Publicado el 6.09.2013 en el tema LOS ANALISTAS
JEAN-GUY ALLARD – Al someter al voto del Congreso el ataque militar que promueve contra Siria, el Premio Nobel de la Paz demuestra un cinismo que mejor vale no comparar. Mientras sólo el 36% de los norteamericanos está de acuerdo con una eventual intervención militar de EEUU, Obama recorre al subterfugio de un voto “democrático” en el Congreso, al apostar con el lobby israelí.
Los miembros del Congreso de Estados Unidos, elegidos con contribuciones millonarias de las grandes corporaciones son, como todo el mundo lo sabe en Washington aunque nadie se atreve a escribirlo, penetrados hasta la médula, por una legión de grupos de lobby, comités de acción política, think tanks y grupos de “vigilancia de los medios de comunicación” de obediencia israelí.
Tan es así que Greg Mitchell un analista de The Nation revelaba hace unos días que el diario neoyorquino The New York Times le tenía prohibido a sus redactores toda vinculación entre la crisis siria y el American Israel Public Affairs Committee (Comité de Asuntos Públicos Israel-Estados Unidos) el famoso AIPAC, principal mecanismo de lobby judío en la capital norteamericana.
Con la Conference of Presidents of Major American Jewish Organizations (Conferencia de Presidentes de las Organizaciones Judías de EE.UU.), el AIPAC coordina campañas de propaganda masiva en el Capitolio cuyos objetivos están directamente definido por el Gobierno israelí.
Expertos comparan la influencia del lobby israelí y la potencia de sus campañas a las de la muy controvertida National Rifle Association ( Asociación Nacional del Rifle).
Como si no fuera suficiente para convencer Obama de la justeza de su estrategia, las contribuciones del lobby judío cubren el 60% de los fondos de campaña del Partido Demócrata (1).
CHANTAJE VERSION TEL AVIV
M.J. Rosenberg, un exfuncionario del AIPAC, que expone en su blog opiniones contrarias a sus ex patrones, escribe en una reciente crónica como un amigo suyo, “staffer” de un Representante federal, le contó cómo se desarrollan, en la oficina de su jefe, los asaltos propagandísticos de la maquinaria americana-israelí al acercarse una votación importante.
Aquí este testimonio:
Primero vienen las llamadas telefónicas de electores que forman parte del AIPAC. Conocen el congresista, se dirigen a él de manera agradable y amable y simplemente le dicen personalmente como a cualquier miembro de su personal, lo importante que es esta votación para ellos mismos, como para todos en el estado.
A continuación, los donantes llaman. Por lo general, no son del distrito, sino de Nueva York, Los Ángeles o Chicago. Repiten el mensaje: este voto es muy importante.
Al contrario de lo que se pudiera pensar, no mencionan el dinero de campaña. Ellos no tienen que hacerlo. Como estas personas que llaman son personas que sólo conocen al congresista por sus cheques, la amenaza de no firmar más de estos, está implícita.
Al igual que los electores, los donantes utilizan los temas de conversación de AIPAC que son simples e impactantes. Usted puede discutir con ellos, pero siempre regresan al guión. ¿He mencionado a los rabinos? Sólo tenemos unos cuantos en nuestro distrito, pero recibimos llamadas de todos ellos y de otros rabinos de todo el estado.
Luego están los grupos de presión del AIPAC, los lobistas de plantilla. Vienen con o sin citas. Si el congresista se encuentra, exigen verlo de inmediato. Si no, verán un miembro del personal. Si no les gusta lo que escuchan, van a seguir viniendo. Son muy agresivos. Ningún otro lobby lo es tanto. Exigen ver al propio congresista, no solo a su “staff”.
Luego están los correos electrónicos, los editoriales en el periódico judío que tenemos en nuestro estado y luego las cartas llamadas ”querido colega” por miembros judíos de la Cámara diciendo la importancia que tiene el voto para Israel y Estados Unidos. Debido a que mi jefe no es judío, tiende a ceder ante sus colegas judíos. Es como si ellos fueran los expertos en esto y a decir verdad, todos los miembros judíos de alto rango de la Cámara están asociados al AIPAC.
Asimismo, los dos mayores partidarios del AIPAC, el líder de la mayoría Demócrata Eric Cantor y su homólogo demócrata Steny Hoyer, son miembros asociados del AIPAC. En todo lo relacionado con Israel, hablan con una sola voz: la del AIPAC.
Obviamente, no existe ninguna contrapartida del lado de los oponentes a la guerra. No anti- AIPAC. AIPAC hace lo que quiere. Conseguirá esto y, es triste decirlo, mi jefe, que odia la idea de utilizar la guerra como medio para poner fin a la guerra, probablemente votará “sí”. Él dice que nunca apoyará un ataque contra Irán, pero cuando venga el momento, este empuje contra Siria parecerá nada. Siria es sólo una táctica de AIPAC. Pero su meta # 1, por lo menos desde el punto de vista de la Loma del Capitolio, es la guerra con Irán.
Sí, da miedo.
Fin de la cita.
A LOS JUDIOS “DISIDENTES”, LES QUEDA CALLARSE
No hay forma para un elegido norteamericano de escapar a los tentáculos omnipresentes de este mecanismo político que obedece ciegamente a los intereses de Israel, tales como determinados por la cúpula del poder.
¿Será antisemitismo señalar la irresistible influencia del lobby israelí en Washington? Así lo pretenderán los activistas de la ala más violenta del sionismo, fingiendo ignorar que en los propios Estados Unidos como en Israel, decenas de miles de judíos se oponen a la guerra contra Siria y se sienten, por cierto, traicionados, por las maniobras de los que afirman representar a la nación judía y sus reclamos legítimos.
(1) Mearsheimer, John J. and Walt, Stephen. The Israel Lobby and U.S. Foreign Policy
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G-20: Cristina aboga por la paz; los europeos buscan como “nadar y guardar la ropa”
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner,
pidió por la paz en Siria y se pronunció porque Naciones Unidas tome
parte para la solución del conflicto, durante la primera jornada de la
cumbre del G-20, en San Petersburgo, Rusia.
En contacto con la prensa argentina, la mandataria expresó que una intervención militar sería nefasta, “no hay nada peor que la guerra, tenemos que abogar por la paz”, agregó.
La emergencia humanitaria en Siria demuestra la crisis que enfrenta el multilateralismo para resolver de forma pacífica los conflictos, advirtió.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el grueso de la comunidad internacional representada en el G20 intentaban evitar el jueves que Barack Obama les involucre o se lance en solitario a una operación militar contra Siria de nebulosas e impredecibles consecuencias. En el primer día de la cumbre que se celebra en el palacio de Constantino, en Strelna, a las afueras de San Petersburgo, los países de la Unión Europea (UE) trataban de no dejar desamparado al inexperto líder norteamericano, que se ha dado a sí mismo un escaso margen de maniobra.
Obama se ha colocado en una situación difícil al pedir el apoyo de sus legisladores para una operación militar, que es rechazada por Rusia, China, Alemania e incluso el Reino Unido, entre otros. Los cinco mayores países europeos, entre ellos España, trabajaban el jueves para lograr una posición común de “mínimos” con objeto de afrontar la situación en Siria, según manifestó una fuente de la Moncloa en el entorno de la cumbre.
Los aliados europeos de EEUU podrían perfilar una fórmula para “nadar y guardar la ropa”, que parece complicada, si de lo que se trata es compatibilizar la vía política y la vía militar que Obama ha transformado en una disyuntiva radical. También podrían buscar nuevos elementos que abran nuevas posibilidades para sacar al presidente estadounidense del callejón sin salida en el que parece haberse metido. Entre los aliados europeos presentes en la cumbre del G20, Obama cuenta solo con el apoyo de Francia para su intento de resolver el problema de Siria por la vía militar. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y el presidente del Consejo, Herman van Rompuy, se expresaron rotundamente por la vía política.
Siria, que de entrada no figuraba en el orden del día del G20, pasó a ser objeto de debate de la cena de los líderes a propuesta del presidente Putin, quien dijo hacerse eco de las peticiones en este sentido de varios de sus colegas. La canciller alemana, Angela Merkel, expresó dudas sobre la posibilidad de llegar a una posición común, según ha informado la agencia Itar-Tass.
Manteniendo correctamente las formas, Putin y Obama se estrecharon la mano y sonrieron a la llegada del presidente norteamericano al palacio de Constantino. Ambos líderes están bajo el mismo techo y hablarán en los pasillos, pero no estaba previsto una cita formal entre ellos, según dijo el secretario de Prensa de Putin, Dmitri Peskov. Este funcionario explicó en detalle los supuestos efectos positivos de las reuniones que su jefe mantuvo el jueves con el líder chino y los primeros ministros de Japón e Italia, respectivamente. En los últimos tiempos existen “serios desacuerdos” en las relaciones ruso-norteamericanas, admitió. Obama tiene previsto reunirse hoy con miembros de la sociedad civil rusa, entre ellos representantes del colectivo de gays y lesbianas.
El Kremlin no pierde ocasión para aguijonear a Obama, con mayor o menor sutilidad, allí donde puede dolerle. Aludiendo a la informaciones divulgadas por Edward Snowden, Peskov manifestó que los países del grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) reunidos en San Petersburgo habían manifestado una “dura y negativa” reacción contra el espionaje del que han sido objeto (por parte de los servicios secretos estadounidenses).
“Putin ve a Obama como un político débil, contradictorio e imprevisible, que desconoce cómo funcionan los mecanismos de la política internacional real”, opinaba Konstantin von Eggert. Según este analista, el líder ruso se sintió engañado por la administración norteamericana en Libia y no quiere que se repita en Siria el modelo aplicado a aquel país del norte de África, cuando una abstención de Moscú en el Consejo de Seguridad permitió la “intervención humanitaria” que acabó con el régimen de Gadafi. “Hasta el presidente George Bush parece hoy más claro y comprensible en Moscú que Obama, y desde luego goza de más respeto”, señalaba Von Eggert.
Por otra parte, tanto el ministerio de Defensa como el jefe de la Administración del Kremlin, Serguéi Ivanov, que también ocupó la cartera de Defensa, reaccionaron airadamente ante las acusaciones del Pentágono de haber suministrado armas químicas al régimen sirio de Bachar el Asad. Estas alegaciones “son falsas y aspiran a crear nuevos pretextos para agredir a un Estado soberano”, dijo el viceministro de Defensa, Anatoli Antónov. “Rusia siempre ha sido y será un socio responsable y previsible y un aliado para prevenir la difusión de armas de destrucción masiva. Siempre hemos cumplido claramente nuestras obligaciones en el campo de la no proliferación de armas nucleares. Somos depositarios del Tratado de no Proliferación y cumplimos nuestras obligaciones derivadas de la Convención de Armas Químicas y la Convención de Armas Biológicas”, manifestó el viceministro. Ivanov, por su parte, se declaró “sorprendido y conmocionado” por las acusaciones estadounidenses y recordó que él mismo había sido presidente de la comisión gubernamental de controles a la exportación destinados a evitar la proliferación de armas químicas, nucleares y bacteriológicas.
RIA Novosti / Telam
En contacto con la prensa argentina, la mandataria expresó que una intervención militar sería nefasta, “no hay nada peor que la guerra, tenemos que abogar por la paz”, agregó.
La emergencia humanitaria en Siria demuestra la crisis que enfrenta el multilateralismo para resolver de forma pacífica los conflictos, advirtió.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el grueso de la comunidad internacional representada en el G20 intentaban evitar el jueves que Barack Obama les involucre o se lance en solitario a una operación militar contra Siria de nebulosas e impredecibles consecuencias. En el primer día de la cumbre que se celebra en el palacio de Constantino, en Strelna, a las afueras de San Petersburgo, los países de la Unión Europea (UE) trataban de no dejar desamparado al inexperto líder norteamericano, que se ha dado a sí mismo un escaso margen de maniobra.
Obama se ha colocado en una situación difícil al pedir el apoyo de sus legisladores para una operación militar, que es rechazada por Rusia, China, Alemania e incluso el Reino Unido, entre otros. Los cinco mayores países europeos, entre ellos España, trabajaban el jueves para lograr una posición común de “mínimos” con objeto de afrontar la situación en Siria, según manifestó una fuente de la Moncloa en el entorno de la cumbre.
Los aliados europeos de EEUU podrían perfilar una fórmula para “nadar y guardar la ropa”, que parece complicada, si de lo que se trata es compatibilizar la vía política y la vía militar que Obama ha transformado en una disyuntiva radical. También podrían buscar nuevos elementos que abran nuevas posibilidades para sacar al presidente estadounidense del callejón sin salida en el que parece haberse metido. Entre los aliados europeos presentes en la cumbre del G20, Obama cuenta solo con el apoyo de Francia para su intento de resolver el problema de Siria por la vía militar. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y el presidente del Consejo, Herman van Rompuy, se expresaron rotundamente por la vía política.
Siria, que de entrada no figuraba en el orden del día del G20, pasó a ser objeto de debate de la cena de los líderes a propuesta del presidente Putin, quien dijo hacerse eco de las peticiones en este sentido de varios de sus colegas. La canciller alemana, Angela Merkel, expresó dudas sobre la posibilidad de llegar a una posición común, según ha informado la agencia Itar-Tass.
Manteniendo correctamente las formas, Putin y Obama se estrecharon la mano y sonrieron a la llegada del presidente norteamericano al palacio de Constantino. Ambos líderes están bajo el mismo techo y hablarán en los pasillos, pero no estaba previsto una cita formal entre ellos, según dijo el secretario de Prensa de Putin, Dmitri Peskov. Este funcionario explicó en detalle los supuestos efectos positivos de las reuniones que su jefe mantuvo el jueves con el líder chino y los primeros ministros de Japón e Italia, respectivamente. En los últimos tiempos existen “serios desacuerdos” en las relaciones ruso-norteamericanas, admitió. Obama tiene previsto reunirse hoy con miembros de la sociedad civil rusa, entre ellos representantes del colectivo de gays y lesbianas.
El Kremlin no pierde ocasión para aguijonear a Obama, con mayor o menor sutilidad, allí donde puede dolerle. Aludiendo a la informaciones divulgadas por Edward Snowden, Peskov manifestó que los países del grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) reunidos en San Petersburgo habían manifestado una “dura y negativa” reacción contra el espionaje del que han sido objeto (por parte de los servicios secretos estadounidenses).
“Putin ve a Obama como un político débil, contradictorio e imprevisible, que desconoce cómo funcionan los mecanismos de la política internacional real”, opinaba Konstantin von Eggert. Según este analista, el líder ruso se sintió engañado por la administración norteamericana en Libia y no quiere que se repita en Siria el modelo aplicado a aquel país del norte de África, cuando una abstención de Moscú en el Consejo de Seguridad permitió la “intervención humanitaria” que acabó con el régimen de Gadafi. “Hasta el presidente George Bush parece hoy más claro y comprensible en Moscú que Obama, y desde luego goza de más respeto”, señalaba Von Eggert.
Por otra parte, tanto el ministerio de Defensa como el jefe de la Administración del Kremlin, Serguéi Ivanov, que también ocupó la cartera de Defensa, reaccionaron airadamente ante las acusaciones del Pentágono de haber suministrado armas químicas al régimen sirio de Bachar el Asad. Estas alegaciones “son falsas y aspiran a crear nuevos pretextos para agredir a un Estado soberano”, dijo el viceministro de Defensa, Anatoli Antónov. “Rusia siempre ha sido y será un socio responsable y previsible y un aliado para prevenir la difusión de armas de destrucción masiva. Siempre hemos cumplido claramente nuestras obligaciones en el campo de la no proliferación de armas nucleares. Somos depositarios del Tratado de no Proliferación y cumplimos nuestras obligaciones derivadas de la Convención de Armas Químicas y la Convención de Armas Biológicas”, manifestó el viceministro. Ivanov, por su parte, se declaró “sorprendido y conmocionado” por las acusaciones estadounidenses y recordó que él mismo había sido presidente de la comisión gubernamental de controles a la exportación destinados a evitar la proliferación de armas químicas, nucleares y bacteriológicas.
RIA Novosti / Telam
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