Honduras sufre cada vez más de un deterioro institucional que deja
más indefensa a la población y mucho más a quiénes alzan la voz en
contra de los abusos y de los abusadores. Está claro que el tema de
acceso a la justicia y los graves casos de impunidad están haciendo que
la población crea menos en lo que queda de la institucionalidad del país
producto del manoseo político que los sectores violentos y abusivos
hacen para favorecerse con la impunidad y que sus actos no sean
castigados.
La impunidad en Honduras está ligada a la
desigualdad social, una desigualdad provocada por los sectores con poder
económico y político que han sometido a esta sociedad.
Entre más poder
político y económico se tenga, más posibilidades de torcer la justicia a
su favor se tiene. Por eso la justicia sólo se aplica a los que menos
tienen, por esa razón en las cárceles quienes están son los hondureños y
hondureñas más humildes, algunos incluso convertidos en falsos
positivos para proteger a los verdaderos culpables de violar la ley.
El actual gobierno del ciudadano presidente Juan
Orlando Hernández ha venido preparando el camino para ganar más
impunidad tanto para él como para sus allegados. Y el camino lo preparó
desde que era presidente del Congreso Nacional. Hasta acabó con una sala
constitucional que le representaba algún grado de peligro para sus
planes continuistas.
En el caso de la elección de la nueva Corte Suprema
de justicia se nos vendió la idea que dicha elección se desarrollaba
bajo un proceso que garantizaba una elección “democrática”, sin embargo
los hondureños y hondureñas ya sabíamos, con varias semanas de
antelación, que Rolando Argueta sería el presidente de dicho poder del
Estado.
Una de las primeras acciones de la nueva corte fue
desarticular el Consejo de la Judicatura. Sus miembros están saliendo en
medio de cuestionamientos por supuestos actos de corrupción, pero
todavía no son puestos a la orden de los tribunales. No tienen acusación
en los operadores de justicia.
No cabe la menor duda que se pueden tener
instrumentos que resultan interesantes como la Misión de Apoyo Contra la
Corrupción y la Impunidad, Maccih que el propio Congreso Nacional quiso
adaptar a la medida de los políticos y funcionarios hondureños
cuestionados por la corrupción y la impunidad, pero la experiencia nos
indica que está demostrado que los mecanismos, por muy claros que estén
no son los que deciden si hay o no impunidad, sino la voluntad política y
aquí no hay voluntad política porque los funcionarios y políticos más
los empresarios son los grandes generadores de injusticias y se arropan
con el manto de la impunidad.
Escuchar y descargar Nuestra Palabra
Si no se ha suscrito Nuestra Palabra, envíe un correo electrónico a
multimedia@radioprogreso.net con el mensaje de suscripción.
http://radioprogresohn.net/index.php/comunicaciones/nuestra-palabra/item/2805-justicia-e-impunidad-en-honduras-02-abril-2016
domingo, 3 de abril de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario