Publicado el 10/02/2013 en el tema EL MUNDO EN CRISIS
Joe Biden.
A simple vista parece una propuesta lógica que pretende darle solución a un conflicto que lleva ya varios años recalentando la región medioriental, pero rara vez estas “propuestas” vienen solas, son acompañadas de intenciones ocultas que son parte del ajedrez político que se juega en la arena internacional. Si vemos con detenimiento la oferta norteamericana, podemos percatarnos que ya de por si nace torcida. Washington tiene una dificultad en el planteamiento del problema que se refleja en su declaración.
Pero ¿cual es el problema? Si nos apegamos a los principios reconocidos para definir un problema, tenemos que – Un problema es una situación que se deriva de la interacción o yuxtaposición de dos o más factores (por ejemplo, dádivas, restricciones, condiciones, deseos, etc.), que produce
- un estado enigmático o de perplejidad,
- una consecuencia indeseable o
- un conflicto que hace discutible la elección de entre ciclos de alternativas de la acción.
De esta forma tenemos que según el planteamiento del Vicepresidente norteamericano, de lo que se esta hablando no es del problema nuclear iraní, sino de la “solución” que le conviene a EE.UU en este conflicto. El hecho de que Biden señale que EE.UU desea que Irán “detenga o paralice su programa nuclear”, hace que, ya no sea un encuentro para solucionar un problema, sino una reunión para “imponer” a Irán una solución del indefinido problema.
Y es aquí donde falla la política y la praxis norteamericana, que no define correctamente el problema y como es lógico Irán no puede resolver una situación que no reconoce.
Para justificar su actitud EE.UU ha tratado de endilgarle al programa iraní una razón para que la comunidad internacional reconozca el impreciso problema. Obsérvese como los MMD tratan de instalar en nuestras mentes la idea de que existe un “estado enigmático” en el programa iraní, a pesar de las incontables inspecciones y controles que se han realizado sobre dicho programa.
Cabria preguntarse ¿Existe acaso el mismo control sobre las instalaciones nucleares israelíes, norteamericanas, japonesas, pakistaníes o de cualquier otro país aliado de occidente? ¿A que condujo el riguroso y humillante control de la OIEA en Iraq?
Por otro lado se repite hasta el cansancio que el programa iraní tiene como objetivo fines militares, a pesar de que nadie ha presentado una sola prueba tangible sobre esta afirmación.
De esta forma se intenta generar una supuesta “consecuencia indeseable”, ya que la tenencia de armamento nuclear en manos iraníes es peligroso – para occidente – pero en manos israelíes, pakistaníes o indias, no!!??
Por ultimo, las constantes negociaciones fallidas, donde las exigencias sin razón hacen inviable a propósito la negociación, pretenden presentar al “conflicto” como algo que no tiene alternativas y por ende se hace necesaria una acción que lo “resuelva”.
Si vamos al fondo del problema, en realidad las bases del conflicto no están en el desarrollo por parte de Irán de la tecnología nuclear, ni siquiera de la concreción de la inoperante e inservible arma atómica. Si los iraníes logran construir una, dos o tres cabezas nucleares, lo único que obtendrán es atraer y justificar un ataque estadounidense. Nunca alcanzará el poderío de su enemigo.
El problema esta en la política hegemónica norteamericana que pretende quebrar a todos los gobiernos que no se les subordinan.
Salvo que EE.UU haya decidido renunciar a todas sus armas nucleares y respetar los tratados internacionales, Teherán y Washington no tienen nada que conversar.
Las últimas declaraciones del Imán Khomeini, confirman esta aseveración. Con claridad el líder espiritual iraní define los principios de cualquier negociación con EE.UU y deja bien sentado que para negociar, primero hay que tener voluntad y buenas intenciones, lo cual EE.UU no tiene.
Para Khomeini, la propuesta del Vicepresidente de EE.UU es una maniobra más para justificar su actitud y sus acciones, pero, esto tiene además otras lecturas.
Por primera vez EE.UU plantea negociar directamente con Irán. Esto, en el argot diplomático, significa una concesión en el accionar del gobierno norteamericano.
Recordemos solo algunas de las últimas acciones de EE.UU contra Irán:
- Múltiples sanciones diplomáticas, financieras, económicas, y comerciales.
- Reforzamiento desproporcionado de las fuerzas norteamericanas en la región con la presencia de hasta cuatro grupos de portaviones en las aguas cercanas, lo que representa casi el 50 % de los grupos de portaviones norteamericanos en el mundo.
- Guerra psicológico-informativa.
- Recopilación de datos de inteligencia para estructurar la estrategia de guerra.
- Vuelos espías y reconocimiento satelital las 24 horas de cada día.
- Sabotajes económicos y ataques cibernéticos para desestabilizar la infraestructura productiva y social del país.
Lo que si no se puede obviar es que los iraníes han actuado con mucha inteligencia, desbaratando el Plan norteamericano, que no ha logrado quebrar su unidad ideológica, religiosa, social y económica.
El caso iraní tiene puntos convergentes con el cubano, ya que la isla caribeña ha sido sometida durante más de 50 años a una Guerra desestabilizadora en las mismas áreas de influencia que en Irán, pero que no han logrado aplastar la decisión de los cubanos a desarrollar su propio proyecto social.
Si fuéramos a comparar el caso iraní con su aliado sirio, hay que señalar que aunque Damasco ha logrado resistir el embate final de las fuerzas occidentales que intentan despedazarlo, se han cometido errores que hacen diferentes sus resultados.
Los sirios no han logrado incorporar al pueblo a la defensa de su soberanía, se apoyan demasiado en las acciones del ejercito regular que con métodos tradicionales trata de enfrentar una guerra irregular. Esto no es recomendable y como regla es ineficiente. El caso soviético en Afganistán es un ejemplo fehaciente de que esta es una estrategia fallida. Inclusive si consideramos que las capacidades militares soviéticas de entonces eran muy superiores a las actuales de Siria.
No nos queda claro si el Gobierno Sirio, esta actuando bajo la influencia rusa, heredera de parte de las concepciones soviéticas o esta convencida de que este es el camino. Lo cierto es que esto hace la diferencia con Irán.
Los iraníes aprendieron las lecciones de Afganistán y Libia, poniendo por delante el principio de que la defensa es un problema de todo el pueblo. Por otro lado, el reforzamiento de la unidad nacional en Irán, envía a su enemigo declarado un mensaje claro “si se lanzan van a pagarlo bien caro”.
El que EE.UU a pesar de todas las acciones que realiza, no los haya podido forzar a ceder, es un indicador de que van por buen camino.
La propuesta estadounidense es una muestra de desesperación ante la inefectividad de sus acciones. La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia la debilidad del fuerte.
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