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Por Giorgio Trucchi | Opera Mundi
Ser
mujer no es fácil en ningún lugar del mundo, pero en Honduras el
desafío es aún mayor. Sin bien, en los últimos años, el país ha ido
actualizando su legislación en tema de género, aprobando, entre otros,
la Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer (2000), la Ley contra
la Violencia Doméstica Reformada (2005), así como incorporando en el
Código Penal la figura del femicidio (2013) y firmando, aunque todavía
sin ratificarlo, el Protocolo Facultativo CEDAW (Convención sobre
la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer),
ese proceso no se ha convertido en una herramienta que garantice los
derechos de las mujeres.
De
acuerdo con un estudio de la Tribuna de Mujeres Contra los Femicidios,
606 mujeres fueron asesinadas en 2012, es decir un aumento de 94 mujeres
asesinadas en relación al año anterior y un promedio mensual de más de
50 femicidios. En la mayoría de los casos se encontraron señales de
ensañamiento, como mutilaciones y tortura. Estos datos coinciden con un
informe presentado por el Observatorio de la Violencia de la UNAH (Universidad Nacional Autónoma de Honduras), en el que se evidencia la muerte violenta intencional de una mujer cada 14 horas.
Según
datos de la Policía Nacional y del Observatorio de la UNAH, 2,851
mujeres fueron asesinadas entre 2005 y 2012, casi el 53% de las cuales
(1503) durante los 3 años de administración del presidente Porfirio Lobo.
Además,
el Observatorio señala que en el primer semestre de 2013 ya son 300 las
mujeres asesinadas, lo que significa un aumento del 8% en comparación
con el año anterior.
De acuerdo con el CONADEH (Comisionado
Nacional de los Derechos Humanos de Honduras), más del 90% de los casos
siguen impunes por falta de investigación, porcentaje que sube hasta el
98% de acuerdo con los datos que brindan varias organizaciones de
mujeres.
A
esta trágica situación se le suma una creciente desigualdad de género,
con una brecha salarial entre hombres y mujeres del 16.3% (BID).
En cuanto a los derechos sexuales y reproductivos, Honduras es entre los
pocos países que en el mundo prohíben cualquier forma de aborto y donde
se prohíbe el uso y la comercialización de la PAE (Píldora Anticonceptiva de Emergencia), conocida también como píldora del día siguiente.
Golpe a las mujeres
Ante
este dramático escenario, las organizaciones feministas no han dejado
un solo instante de exigir el respeto de sus derechos y un cambio real
de una sociedad que consideran profundamente patriarcal. En este
sentido, el golpe de Estado que en 2009 derrocó al presidente Manuel Zelaya vino
a profundizar aún más una disparidad que, muchas organizaciones de
mujeres, tanto nacionales como internacionales, califican como
"epidemia".
Gabriela Díaz, quien trabaja en el Programa de Derechos Sexuales y Reproductivos del CDM (Centro
de Derechos de Mujeres), recuerda que las mujeres no son un sector,
sino más de la mitad de la sociedad. Siguiendo esta lógica, cada una de
las decisiones que un gobierno toma afecta directamente a las mujeres.
“Después
del golpe hemos quedado con instituciones muy débiles y con un nivel
altísimo de impunidad, y las mujeres somos las que más sufrimos esta
situación. Pero lo más increíble es que, de acuerdo con nuestros
estudios, el aumento de las muertes violentas de las mujeres es
proporcional al aumento del presupuesto del aparato de seguridad del
Estado”, dijo Díaz a Opera Mundi.
Para Suyapa Martínez, codirectora del CEM-H
(Centro de Estudios de la Mujer - Honduras), el golpe significó un
retroceso absoluto de todos los logros alcanzados en tantos años de
lucha histórica de las organizaciones de mujeres y el movimiento
feminista. “Lo que se vino abajo con el golpe fue la posibilidad de
tener justicia, y hubo un retroceso de todo lo que habíamos logrado
avanzar en más de 20 años”, afirmó.
En
medio de una campaña electoral que ha brindado muy poca atención a los
temas de género, y que se ha enfocado mucho más en lo económico, laboral
y en el tema de seguridad, destaca el mensaje de la candidata presidencial del partido Libre (Libertad y Refundación), Xiomara Castro,
quien ha reservado un espacio muy especial en su programa de gobierno
al abordaje de las tantas problemáticas que las mueres viven
diariamente.
Expectativas y demandas
Los diferentes encuentros públicos y privados que Castro ha
tenido con un amplio espectro de organizaciones de mujeres y el
movimiento feminista, ha generado, sin dudas, muchas expectativas en
vista de una posible victoria electoral el próximo 24 de noviembre.
“Como
movimiento feminista tenemos conciencia de lo histórico que son estas
elecciones. En Honduras lo que se enfrentan son dos proyectos de país:
uno que implica la hegemonía del capital extranjero y la militarización
de la sociedad, y el otro, donde confluyen los sectores históricamente
excluidos del país, que impulsa la esperanza hacia un cambio
estructural, un golpe de timón en el curso de la historia de Honduras”,
explicó Díaz.
Según
ella, entre las organizaciones de mujeres hay un sentimiento compartido
de sentirse parte de un proceso de transformación, que trasciende
incluso el gobierno y que no pide políticas públicas centradas en temas
particulares, sino ser parte integrante de todas las políticas y
decisiones que se tomen desde el gobierno y el Estado.
“El
respeto a la laicidad del Estado es una condición fundamental para la
construcción de democracia. Además, demandamos que se recupere la
institucionalidad, se garantice el acceso a la justicia, que se refunde
el Instituto de la Mujer y que se derogue el decreto que prohíbe la
PAE”, dijo Martínez.
Las
expectativas del movimiento de mujeres tocan también otros temas, como
por ejemplo el acceso a tierra y viviendas, programas de alfabetización,
la desmilitarización inmediata de la sociedad, así como todas las
temáticas relacionadas con la salud sexual y reproductiva.
La codirectora del CEM-H reveló
que en los diferentes encuentros con la candidata del partido Libre
percibió apertura y disponibilidad. “No esperamos que pueda resolver de
inmediato todos los problemas, ni que comparta todas nuestras
posiciones, pero lo que hemos percibido es su voluntad de escuchar,
buscar un acercamiento y entendimiento, para encontrar en conjunto las
soluciones”, concluyó.
Fuente original: Opera Mundi (portugués)
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