Domingo18 de Octubre 2018
¿Qué haremos?
Los que se han ido nos hacen falta
Estamos más huérfanos ahora
Sin ellos aquí en aquella esquina, en esta casa,
En nuestra calle, en un rincón sin techo.
Se han ido, han dejado un vacío entre abrazos
Es como si la nada se apoderara del calor
Que habita en las entrañas.
De los que hemos despedido en la puerta
Donde se han rasgado los adioses.
Claro que se han fugado, es más,
Nosotros los hemos ayudado a huir de la muerte
Que se respira y experimenta entre los huesos raídos.
El patíbulo de donde se han escapado
Sigue allí como un vaho
Que penetra los ojos para cegarlos
Y en la boca para enmudecer la vida.
Todo acá es como un olor de sepulcro
Que se instala en los pulmones
En la lengua, en la faringe,
En la garganta que no puede hablar
Porque está estrangulada.
Acá ya no cabían porque se multiplicaban
Como esporas milimétricas
Que el sistema combatía con fumigaciones
Llamadas escuadrones de muerte
Para que no existieran como vergüenza
Que aparecían en los diarios con harapos
Y sobre todo con sus calaveras que deambulaban
Buscando un vellocino que nunca han visto.
Nosotros los embarcamos en el puerto mismo
Donde como decían los gladiadores romanos
Aquellos que vamos a morir te saludamos
Y allí mismo les colocábamos sus maletas
Embolsadas con ropa desahuciada y rota
Con zapatos que habían cargado muertos
En el cementerio podrido de la calle.
Les dijimos adiós a sus piernas, a sus hijos, a sus padres,
A sus abuelos, a sus nietos, a sus pies que empezaban
El largo camino de la distancia que conduce hacia un sueño que no existe.
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