Publicado en ANNCOL
“En nuestra nación es la lucha de clases el alma
de nuestra historia, expresada en todos los ámbitos”
El pueblo ya no tiene miedo por la represión y se organiza en gran parte del territorio nacional. Como en la foto, de Cauca. |
Por Horacio Duque Giraldo
Colombia, como cualquier nación, chiquita o
grande, potente o débil, tiene su historia, su pasado, presente y futuro. Es un
cuerpo vivo, dinámico, en incesante movimiento.
Parecería un lugar común, una
referencia teórica simple y hasta desueta en la consideración intelectual
postmoderna de quien omite el acervo ideológico complejo de la humanidad, decir
que su naturaleza, su esencia, su forma y su contenido lo determina el choque
múltiple, micro/macro, plural de la multitud con la minoritaria camarilla dominante
y sus redes institucionales/políticas de poder y de control, con el bloque del
biopoder dominante.
Para decirlo sin rodeos, en nuestra nación es la lucha de
clases el alma de nuestra historia, expresada en todos los ámbitos: político,
electoral, mediático, urbano, rural, guerrillero, sindical, cívico,
penitenciario, cultural, militar, judicial, legislativo, etc.
La autopoiesis social (Luhman/Maturana), la autoreproducción perpetua de la sociedad colombiana tiene soporte/pivote en el antagonismo y la contradicción dialéctica entre los pobres y los ricos. Los ricos a impedir la plena constitución de la subjetividad popular mediante la negación de sus derechos y los pobres reivindicando sus derechos y garantías como parte esencial de su ser pleno. Es una ley sustancial de la historia y no somos la excepción por más que se nos quiera acomodar en los protocolos de la denominada civilización occidental/postindustrial.
La autopoiesis social (Luhman/Maturana), la autoreproducción perpetua de la sociedad colombiana tiene soporte/pivote en el antagonismo y la contradicción dialéctica entre los pobres y los ricos. Los ricos a impedir la plena constitución de la subjetividad popular mediante la negación de sus derechos y los pobres reivindicando sus derechos y garantías como parte esencial de su ser pleno. Es una ley sustancial de la historia y no somos la excepción por más que se nos quiera acomodar en los protocolos de la denominada civilización occidental/postindustrial.
Con o sin liderazgos expresos, con o sin
partidos vigentes, la resistencia, la oposición, la protesta, la movilización
ocurre en el mundo de la cotidianidad. Por fortuna, y trascendiendo todas las
adversidades, las clases subalternas colombianas han constituido sus propios
dispositivos organizativos/políticos de lucha, acción y oposición radical. Por
supuesto, no tiene los niveles ideales, óptimos y la falta de unidad popular es
una enorme falla que aprovechan las facciones dominantes para mantener sus
poderes oligárquicos, autoritarios y no democráticos. Por eso tan útil y
oportuna la propuesta de la "unidad de movimientos" como metodología
para obviar los sectarismos y las rivalidades, sobre todo entre las diversas
expresiones de la izquierda vigente.
Visto en retrospectiva, es mucho lo que se ha
logrado en los últimos 40 años. Hacer un balance, un inventario de la
organización y la unidad popular debe ser objeto de un trabajo exhaustivo de
investigación y análisis para que las nuevas generaciones y los liderazgos de
hoy aprendan en la rica experiencia y tradición revolucionaria.
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Reten militar en el departamento de Caquetá, víctima del Plan Colombia, Plan Patriota, Plan . . . |
Pero como todo análisis debe ser concreto y puntual, pertinente e incidental, es evidente que en el "corte coyuntural" se han configurado varios movimientos y procesos de acción popular y subjetividades emergentes contra situaciones y estrategias implementadas por el bloque de biopoder dominante y su modelo neoliberal. Las protestas, las acciones, las huelgas, la inconformidad cívica ocurre a propósito de diversas irregularidades y tragedias. Son micro, meso y macro confrontaciones del pueblo, de las masas con las estructuras de poder. Ocurren tanto en veredas, localidades, municipios, departamentos, regiones y en la nación entera. Los problemas son diversos: la crisis de la salud, la megamineria, la vulneración de los derechos humanos, la privatización de la educación, la corrupción, el cinismo de los politiqueros, el desempleo, la impunidad de la parapolítica, la violencia, el conflicto, los ajustes en el impuesto predial, la reparación de las victimas, los atropellos carcelarios, el despojo de los campesinos, los malos salarios como en el caso de las madres comunitarias, la atención de los damnificados por el invierno, los conflictos interestatales, la política internacional, la imposición de TLC .
Hay regiones enteras, departamentos completos
en los que la población ha realizado recientemente poderosas movilizaciones
contra la locomotora minera y la afectación de los recursos naturales como el
agua: Santander, Tolima, Quindío, Choco, Bajo Cauca Antioqueño, Guajira y
Sierra Nevada de Santa Marta. Hay área donde el ambiente social está caldeado
como en Cucuta y su área metropolitana a causa de los atropellos y
"alcaldadas" de las autoridades municipales al reajustar los
impuestos predial y de industria y comercio. Hay comunidades inmersas en la
indignación por el cinismo de la clase política como en el Valle de Cauca,
lugar en que se realizaran unas elecciones el 1 de julio para designar un
gobernador que reemplace al suspendido por corrupto, y donde la indiferencia y
apatía parece ser la forma de repudio al catastrófico estado de cosas, dando
pie a un potencial voto en blanco que obligaria una repetición de las
votaciones con otros candidatos y otras propuestas porque las que hay son un
remedio peor que la enfermedad. Así que resulta más barato pagar nuevas elecciones
que permitir que uno de los tres postulados llegue al poder porque sus
antecedentes personales o de sus partidos son todo un riesgo para los
patrimonios públicos dado el inescrupulosos comportamiento que los caracteriza.
En el día de hoy tenemos dos procesos de
mucha importancia. Uno es el referendo revocatorio que se está impulsando por
amplios sectores de la sociedad para derogar la reforma a la justicia recién
aprobada por el órgano legislativo la cual introdujo sustanciales reformas del
régimen parlamentario para dejar en la impunidad los delitos de la
"clase" legislativa y su vínculos con la parapolítica, el
narcotráfico y la corrupción. La opinión ciudadana no sale de su sorpresa al
leer el texto del articulado de lo impuesto y el señor Santos, su principal
auspiciador, ha tenido que salir a parar el esperpento jurídico ante la
creciente y manifiesta repulsa popular y cívica. El enredo es de tales
proporciones que los promotores del referendo revocatorio y la anulación de las
credenciales de los legisladores desviados, no retroceden en sus propósitos
porque descreen de la palabra presidencial, volátil e inconsistente.
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Mujeres campesinas movilizadas expresando su apoyo a la Marcha Patriotica. |
El otro es el diseño, la planeación y
organización de un paro cívico/político nacional que impulsa la recién
constituida Marcha Patriótica, confluencia popular urbano/rural. Paro que debe
ser el acumulado de todas las protestas en curso. Se trata de una huelga
política de masas que de el golpe en los nervios principales del poder del
bloque biopolítico dominante en toda la estructura del Estado y la nación. No
se trata de un evento artificial, sujeto a tiempos cronológicos (con fechas
acomodadas arbitrariamente), sino más bien de un "mundo verdad" que
debe llegar por entre los tiempos ontológicos según se den las condiciones
objetivas, porque los sujetos conscientes que lo protagonizan van calibrando
adecuadamente las correlaciones de fuerza y los estados de animo del espíritu
popular y sus capacidades de combate, sus reales potenciales constituyentes.
Es la perspectiva de corto y mediano plazo
que se avizora hacia el futuro. Grande el desafío para la Marcha Patriótica y
sus lideres, y para los promotores y organizadores del referendo revocatorio
que ya esta sumando firmas en las calles de las principales ciudades
colombianas. Hay que romper el miedo y contagiar de entusiasmo las masas
populares. Hay que levantar el optimismo de la voluntad y vencer el pesimismo
de cierta inteligencia.
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Mujeres indígenas wayuu, también, como 1700 organizaciones colombianas, participaron el 23 de abril en la más grande megamanifestación que Colombia había visto en los últimos años. |
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Publicado por ANNCOL para COLOMBIA, ANNCOL el 6/25/2012 04:19:00 PM
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