En el año 2009 se
consumó el primer golpe de Estado del siglo XXI, 100 años de historia
de golpes de Estado desde aquel 8 de febrero de 1904 cuando Manuel y
Policarpo Bonilla se disputaban el poder de una Honduras sumida en
sangrientas guerras civiles, imponiéndose Manuel Bonilla por la fuerza
de las armas.
Honduras es una
historia de golpes a la “democracia”, de un pueblo reprimido a golpes y
golpes de Estado como autorreferentes para imponer una falsa y débil
“democracia”.
No es casual que
la historia de inicios del siglo XX, en la época expansiva del
capitalismo industrial, con la llegada de United Fruit Company, la
Standard Fruit Company y la Cuyamel Fruit Company, se demarcaran las
relaciones de la hegemonía política y económica de aquel momento y que
se consolidara en las décadas subsiguientes, -cuando el dictador-,
“Tiburcio Carias Andino”, hegemonizara el poder político y económico
con el poder militar, con el apoyo directo de Estados Unidos e iniciada
la década de 1930, inauguraba la Fuerza Aérea Militar de Aviación con un
coronel estadounidense como su comandante.
Desde
entonces Honduras ha sido pieza clave para la geopolítica
estadounidense y, no es casual que para el presente siglo esté pensada
como la principal base militar de EE.UU. en el continente y que,
durante los procesos revolucionarios en la región de finales del siglo
XX sirviese de “patio trasero”, para contener la revolución encabezada
por Jacobo Arbenz en Guatemala, la Revolución Sandinista en Nicaragua y
del Farabundo Martí para la Liberación Nacional en El Salvador.
De
1956 al 2009 Honduras ha pasado medio siglo de golpes de Estado
permanentes, víctima del poder político, económico y militar, sumida en
una falsa “independencia”, donde la burguesía, el Ejército, los
partidos políticos y la Iglesia (Católica) han impuesto las reglas con
leyes, con “balas” y con Golpes.
2013 un Golpe de Urnas que se avecina
El
24 de noviembre del 2013 aparece como una nueva fecha de inflexión, de
coyuntura crucial de esta larga historia de caudillos, “cuatreros
políticos”, de filibusterismo y de un pueblo que no renuncia a su
emancipación.
La Huelga obrera del 54 y la
histórica resistencia de los pueblos indígenas, negros y campesinos dan
cuenta del poder contra hegemónico que hace de esta Honduras de Golpes,
una Honduras de resistencias, anti colonial y anti capitalista.
Si
a inicios del siglo XX (1904), se dio la primera ruptura del partido
Liberal es, en el siglo XXI, (2009), cuando otra ruptura (Golpe de
Estado al Gobierno de Manuel Zelaya Rosales), potencia una nueva fuerza
política partidaria que este 2013 disputará el poder del gobierno en
contra de los partidos históricos y tradicionales (El Partido Liberal y
el Partido Nacional). La nueva fuerza política que si bien es cierto
nace de la resistencia popular que se fue a las calles post Golpe de
Estado, tiene su origen en la ruptura de Zelaya con los líderes de su
(hasta ese entonces), partido (Liberal), quienes confabulados con el
partido Nacional, cúpulas religiosas y empresariales y asesorados por la
Embajada de EEUU, dieron el Golpe del 2009.
La
Fuerza política, que surge como resultado del Acuerdo de Cartagena,
permite al Frente Nacional de Resistencia Popular, FNRP convertirse en
un instrumento político electoral, el partido LIBRE (Libertad y
Refundación) con Xiomara Castro, esposa de Zelaya, según las encuestas,
posible ganadora de la próxima contienda. LIBRE, igual que el partido
Nacional asistió al proceso de elecciones primarias. Proceso marcado
por el fraude electoral a lo interno del Partido Nacional donde el líder
de este partido (Nacional), y presidente del Congreso Nacional se
impuso mediante un fraude electoral público, dejando una vez más de
manifiesto las maneras, formas y artificios de cómo se ganan elecciones
en la base de recepción de datos electrónicos, arreglos en las mesas
electorales, robo de urnas y compra de credenciales, fraude legitimado
por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y por la mal llamada “sociedad
Civil”.
El Golpe de Urnas que
viene es una vieja escultura en honor a la mentira que los grupos
políticos, económicos, militares y la iglesia construyen en un entramado
con patas de barro. Lo peligroso de todo, es que la derecha hondureña
es tonta e ignorante, y actúa como una especie de “Topo”, con pistola en
mano disparando para todos lados. Con el Golpe de Estado del 2009 a la
burguesía hondureña le ha salido más cara la medicina que la enfermedad.
A cambio de la resistencia en las calles pactaron un instrumento
político que desmovilizó las masas populares en las calles para
llevarlas a las urnas. Sin embargo, ese pacto hoy los tiene en una nueva
incertidumbre, sino de perder el control total del Gobierno, gran parte
del mismo.
La burguesía
hondureña además de tonta, es mala. Se equivocó al dar el Golpe de
Estado del 2009, (lo que significó un buen laboratorio para EEUU),
quienes, desde entonces buscan blanquear el Golpe, bajo consignas de
“paz, tranquilidad, reconciliación del pueblo por el bien de Honduras”,
buscando diluir la conciencia de clases y dar continuidad a lo
hegemónico. Se equivocó al pretender sacar al pueblo de las calles a
cambio de un partido dado que este les quita el sueño y les hace tener
sendas pesadillas, no por la llegada de un gobierno socialista y
revolucionario sino por la pérdida total o parcial de sus cuotas de
poder en el siguiente Gobierno y, en un Estado capturado por la
burguesía, los partidos políticos, el ejército y la policía. Se
equivocarán nuevamente este noviembre del 2013, al dar un Golpe de
Urnas.
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