Sin pena, ni gloria
OSCAR ÁLVAREZ ABANDONA
SECRETARÍA DE SEGURIDAD
PERIODISTA ALEJANDRO
CASCO
11/9/11
Por segunda vez, Oscar
Álvarez Guerrero, abandona el cargo de Ministro de Seguridad, sin poder lograr
disminuir la alta criminalidad y el narcotráfico en que vive Honduras.
Como de costumbre,
cuando deja ese importante cargo, Álvarez Guerrero abandona el país y
ayer lo hizo viajando a los Estados Unidos de Norteamérica.
De esa manera se
comportan aquellas autoridades, que valiéndose del poder, cuentan con
guardaespaldas excesivos, y ya en la llanura, desprotegidos, huyen por
padecer de delirio de persecución.
Si vivimos en un
ambiente de criminalidad, a niveles insospechados, no entendemos cuando, en
conferencia de prensa, afirmó que trabajó 24 horas todos los días y no
disminuyó este flagelo.
Entonces qué resultados
obtuvo durante su última instancia en la Secretaría de Seguridad, en la
práctica ninguno, vivimos en una completa carnicería.
Cuando un funcionario
se dedica únicamente a divulgar que tiene conocimiento que hay policías
corruptos, por qué no dio los nombres y apellidos, esto parece un afán
publicitario.
Nadie lo ignora
que la policía está coludida con el crimen organizado, pero el pueblo necesita
saber sus nombres, no hacerlo es complicidad y cobardía.
El entonces
embajador de Estados Unidos, Larry Palmer, según un cable de wikileaks del 24
de diciembre de 2002, denunció que la policía hondureña estaba involucrada con
el crimen organizado.
Entonces tal
versión no es nueva, pero Álvarez Guerrero, al hablar de policías corruptos
pretendía imponer en el país la Uribización en Honduras.
Qué significa
esa actitud, crear una persecución política contra opositores como lo hizo el
carnicero de Álvaro Uribe que consolidó “el terrorismo de Estado” en Colombia.
En ese país
suramericano, la matanza llegó al extremo de exterminar a miles de familias
campesinas para apropiarse de sus tierras, según acusaciones fiscales últimas
contra Uribe.
De acuerdo a
informes en un ensayo “la democracia genocida” en Colombia se asesinaban 11
personas al día, 9 mil 500 personas asesinadas por motivos políticos.
El ahora ex
ministro de Seguridad solicitó al Congreso Nacional intervenir los
teléfonos, en la práctica no era para escuchar a los del crimen organizado o
del narcotráfico.
Por qué hago esta
aseveración, si ellos ya conocen a los dedicados/as a tal negocio y donde
operan, entonces por qué no han procedido.
Por ejemplo, el
Designado Presidencial, Víctor Hugo Barnica, a la vez, presidente del Consejo
Nacional contra el Narcotráfico, denunció en estos días “antes extorsionaban a
los taxistas a pie y con chimbas, hoy llegan en carros blindados, no se cumplen
requerimientos y órdenes de captura”.
Cuando Álvarez
denuncia a la policía con el crimen organizado no hay sinceridad, lo que
buscaba era que le aprobaran la tasa del impuesto de seguridad de 1500 millones
de lempiras.
Con esos
multimillonarios recursos buscaba obtener pingues negocios comprando cámaras
fotográficas e instalándolas en lugares estratégicos y buses para espiar al
pueblo.
En su actuar en la
Secretaría de Seguridad siempre asaltó en la madrugada colonias populares,
nunca intervino residencias de la élite, donde están los verdaderos ladrones de
cuello blanco.
Habrá que reflexionar
que la destitución de este personaje, puede interpretarse que ante el
exterminio que vivimos, denunciado con el asesinato político del recordado Emo,
pretenden hacer creer que buscan solucionar la criminalidad.
Como el actual
gobierno le queda poco en su administración, Pepe Lobo, en su comparecencia la
próxima semana en Naciones Unidas, aparenta su interés de proteger los
Derechos Humanos, so pena de perder ayudas millonarias de la Cuenta del
Milenio.
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