modelo neoliberal, espero que la incertidumbre
sea saldada con responsabilidad para que Honduras de pasos hacia una
posible democratización.
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