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Galel Cárdenas Amador |
Los
poetas tienen la virtud de coincidir con esa frase universal que dice la voz del pueblo es la voz de Dios, en
este caso la voz del poeta es la voz del
pueblo y entonces es también la voz de Dios.
En
la medida en que los gobiernos populares van reconociendo el trabajo
intelectual de los poetas, en la misma medida van reconociendo la voz del
pueblo en su sentido de profunda expresión de la raíz humana, auténtica y
estética.
En
el pueblo abundan los versificadores y son admirados en su oficio y muy
respetados, y le dicen adiós poeta, hola poeta, con un gran sentido de hondura
humanística y solidaridad artística.
Y
en el pueblo un poeta es algo mágico, es como el chaman, el brujo, el
nigromante, el agorero, el mago. Porque magia son las palabras que expresan lo
que el mundo piensa en su pensamiento, nada más que no lo puede decir con esa
plasticidad con que el poeta construye sus versos, su obra, su hechizo
lingüístico y retórico.
En
el gobierno de FMLN de El Salvador, la asamblea legislativa aprobó un decreto
mediante el cual se oficializa el día de la poesía salvadoreña, y para ello
tomó como referencia el día de nacimiento del extraordinario aeda
revolucionario Roque Dalton (10 de mayo de 1935), uno de los padres de la
poesía contemporánea latinoamericana.
Sus Libros de poesía todos constituyen un
aporte sustancial a la nueva poética latinoamericana que ahora precisamente
está en pleno auge y que los poetas nuevos cultivan después del aparecimiento
de Roque Dalton, Juan Gelman, Nicanor Parra, Roberto Fernández Retamar, Antonio
Cisneros, José Emilio Pacheco, Mario Benedetti, Otto René Castillo, Ernesto
Cardenal, Roberto Sosa, Alfonso Chase, etc., sólo para mencionar unos
referentes inmediatos, a sabiendas que la lista de poetas es más larga y más
abarcadora.
Sus libros de poesía más conocidos son Mía junto a los pájaros, plaquette,
San Salvador, 1957; La ventana en el rostro, poesía, Ediciones de
Andrea, México,
1962; El turno del ofendido, poesía Casa de las Américas, La Habana,
1962; El mar. Variaciones, poesía, Ediciones La Tertulia, La Habana,
1962; Los testimonios, poesía, Ediciones Unión, La Habana; Poemas
clandestinos, El Salvador, 1975 (Universidad Autónoma de Puebla,
Mexico, 1980); Las historias prohibidas del Pulgarcito, Siglo XXI,
México, 1974; Un libro levemente odioso, con prólogo de Elena
Poniatowska, La Letra Editores, México D.F., 1988; Un libro rojo
para Lenin, Editorial Nueva Nicaragua, Managua, 1986; Últimos poemas,
Nuestra América, Buenos Aires, 2005.
Sus textos poéticos han sido
motivo de estudios doctorales. En 2002, se realizó un estudio que se denominó El ciervo perseguido. En 2006, Melgar
Brizuela defendió en el Colegio de México una extensa tesis doctoral sobre el
autor del Poema de amor y en 2010, Alvarenga culminó su tesis sobre
Dalton, defendida en la Universidad Centroamericana José
Simeón Cañas.
Roque Dalton es un poeta
revolucionario que finalmente se incorporó a la guerrilla salvadoreña a través
del famoso grupo ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) con el cual militó y
quien finalmente, además, lo asesinó un 10 de mayo de 1975, cuando
el poeta iba a cumplir sus cuarenta años, junto al líder obrero Armando Arteaga, acusados
de trabajar para la Cía y para la inteligencia cubana.
Los responsables de este
crimen son Joaquín Villalobos y Jorge Meléndez, el primero ha sido asesor de seguridad
de los gobiernos mexicanos conservadores, así mismo Jorge Meléndez, colaborador
del gobierno de Mauricio Funes, los dos casi confesos del crimen, se vinculan
más nombres, pero, estos han sido los que saliendo a la palestra ha confesado
haber sometido a juicio al poeta y haberlos fusilado por orden de la dirección
del ERP.
Sus declaraciones públicas
siempre han sido confusas y nunca han deseado revelar el lugar en donde fueron
enterrados los retos del poeta revolucionario mártir.
Dice Manlio Argueta, amigo
personal del poeta Dalton, que les
escribía cartas que les llegaba hasta
donde realizaban sus tertulias, y en una de ellas expresaba el escritor: “Ustedes
tienen la suerte de vivir en las entrañas de la patria, están mayormente obligados a proyectar el
otro país, debemos sacarlo hacia la luz”.
Y vaya que el poeta cumplió su
palabra de sacar a luz su pequeño país, El
Salvador, y por ello escribió “Las historias prohibidas del pulgarcito” en
referencia a la pequeñez su nación natal, pero, a lo mejor escribe la mejor descripción
antropológica de la conducta del salvadoreño, y en su “Poema de amor” establece
con claridad el espíritu de lucha y adversidad en que se mueve el salvadoreño
común: “los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo/los primeros en sacar
el cuchillo/ los tristes más tristes del mundo,/mis compatriotas,/mis
hermanos”.
El día de la poesía
salvadoreña es el 14 de mayo, fecha del natalicio de un poeta revolucionario en
la poesía y en la militancia, sus trabajaos académicos fueron siempre un aporte
valioso a la comprensión de este país hermano y muy querido por el pueblo
hondureño.
Nosotros celebramos este día
de la poesía salvadoreña como si fuera nuestro día, porque aquí los poetas
somos algo así como los seres raros que estorban en esta sociedad de la
mercancía, la indiferencia, la humillación y el descrédito.
Y cuando los cuadros políticos
dirigentes de la revolución nacional nos
vuelven a ver, nos consideran como los animadores del acto político en el cual
ellos, los dirigentes, son los protagonistas de la gran revolución nacional. Menos
que un adminículo somos.
Viva la poesía salvadoreña,
viva Roque Dalton, y junto a ella, viva la poesía hondureña, la magia de la palabra
en ristre, hoy 14 de mayo de un año cualquiera.
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