miércoles, 13 de marzo de 2013

Presidenta de Argentina llama a Francisco I a luchar por la igualdad social // Francisco I viene a disputar consenso social

Francisco I nació en Argentina y es el primer Papa latinoamericano. 
(Foto: Archivo)

La presidenta Cristina Fernández expresó, en nombre del pueblo argentino, las felicitaciones al papa Francisco I, el jesuita Jorge Mario Bergoglio, por su reciente nombramiento en el cónclave que se inició en el Vaticano el pasado martes y lo llamó a luchar por distintos temas de caracter social. En una breve misiva publicada a través de su cuenta en la red social Twitter, @CFKArgentina, la mandataria escribió unas palabras al primer Papa latinoamericano.
“Es nuestro deseo que tenga, al asumir la conducción y guía de la Iglesia, una fructífera tarea pastoral desempeñando tan grandes responsabilidades en pos de la justicia, la igualdad, la fraternidad y de la paz de la humanidad”, escribió.
Como obispo en Argentina, Bergoglio fue duramente criticado al ser considerado un hombre fuerte de la Iglesia durante la dictadura militar que se implantó en el país sureño entre 1976 y 1982.
La selección del sucesor de Benedicto XVI se dio antes de la misa de Ramos del 24 de marzo próximo, una de las más importantes de la Semana Santa y del año litúrgico.
El pasado 11 de febrero Joseph Ratzinger anunció su renuncia como Sumo Pontífice "por falta de fuerzas", durante un discurso pronunciado en latín en medio de una canonización en la Santa Sede de El Vaticano.
Para ver la carta en su totalidad: http://exwebserv.telesurtv.net/secciones/archivos/ARCH53_189.pdf

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miércoles, 13 de marzo de 2013

Francisco I viene a disputar consenso social

Julio C. Gambina (especial para ARGENPRESS.info)

La Iglesia es parte del poder mundial, y no sólo del poder económico. La Iglesia disputa históricamente el consenso de la sociedad. Es una realidad a considerar en tiempos de crisis capitalista, considerada también una crisis de civilización, ya que esta civilización contemporánea está ordenada por el régimen del capital, o sea, por la explotación del hombre por el hombre, por la depredación de la Naturaleza.

Cuando el sistema mundial estaba desafiado por el avance de los pueblos y el socialismo (como forma que intentaba ser alternativa del orden mundial) se abrió camino la teología de la liberación, en abierta confrontación con el poder institucional de una Iglesia retrógrada. Así, la Iglesia de los pobres se mostraba desde el sur del mundo, más precisamente desde Nuestramérica. La Iglesia oficial no podía negar este rumbo que se abría paso entre los curas de base y habilitó un gran debate mundial en el seno de la Iglesia.

Los rumbos de la ofensiva popular tocaban la puerta de la Institución. La respuesta contemporánea de la Institución Iglesia fue acompañando la ofensiva capitalista para recuperar el poder del régimen del capital. Esa ofensiva se materializó en los 80´ contra el socialismo y los pueblos, abriendo el camino al poder reaccionario de los Ratzinger y los Bergoglio.

Hace 40 años que el neoliberlismo se ensayó en nuestros territorios con las dictaduras y el terrorismo de Estado, para luego extenderse por todo el orbe. La Iglesia en la Argentina, salvo honrosas y escasas excepciones acompañaron a la genocida dictadura en ese parto neoliberal, aunque ahora hablen contra la pobreza y la ética.

Un PAPA polaco llegó a la Iglesia para acompañar el principio del fin de la experiencia socialista, aunque se discuta el mismo carácter de aquella experiencia. El capitalismo mundial necesitaba del Este de Europa. Alemania así lo entendió. EEUU también. Sin el este de Europa, aún ya abandonado el proyecto socialista originario, el mundo dejó de ser bipolar y se constituyó el rumbo unipolar del capitalismo, transnacional y neoliberal.

El rumbo unipolar está siendo desafiado por el cambio político en Nuestramérica y el resurgir del socialismo, sea de la mano de la revolución cubana o por los procesos específicos que emergen en algunos países (Venezuela o Bolivia), incluso en variados movimientos políticos, sociales, intelectuales, culturales, en nuestra región.

Con la muerte de Chávez y millones movilizados para constituirse en sujetos por el cumplimiento del legado revolucionario y socialista de Hugo Chávez, la Iglesia lanza al ruedo el símbolo de un Jefe de la Iglesia nacido en el sur y compenetrado con el proyecto del norte.

El PAPA argentino, Francisco I, viene a cumplir el proyecto del poder mundial para disputar el consenso de la sociedad, especialmente de los pueblos. No solo se trata de sustentar posiciones contrarias al matrimonio igualitario, o contra el aborto, ampliamente difundidas por el obispo Bergoglio, sino de gestar una conciencia de disciplinamiento hacia el orden contemporáneo, reaccionario, de dominación transnacional.

Nuestramérica es hoy laboratorio del cambio político. La Iglesia institución quiere intervenir en este proceso, y no para empujar esos cambios, sino para frenarlos. La disputa es por las conciencias. Es una batalla de ideas, por el cambio, o por el retroceso. Les preocupa el efecto Chávez en la región. Les preocupa la sucesión política en Venezuela y la capacidad de extender el rumbo socialista. Necesitan disputar el consenso.

Pero, por más intentos institucionales por acompañar la ofensiva del capital contra el trabajo, los trabajadores y los sectores populares, incluida la iglesia de los pobres, el movimiento religioso popular, persiste en la búsqueda por organizar la sociedad del vivir bien (Bolivia), el buen vivir (Ecuador), el socialismo cubano, o la lucha por la emancipación social de gran parte de la sociedad de abajo en Nuestramérica.

El PAPA Francisco I viene por lo suyo. Los pueblos debemos continuar nuestra búsqueda y experimentación por una nueva sociedad, por otro mundo posible, ese que se construye en la continua lucha contra la explotación, por la emancipación social, contra el capitalismo y el imperialismo, por el socialismo.




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