sábado, 29 de junio de 2019

DIEZ AÑOS EN GOLPE, HONDUREÑOS SIGUEN EN LA CALLE

Publicado: 29 Junio 2019
La principal herencia del golpe de Estado en 2009 es una mayoría del pueblo consciente de que el país requiere cambios radicales para superar las causas de la pobreza y dominación histórica. La sociedad ya tiene identificados a los responsables del atraso nacional y a los enemigos del bien común.
                     Sin embargo, ha sido también una década de muerte, miseria, caravanas, más ruptura del orden constitucional y mucha insurrección popular. Diez largos años para el pueblo que no se cansa de salir a las calles; el golpismo tiembla de miedo, así lo evidenció hoy con el inútil despliegue militar.

Tras el golpe de Estado del 28 de junio de 2009, la dictadura de Micheletti, causó la muerte de 134 hondureños, además 3,000 violaciones a los derechos humanos, incluyendo la violación sexual de 54 mujeres, víctimas de militares. 

Redacción central / EL LIBERTADOR                   

Tegucigalpa. El resultado es contradictorio para la nación hondureña, bueno y malo. Un pueblo movilizado para botar la dictadura, consciente que es verdad que en la calle está el poder social. Capacidad para mostrar al mundo la desnudez moral y conducta psicópata, enferma, de sectores que decían ser amigos, pero la práctica los identifica como enemigos del pueblo y amantes de tiranías, entre otros, Estados Unidos, las élites política y económica históricas, lideres de iglesias, los cuerpos armados del Estado y la prensa tradicional.

Esta última década también ha dejado más de 70.000 asesinatos, la economía retrocedió 50 años, quedó claro que nunca existió la famosa democracia en la mesa del pueblo hondureño. Además ha dejado dolor, nostalgia, indignación, insurrección y militarismo. Con todo eso, los hondureños conmemoran hoy el décimo aniversario del golpe de Estado político y militar de 2009, un asalto a un pueblo que por primera vez en su historia participaría en un proceso democrático que diseñara una Constitución más apegada a la realidad. Un despertar abatido con balas y sangre.

El 28 de junio de 2009, por causa de una serie de reformas económicas y del altanerismo de empresarios, políticos corruptos y un imperio que a punta de guerra y militares quiere mantener un sistema socioeconómico destinado a la muerte de la mayoría de hondureños, el presidente de Honduras fue humillado y exiliado, con él la dictadura mafiosa liderada por Roberto Micheletti despedazó lo que formalmente quedaba de “Estado de Derecho”.

Diez años han pasado de aquella madrugada en la que se rompió el orden constitucional que venía desde 1982, de algún modo despertó la revolución de un pueblo marginado históricamente por los “cuellos blancos” y muchas veces traicionado por su propia dirigencia social. El disfraz de constitucionalista fue la ganga de las tiendas del “agachón”, porque ese traje fue usado por personajes del sistema político tradicional, pastores y empresarios, seres que se creían –y se creen– “poderosos” por su dominio sobre unas cuantas mentes ignorantes de camisetas blancas.
                                     
             En aquel contexto, nació el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), movimiento que se adelantó a su tiempo para algunos, pues para estudiosos de la ciencia política, hacía falta unos 50 años para que en Honduras se recuperara el sentimiento social. No todo fue malo. El futuro ya pertenece a un pueblo que va madurando en el lema que es más que una máxima: “solo el pueblo salva al pueblo”. Nadie más.

Sin embargo, la bestialidad militar trae a la memoria de los hondureños, la sangre de los 134 mártires de la Resistencia, las 54 mujeres violadas sexualmente por militares y las más de 3,000 ultrajes a los Derechos Humanos que reportó la Comisión de la Verdad y de Verdad. Por 210 días la Resistencia tomó la dirección del país, sin armas, se levantó ante una tiranía que en siete meses devoró todo lo que pudo, y en diez años quebró toda la economía nacional, se comió dinero que aún no se ha producido y creó tanta miseria y violencia que la población desborda fuera de las fronteras en franca crisis humanitaria y problemas para otros países.

Diez largos años… hoy, en un contexto sociopolítico similar, descontentos con una figura presidencial que violó la Constitución para reelegirse, él y su séquito crearon su propia ley constitucional para dar vida al continuismo ilegítimo ¿Dónde quedó el mensaje anti reelección con el que derrocaron a Mel?, pregunta válida, pues es la percepción del pueblo. Los golpistas y los tiranos no tienen respuestas, por eso la sociedad los odia, cita su propia gente y los amigos que los ungieron para llegar a presidencial.

Hoy, 28 de junio de 2019, el golpismo tuvo más miedo que nunca a sus propias fechorías, miedo a sus propios fantasmas y a sus víctimas; desde las 5:00 de la mañana por todo el Distrito Central, militares, policías y funcionarios de Gobierno, se desplegaron por varios puntos, en las calles, ni un alma como en un feriado de cruda. Días antes llegaron, dicen oficialmente 300 marines gringos, otros afirman que son 4 mil los efectivos, invadiendo Honduras ante la mirada cómplice y pusilánime de los militares hondureños.
                                               
La bota militar marchó hoy, la Resistencia no. En los alrededores de Toncontín, en la popularmente bautizada plaza Isis Obed Murillo, el primer mártir, justamente donde fue asesinado por un certero disparo en la cabeza, los órganos represores del Estado, impidieron el acto ceremonial en su honor.


La Resistencia, identificada políticamente como Libertad y Refundación (Libre), sin acciones de protesta, paralizó la capital, a eso de las 6:00 de la tarde, levantaron una fiesta cultural. A su vez, dejaron expuesto el miedo que siente el régimen y todos aquellos constitucionalistas, pues para ser “unos pocos inconformes”, el despliegue militar denotó lo contrario.

Ahora, tocarán los acordes de la Resistencia: Karla Lara, Patechucho y la icónica banda, Café Guancasco. Diez años pasaron y el pueblo sigue en las calles y no piensa irse hasta imponer su voluntad, ahora con un nuevo eslogan: “Fuera JOH” (Juan Orlando Hernández). En el interior del país la lucha y represión sigue.

http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/nacionales/3420-diez-anos-en-golpe-hondurenos-siguen-en-la-calle



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