miércoles, 10 de octubre de 2012

SIRIA: El desafío de un nuevo Internacionalismo / Partes I y II

Juan Francisco Coloane (especial para ARGENPRESS.info desde Siria ) 
Para los terroristas que han atacado a Aleppo en los últimos tres días, quizás la palabra Internacionalismo no le diga nada y por el contrario para los que los sustentan, sea precisamente lo que hay que destruir. Esto coincide con el diseño temprano de los años de 1970 de las corporaciones del gran capital transnacional: acabar con el estatismo que se transfiere en el concepto de Internacionalismo y gobierno de una comunidad de países.
Nada de eso, para las multinacionales esta es otra faceta del comunismo bañado en una pátina de corporativismo estatista contrario al libre mercado y a las ganancias del capital privado.

El tema es bien profundo. Consiste en el estado de situación del Internacionalismo que se refleja en la actual crisis torno a Siria convertida en una suerte de contención hacia esa avalancha del capital transnacional obstinado en destruir estados como el de Siria precisamente.


Para muchos cuarteles que han intervenido desde el exterior, la situación más parece una oportunidad para negocios y un botín para repartir. Observé algo parecido en el período pre invasión Irak 2003.


Es así de duro lo que observo al llegar y recorrer Damasco y sus alrededores.


Escribo en un día de recogimiento, es viernes escuchando la oración que proviene de la Mezquita que está cerca del Hotel donde alojo. En una ciudad donde los terroristas han podido penetrar, funcionarios del Gobierno recomiendan alojar en una zona más protegida y debí cambiar de Hotel.


En una guerra poco definida, el terrorismo comienza a ser la herramienta más utilizada para desestabilizar al gobierno en la medida que el ejército Sirio recupera zonas. El acoso por las fronteras es otra como es el caso del tráfico de armas, mercenarios y terroristas desde Turquía.


Con todo, los ciudadanos con los que he podido conversar, señalan con certeza que hasta el estallido de las acciones de insurrección, (no las manifestaciones por mayor democracia para que quede claro), vivían con felicidad y tranquilidad. Todavía lo sienten en parte y mantienen la esperanza de que la violencia acabe luego.


Este ambiente se observa en un club de cartas abierto al aire libre cubierto por toldos y rodeado de plantas, donde se fuma en el Hubble-Bubble o Nargile, una especie de pipa gigante traída por los turcos a Siria, aunque originalmente proviene de India. Ubicado en el Damasco antiguo a un costado de una estación ferroviaria, el escenario de la explanada con medio millar de clientes donde se encuentran mujeres y personas de casi todas las edades, parece paradisiaco en contraste con lo que está sucediendo en Aleppo y algunas zonas periféricas de Damasco, con gente desplazándose de las confrontaciones y los atentados terroristas.


Un 90 % y algo más de las personas que he podido entrevistar, -como 50 entre estudiantes, comerciantes, transeúntes- simplemente todos desean volver a la Siria sin guerra, como era tres años antes. Reconocen defectos en el gobierno, sin embargo aprecian como invaluable lo que había y tienen temor a que el país se despeñe en una guerra sin fin, como Afganistán.

                                                                                 
La Agenda con Siria             


El origen del problema es la agenda de la Alianza Transatlántica: Terminar con el Estado Sirio, comenzando por acabar con el actual gobierno por no acoplarse a la Alianza Transatlántica.


Siria es un estorbo para la influencia regional de esta Alianza. El llamado nacionalismo Árabe es deplorado por los "Think Tanks" de EEUU, Reino Unido y Francia, por encontrarlo anticuado y fuera de la matriz de la globalización. Léase esta matriz como dominio pleno de las Transnacionales. Esta idea de desestabilizar Siria surge con anterioridad al atentado a las Torres Gemelas, 2001.


Basher el Assad y su padre desde siempre, no conciben una Siria acoplada a la Alianza Transatlántica como lo han hecho Israel, Turquía y ahora lo hace Egipto y los países monárquicos del Golfo Pérsico. Esta es una batalla geopolítica por los recursos, las finanzas, aunque también cultural. Alexander Solyenitzin poco después de su arribo a Estados Unidos en 1974 y que detestaba el régimen soviético, enfatizaba que Occidente no tenía ningún derecho a implantar su tipo de democracia al resto del mundo.


Lo que esta Alianza está haciendo con Siria es un crimen internacional porque están financiando una insurrección imbricada con grupos terroristas. Es aquí donde falló esta Alianza y debe rendir cuentas porque se vincularon al terrorismo y contrataron mercenarios para derrocar un gobierno. François Hollande le debe una explicación a la social democracia porque Francia es uno de los principales agentes de esta operación.


Este es el reclamo de Rusia y de Siria por cierto. Se desbocaron -los que diseñaron el proyecto-, en una euforia descerebrada y aquí están los resultados después de 20 meses en que pudieron haber negociado una salida sin 20.000 muertos y más de un millón de desplazados.


Si se hace una investigación, toda esta operación podría ser "penalizada" de acuerdo a las nuevas resoluciones multilaterales contra el terrorismo. El silencio de muchos juristas internacionales abruma y es sospechoso.


Hace poco, fui testigo directo de una propuesta de declaración para que un grupo de partidos progresistas en América Latina expresara su preocupación por la incapacidad de la ONU y el multilateralismo para resolver el tema Sirio. Fue cursada por los canales adecuados y no hubo respuesta. El silencio asusta más que complica. Como que los tentáculos de las redes que empujan para que Siria colapse hubieran traspasado todos los muros.


Turquía y la muerte de civiles por un proyectil


Turquía, opera como una base de infiltración de terroristas y mercenarios. Es un rol triste y que le traerá consecuencias internacionales imprevisibles a un país que sigilosamente contiene un descontento social acumulado. En Turquía, a este paso de asociarse subrepticiamente con redes terroristas para derrocar un gobierno vecino le puede significar un boomerang a cualquier plazo. Está en la práctica funcionando como Pakistán en relación a Afganistán infiltrando terroristas. Con una diferencia. Aquí los infiltrados no solo son apoyados por el gobierno Turco, sino que EEUU y los países de la Alianza Occidental están vinculados en la operación de infiltrar.


El ejército Sirio contraatacó a la protección del ejército turco para permitir la infiltración. He presenciado estas operaciones en terreno por haber cumplido funciones para la ONU visitando las fronteras del Sudán con Eritrea, Bangladesh con India y Myanmar, Guinea Bissau con Ziguinchor, por el tema de los refugiados. Los dispositivos militares que están en la frontera tienen la obligación de proteger la frontera. El intercambio de fuego que resultó en la muerte de civiles es el corolario de la irresponsabilidad del gobierno turco en exponer a civiles en operaciones de infiltración hacia el otro país.


La ONU tiene las manos atadas, porque entre EEUU, Francia y el Reino Unido más los otros miembros del Consejo acoplados con estas potencias para derrocar al gobierno Sirio, no hay investigación neutral posible. Como resultado, se aceleraron en una declaración del Consejo de Seguridad que les costó más de la cuenta convencer a Rusia firmarla. Se llegó a una declaración sin investigación. Esto deslegitima al organismo por el exceso de promiscuidad política entre la Oficina del Secretario General y las representaciones ante la ONU, de Francia, convertida en gran agente para derrocar al gobierno, de EEUU y del Reino Unido.


Lo de Siria adquiere ribetes de descomposición ética que el poder mediático de los países y consorcios internacionales que intentan derrocar al gobierno Sirio simplemente esconden. La agenda es clara: hay que derrocar a Assad, y para esto se han invertido miles de millones de dólares en connivencia con las Transnacionales y una parte de la ONU.


Lo decisivo y grave en esta operación es el protagonismo del terrorismo, lo que sitúa a estas naciones en un rol de corresponsabilidad en el delito.


Aquí se está dando la madre de todas las batallas entre el poderío unilateral de la Alianza Occidental contra Siria e Irán y alguna oposición de Rusia y China. El caso Siria demuestra la vigencia del concepto atribuido a la década de 1960, sin ambages: El Gobierno Sirio está dando la batalla clave en contra del Imperialismo propiamente tal.


Este es un inmenso montaje de varios miles de millones de dólares financiados por los países monárquicos del Golfo Pérsico que mas vínculos tienen con las Transnacionales del sector de la energía y la tecnología asociada.


Siria y los elementos constitutivos como su Estado, la paz al interior de la nación, su administración y su integridad territorial deben ser protegidos. La comunidad internacional - especialmente la representada por Naciones Unidas- ha fallado en su Misión al no contribuir a este propósito.


El tema central consiste en el actual estado de situación del Internacionalismo y en particular el fundamentado en la Carta de Naciones Unidas. La situación de Siria refleja una crisis inédita en el período post desplome soviético y el debate en la Asamblea General de la ONU ha sido monocorde. Solo centrado en reformar el Consejo de Seguridad, siendo que el tema para trabajar es una nueva cultura de Internacionalismo en un mundo regido políticamente por las corporaciones transnacionales. Si los sistemas políticos están en profunda crisis en los países, imaginemos un instante si lo de Siria no es el reflejo de la profunda crisis política del Internacionalismo.


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 SIRIA:  El desafío de un nuevo Internacionalismo ( Parte  II )

 Juan Francisco Coloane (especial para ARGENPRESS.info desde Siria)

Terrorismo y censura


El Gobierno Sirio en su prerrogativa ha intentado mantener la paz social, el orden de su estado, la integridad territorial y las líneas de abastecimiento y producción. Este ejercicio ha sido heroico porque hay bloqueo con terrorismo.


Las muertes de civiles y la cantidad de población desplazada es en gran parte causada por una guerra provocada por la intervención externa a través de acciones de terroristas y mercenarios. La oposición al gobierno se vinculó con estas redes terroristas en donde se destaca un dato central: el financiamiento proviene de las mismas fuentes.


Esto no se transmite en los medios extranjeros en particular porque los que cubren las noticias aplican autocensura. Se instaló en Siria la amenaza terrorista a cualquier periodista que denuncie las atrocidades del llamado "ejército rebelde" y las alianzas que ha formado con grupos de mercenarios y terroristas.


Un conductor de noticias y figura importante de la televisión Siria hace poco fue asesinado por no querer declarar en un video después que fue secuestrado, que era opositor al gobierno. Este caso es conocido y poco divulgado. Está el caso del periodista Mayar Nasser de Irán asesinado por los "rebeldes" en septiembre y el de la Monja australiana que al regresar a Australia de Siria, declara a los medios que la información sobre Siria está sesgada y no denuncia las violaciones de los llamados rebeldes y del terrorismo.


Damasco hoy es un foco de operaciones encubiertas porque es la ciudad donde hay más seguridad. Los atentados terroristas han sido de carros suicidas y no responden a entradas del "ejército rebelde". Los terroristas y mercenarios infiltrados de alguna forma han colocado un cerco a la información. Si descubren que el periodista denuncia violaciones a los DDHH por parte de la oposición, tiene los días contados. Son varios los periodistas heridos y amenazados.


Esta es una guerra sórdida que comienza a adquirir los rasgos de Afganistán y que tiene el sello del partido republicano de Estados Unidos de los años de 1980, de Contras en Nicaragua. Muy similar a lo aplicado en Mozambique con la Resistencia Nacional de Mozambique (RENAMO) financiada por el régimen del Apartheid de Sudáfrica, Israel y EEUU, que tiene por objetivo desintegrar el país.


Recordemos los casos del sudafricano Albie Sachs luchador contra el Apartheid, mutilado por la explosión de una bomba en su automóvil en Maputo. Esta vez son varios Estados lo que están aplicando el mismo tipo de terrorismo en Siria. Lo peor sería renunciar y no enfrentar la amenaza terrorista y aplicar la autocensura.


Siria y el bloqueo


El BlackBerry que portaba dejó de funcionar en Damasco por el bloqueo. No se pueden usar tarjetas bancarias de los países que bloquean la economía Siria. Aún así se ve este país con movimiento, sus mercados con productos y el sirio siempre diligente. En Damasco y alrededores no parece que en Aleppo hubiera atentados terroristas, aunque la gente está con temor y en este sentido el llamado "ejército rebelde" está perdiendo popularidad.


Sorprende encontrar en el comercio una variedad de productos manufacturados hechos en Siria como no he encontrado en otros lugares absorbidos por la expansión comercial China. Siria alcanzó a desarrollar una industria interesante. Ver los informes de la ONU al respecto. Es notorio no obstante, observar los grandes proyectos con financiamiento de empresas occidentales que se han suspendido por el bloqueo.


Por razones históricas y culturales, Basher el Assad sigue la línea de su padre de mantener autonomía, una línea nacionalista-árabe digamos, plural y laica, para conservar la integridad territorial y cultural y grados de independencia e identidad frente al avasallamiento de la uniformidad global. En Damasco y alrededores, se percibe que Siria es el centro más vigoroso de la cultura árabe. Hay un culto al idioma que no se palpa en otras sociedades donde se habla el Árabe. Esto parece más acentuado en esta Siria en crisis de hoy.


Siria en comparación con la región ha logrado un sistema socio-económico capitalista bastante desarrollado con un rol importante del estado. Constituye hasta cierto punto un modelo y es muy probable que esta guerra importada consista en desintegrar el estado sirio y ese modelo. Es así que su sistema político ha respondido a la situación de amenaza militar permanente de Israel que como estado opera como un "portaaviones" de EEUU en el medio oriente.


La nación Siria en su forma de estado en todo caso, no es más autoritaria que Israel y ha vivido en un constante estado de alerta por la inestabilidad de la región debido al conflicto que le genera a Israel y a EEUU la existencia de un estado palestino.


En este sentido se puede hablar de un milagro Sirio y eso es precisamente lo que la Alianza Transatlántica desea destruir. Los informes de la ONU sobre Siria han sido mediatizados producto de la influencia de EEUU e Israel en el Consejo Económico y Social. Se ve un país que funciona a pesar del bloqueo en las comunicaciones y en el sistema financiero.


Capítulo ONU


La agenda de la Alianza Occidental es desmantelar el gobierno y reconstruir Siria. Ban Ki Moon, el Secretario General, como diplomático de Corea del Sur apoyó la invasión a Irak 2003 sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, hoy aprueba el diseño de derrocar el gobierno.


Los funcionarios de la ONU en Siria tienen temor a decir la verdad y hablan en forma muy moderada y bajo un absoluto anonimato respecto al terrorismo. Siguen la línea de EEUU y Ban Ki Moon. El gobierno debe ser derrocado y los "rebeldes" deben ser apoyados.


Como sucedió en Irak, el rol de la ONU y otras agencias internacionales es mediatizar ese proceso con un criterio balanceado que contenga la urgencia y la irracionalidad con se está manejando el tema de derrocar el gobierno a toda costa y lo antes posible.


Es así que lo que están haciendo las fuerzas externas con Siria, principalmente por decisiones políticas y financieras desde los cuarteles del gran capital transnacional es un crimen de estado hacia otro estado. El rol de este capital es invisible. Es un crimen hacia la paz de los sirios. La ONU es cómplice de esta situación y no hay forma de juzgarla porque se auto protege. El capital transnacional es la mano invisible.


Por las divisiones en el Consejo de Seguridad, la oficina de Ban Ki Moon en la práctica es comandada por los tres países interesados en derrocar el gobierno de Assad, Francia, EEUU y Reino Unido. Estos son los países que hacen de sede al mayor volumen de corporaciones que manejan o poseen ese capital transnacional.


Esta es la parte que debe ser auditada en la ONU y donde los países con más independencia deberían poner el acento. La diplomacia brasileña y argentina, que han apoyado la resolución del Consejo de Seguridad del 19 de Julio que abría la posibilidad de una intervención militar en Siria, tienen la oportunidad de reivindicar esa injustificada postura presionando a que la Oficina del Secretario General no sea una prolongación de las representaciones ante la ONU de los tres países del Consejo que desean derrocar al gobierno Sirio, y que por extensión representan al capital transnacional.


Los parlamentarios progresistas e independientes de estas naciones tienen esta tarea como un gran desafío. Así se puede construir una nueva cultura internacionalista. Con el cinismo predominante aparece la sugerencia como ingenua e impracticable, sin embargo cuando existían Secretarios Generales con carácter, como Boutros- Boutros Galli o el mismo Javier Pérez de Cuellar, había más independencia en el cargo. Claro, eran tiempos de guerra fría y existía un mundo bipolar.  


Puede parecer ostentoso decirlo. El caso de Siria, por todo lo sucedido y principalmente por lo que no ha sucedido en 20 meses, llama a una reflexión esencial: Fundar un Nuevo Internacionalismo.


Dejo abierta algunas inquietudes para esa reflexión capital. El capital transnacional ha empujado a las poblaciones a preocuparse cada vez más de lo local y del circuito más próximo, apartándolas del llamado tema internacional. Es así que el tema Sirio se ve periférico. Al mismo tiempo este poder corporativo multinacional le hace creer a uno, o a muchos, que al preocuparnos más de lo local también participamos en las grandes decisiones que afectan a esas localidades y al mundo.


No es difícil concluir que el nuevo Internacionalismo se debería construir desde esas bases locales teniendo en perspectiva el poderío casi inconmensurable, lleno de trampas del capital transnacional para sofocar ya ni siquiera a la Revolución Bolchevique, sino grados mínimos de participación ciudadana en decisiones vitales para la convivencia internacional.

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