domingo, 27 de junio de 2021

Honduras cumple 12 años de una institucionalidad dirigida por criminales

Noticias nacionales - Portada / 26/06/2021 /                                                                                            
El golpe de Estado de 2009 sentó las bases para que la institucionalidad hondureña pasara a ser comandada por el crimen organizado, dejando en un altísimo grado de indefensión a la ciudadanía. Esta afirmación tiene sustento en las declaraciones de hondureños extraditados y enjuiciados en Estados Unidos por el delito de narcotráfico.                                                                                                                                          En ese sentido, a doce años de inconstitucionalidad, Gilda Rivera, feminista e integrante del Centro de Derechos de Mujeres CDM, considera importante reflexionar y analizar el contexto social y político que actualmente rodea la vida y los derechos de la gente.  

                  Para Gilda, antes del 2009, la institucionalidad se caracterizaba por su fragilidad y por responder fundamentalmente a los intereses de los gobernantes. Las organizaciones sociales y defensoras de derechos humanos tenían acceso a algunos espacios para protestar, proponer leyes que al final eran aprobadas, pero engavetadas. Sin embargo, después del golpe se han reducido los espacios de participación y la única respuesta que da el gobierno a las demandas ciudadanas es represión y criminalización.

Radio Progreso (RP) dialogó con Gilda Rivera (LR), del Centro de Derechos de Mujeres CDM, sobre los doce años del golpe de Estado.

RP. ¿Cuánto se ha degradado la institucionalidad hondureña?

GR. Nosotras afirmamos que hay una profundización y precarización de la vida de las personas,  especialmente de los sectores y poblaciones que históricamente han estado en situación de vulnerabilidad,  entre ellas: las mujeres, los niños y las niñas. Hay un deterioro de la calidad de vida, una pérdida vertiginosa de derechos, un incremento de la militarización de forma terrible, que está dirigida fundamentalmente al control de las organizaciones sociales y populares que asumen su deber de defender los territorios y bienes comunes.

Existe una mayor criminalización y judicialización de activistas de derechos humanos. Vemos como hoy tenemos p

ersonas defensoras privadas de libertad en procesos completamente irregulares y en condiciones injustas. Hoy estamos enfrentando un alto grado de saqueo, corrupción e impunidad.

RP. ¿En qué nivel de indefensión está el pueblo?

GR. En un nivel de indefensión muy alto y grave. Especialmente cuando estamos participando en una acción de protesta,  y eso que en pandemia se han disminuido las acciones. Sin embargo,  podemos ver como la población que se vio  afectada por los huracanes ha sido reprimida por exigir la reconstrucción de los bordos. Han recibido balas y presión de un régimen ilegal e ilegítimo, porque Juan Orlando se reeligió en 2017 a pesar que la reelección no existe en Honduras, pero lo hizo con la complicidad de todas las instancias de la institucionalidad como el Ministerio Público, Corte Suprema de Justicia y Congreso Nacional.

Significa que los pocos espacios o los pequeños avances que habíamos alcanzado en la construcción de lo que se llama un Estado de derecho, con el golpe se perdieron y estamos frente a una nación donde no existen garantías para los derechos individuales y colectivos.

RP. Desde el 2009 hasta nuestros días, vemos señales evidentes de la consolidación de un  proyecto de Estado comandado por el criminales, ¿qué nos llevó a esto?

GR. Lo que tenemos hoy es una profundización del narcoestado,  pero desde 1990 ya se decía que éramos un territorio donde el crimen organizado y el narcotráfico actuaban ampliamente, y se señalaba a políticos vinculados a estas acciones delictivas. No era nuevo, por Honduras pasaba la droga libremente con la complicidad de políticos y miembros del Ejército.

Con el régimen de Juan Orlando Hernández, aunque podríamos decir desde el gobierno de Porfirio “Pepe” Lobo, hay una profundización de los vínculos y los políticos se convirtieron en dirigentes y principales actores en el trasiego, almacenaje  y producción de droga. A tal grado que Juan Antonio “Tony” Hernández, hermano de Juan Orlando fue condenando en Estados Unidos por narcotráfico.

RP. Si el proyecto de Estado es liderado por criminales, ¿cuál podrimos decir que ha sido el papel de la izquierda hondureña? Entiéndase por izquierda al conglomerado político en contra de las políticas del gobierno o el statu quo.

GR. El concepto de izquierda está bastante distorsionado en el país. Se dicen izquierda muchas personas y organizaciones que al final son serviles o funcionales el statu quo.  ¿Cuál ha sido el rol de ese sector de oposición? Somos un conglomerado social disperso,  muy débil,  y en Honduras habido poca producción de pensamiento conceptual, prácticas política coherente o aparejadas con una propuesta teórica. Somos un país que arrastra un déficit de pensamiento político altísimo.

Para muchos sectores organizados la respuesta a los problemas que atraviesa el país es lo electoral. Creen que lo electoral es la vía para cambiar el estado de cosas que estamos viviendo y no le apuestan por ejemplo al fortalecimiento de la organización social,  cuando un principio fundamental de la izquierda es fortalecer la organización y no los caudillismos.

Vemos en organizaciones, personas y partidos políticos de supuesta izquierda reverencia hacia el caudillo. Lo vemos en Libre que surgió como un partido que aglutinaba un pensamiento y sentimiento de resistencia,  no solo contra el golpe, sino, contra el modelo del estatus quo, pero lamentablemente se quedó encerrado en lo electoral creyendo que con las elecciones se solucionaran los problemas de país.

RP. A 12 años del golpe, ¿cómo la realidad ha afectado a las mujeres? 

GR. Las condiciones históricas de saqueo, opresión y violencia nos ponen en mayor vulnerabilidad a los grupos de la diversidad sexual, niños, jóvenes, mujeres y  defensores. La represión ha sido el pan de cada día. Sabemos que en todo el país hay compañeras que están enfrentando muchas veces la represión el hostigamiento, criminalización,  judicialización, cárcel ilegal,  muerte. Vemos el caso de las mujeres garífunas con sus compañeros desaparecidos forzamiento o las mujeres de Guapinol que sufren cárcel y persecución.

Hemos vivido las muertes de compañeras como Berta y Margarita Murillo que son los nombre más conocidos, pero hay otros casos que se quedan en el anonimato bajo este modelo perverso.

RP. Desde el comienzo en Radio Progreso hemos expresado que los que dieron el golpe vinieron para quedarse. Lo que comenzaron con violencia lo están sosteniendo con violencia. ¿Pero hasta cuándo estaremos en estas condiciones?

GR. Hasta cuando la población organizada y no organizada asuma su rol protagónico, porque nada se nos dará de gratis. No hay mejor recompensa que luchar por la construcción de un país, donde nuestros sueños de justicia y amor se hagan realidad desde la diversidad y la inclusión.

RP. ¿Cómo ve al país dentro de doce años más?

GR. Yo quiero soñar con un país sin Zedes (Zonas Especiales de Desarrollo Económico), cuyo gobierno responda a las demandas de la ciudadanía, con un nuevo marco legal, una constituyente construida colectivamente desde los sectores sociales, indígenas, pueblo negro, las mujeres, la comunidad de la diversidad social. Con una sociedad participativa, empoderada.

RP. ¿Hay algún proceso que nos lleve a salir de la realidad que vivimos?

GP. Las resistencias que están en los territorios, la juventud organizada, el trabajo que hacen medios de comunicación como Radio Progreso. Tenemos mucho que hacer. Es un proceso largo pero lo importante es reconocernos y rescatar los espacios de sanación porque somos una sociedad enferma.

https://radioprogresohn.net/entrevistas-categoria/honduras-cumple-12-anos-de-una-institucionalidad-dirigida-por-criminales/

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