19 de julio de 2013
Washington,
D.C. – La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condena
enérgicamente el asesinato del
líder indígena lenca Tomas García y las lesiones causadas a su hijo, el
niño de 17 años Allan García Domínguez, presuntamente cometidos por
miembros del Ejército hondureño. La Comisión Interamericana urge al
Estado de Honduras a garantizar la integridad física
y seguridad de líderes, lideresas y miembros del pueblo Lenca, quienes
protestan contra la ejecución de proyectos en su territorio ancestral.
La Comisión llama también al Estado a investigar estos hechos de
violencia, esclarecerlos judicialmente y sancionar
a los responsables.
Según
la información disponible, el 15 de julio de 2013, miembros del
Ejército de Honduras habrían disparado armas de fuego contra miembros
del pueblo Lenca cuando se encontraban realizando manifestaciones
contra la ejecución de un proyecto hidroeléctrico en su territorio
ancestral. Esto resultó en la muerte de Tomas García, dirigente
comunitario y miembro activo del Consejo Cívico de Organizaciones
Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), y en lesiones al niño
Allan García Domínguez, quien recibió impactos de bala en el tórax y se
encontraría en grave estado de salud.
La
información recibida indica que, desde el mes de abril, el pueblo Lenca
viene realizando manifestaciones contra un proyecto hidroeléctrico
en el sector de Agua Zarca del Río Guacarque, que forma parte del
territorio ancestral Lenca. El proyecto fue otorgado a empresas privadas
a través de una concesión.
Según los líderes del pueblo Lenca, no hubo
consulta previa sobre la realización del proyecto.
De acuerdo al COPINH, en este contexto, habrían tenido lugar hechos de
violencia y amenazas contra la vida de líderes y lideresas indígenas,
así como la detención de dirigentes de COPINH, por motivos presuntamente
vinculados a su oposición al proyecto.
La
CIDH recuerda al Estado su obligación de esclarecer judicialmente tales
hechos de violencia, sancionar a los responsables, y reparar
las consecuencias. Adicionalmente, la Comisión reitera que las
manifestaciones y protestas son una expresion del derecho de asociación y
la libertad de expresión, derechos fundamentales garantizados en la
Convención Americana sobre Derechos Humanos y esenciales
para la existencia y el funcionamiento de una sociedad democrática. La
Comisión recuerda asimismo que un Estado puede imponer limitaciones
razonables a las manifestaciones con el fin de asegurar el desarrollo
pacífico de las mismas o dispersar aquellas que
se tornan violentas, siempre que tales límites se encuentren regidos
por los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad. En este
sentido, la Comisión urge a adoptar mecanismos para evitar el uso
excesivo de la fuerza por parte de los agentes públicos
en marchas y manifestaciones de protesta, y hace un llamado al Estado a
adoptar de manera urgente todas las medidas necesarias para la debida
protección de los manifestantes dentro del respeto de los estándares
interamericanos de derechos humanos. Adicionalmente,
la CIDH hace un llamado al Estado para que en el diseño y ejecución de
los operativos de seguridad se tome en especial consideración la posible
presencia de niños y niñas en movilizaciones u otras formas de protesta
y, en consecuencia, despliegue todos los
esfuerzos necesarios para asegurar su protección especial frente a todo
acto de violencia.
Asimismo,
la CIDH recuerda que, según lo han reiterado los organismos del sistema
interamericano, los Estados deben garantizar que los
pueblos indígenas sean consultados de modo previo, libre e informado
sobre los temas susceptibles de afectarlos, teniendo en cuenta que esta
consulta debe estar dirigida a alcanzar un acuerdo en relación a las
acciones administrativas o legislativas que tengan
un impacto sobre sus derechos.
La
Comisión reitera además que los actos de violencia y otros ataques
contra los defensores de los derechos humanos, tal como es el caso
de los líderes indígenas que defienden su derecho al territorio
ancestral, no solamente violan sus garantías individuales en tanto
personas, sino también atentan contra el rol fundamental que cumplen en
la sociedad, y generan situaciones de indefensión para
todas las personas que se benefician de sus labores.
La
CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los
Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA
y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión
Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los
derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA
en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros
independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a
título personal, y no representan sus países de origen o residencia. **********************
Press Release 52/13
July 19, 2013
Washington,
D.C.
– The Inter-American Commission on Human Rights (IACHR) strongly
condemns the murder
of Lenca indigenous leader Tomas Garcia and injuries to his son,
17-year-old Allan Garcia Dominguez, allegedly committed by members of
the Honduran Army. The IACHR urges the State of Honduras to ensure the
physical integrity and security of leaders and members
of the Lenca people, who protest against the implementation of projects
in their ancestral territory. The Commission urges the State to
investigate these acts of violence, resolve them judicially, and punish
those responsible.
According
to available information, on July 15, 2013, members of the
Honduras army fired their weapons against members of the Lenca people
when they were holding demonstrations against the implementation of a
hydroelectric project in their ancestral
territory. This resulted in the death of Tomas Garcia, community leader
and active member of the Civic Council of Popular and Indigenous
Organizations of Honduras (COPINH), and injury to the child, Allan
Garcia Dominguez, who was shot in the chest and is in
a serious health condition.
Reports
indicate that since April, the Lenca people has been holding
demonstrations against a hydroelectric project in the Agua Zarca sector
on the
Guacarque River, part of the Lenca ancestral territory. The project was
awarded to private companies through a concession. According to the
leaders of the Lenca people, there was no prior consultation on the
project. According to COPINH, in this context, violent
acts and threats against the lives of indigenous leaders of COPINH have
taken place, allegedly for reasons related to their opposition to the
project.
The
IACHR reminds the State of its obligation to judicially investigate
such acts of violence, punish those responsible, and repair the
consequences.
Additionally, the Commission reiterates that the demonstrations and
protests are an expression of the right of association and freedom of
expression, fundamental rights guaranteed in the American Convention on
Human Rights and essential to the existence and
functioning of a democratic society. The Commission also recalls that a
State may impose reasonable restrictions on demonstrations in order to
ensure the peaceful development of the same or disperse those that turn
violent, provided that such limits are governed
by the principles of legality, necessity, and proportionality. In this
regard, the Commission urges to adopt mechanisms to avoid excessive use
of force by government agents in protests, and calls on the State to
urgently adopt all measures necessary for the
adequate protection of protestors in compliance with the American Human
Rights Standards. Additionally, the Commission calls on the State to
design and implement security operations taking into particular
consideration the possible presence of children in
demonstrations or other forms of protest and therefore deploy all
necessary efforts to ensure special protection against all acts of
violence.
The
Commission also notes that, as reiterated by the American system
organizations, States must ensure that indigenous peoples are
previously, freely,
and in an informed way consulted about the issues that may affect them,
taking into account that this consultation should be directed to reach
an administrative or legislative agreement in relation to actions that
have an impact on their rights.
The
Commission also reiterates that acts of violence and other attacks
against human rights defenders, as is the case with indigenous leaders
who
defend their right to their ancestral land, not only violate their
rights as individual persons, but also threaten against the fundamental
role they play in society, and create situations of helplessness for all
people who benefit from their work.
The
IACHR is an autonomous organ of the Organization of American States
(OAS), deriving its mandate from the OAS Charter and the American
Convention
on Human Rights. The Inter-American Commission has a mandate to promote
respect for human rights in the region and acts as a consultative body
to the OAS in this matter. The Commission is composed of seven
independent members who are elected by the OAS General
Assembly in their personal capacity and do not represent their
countries of origin or residence.
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María Isabel Rivero
IACHR Press Director / Directora de Prensa de la CIDH
1889 F Street NW, Washington, DC, 20009, United States of America / Estados Unidos de América
Tel. (1) 202 370 9001
mrivero@oas.org
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