lunes, 23 de enero de 2012

MAURICIO VILLEDA Y RICARDO ALVAREZ, LOS CANDIDATOS DEL OPUS DEI.

Mauricio Villeda / Foto de Proceso Digital





Ricardo Alvarez/Foto de  Tiempo.hn
Gustavo Zelaya
A propósito del lanzamiento de dos bebe saurios, Mauricio Villeda y Ricardo Álvarez, como precandidatos de los partidos tradicionales a la presidencia de la República, no sólo los  hijos ricos del pato Donald y convencidos golpistas, también ligados a los grupos más obscuros de la ultraderecha política,  empresarial y religiosa “nazional”, se está tejiendo todo un aparato propagandístico que busca ponerlos como los posibles salvadores de la crisis que nos envuelve. 

Ambos miembros supernumerarios del Opus Dei, un grupo religioso situado a la derecha del Papa y no literalmente, a la orden personal del Vicario de Cristo en la tierra y dedicado a luchar contra todo intento renovador dentro del Vaticano y en los países donde tienen protagonismo político. Sobre el basamento ideológico del Opus Dei existe suficiente información y de eso no voy a decir mucho,  más que una reflexión  sobre teoría y principios trato de mostrar ciertos hechos de esa red conspirativa en Honduras y muy cercana al fascismo que es el Opus Dei.
Posiblemente existan datos anteriores a 1980 y registros en archivos nacionales sobre la actividad del Opus Dei, pero quiero destacar esa década por ser el momento en donde gobierna el disque liberal Roberto Suazo Córdova de 1982 a 1986, quien convierte al país en una inmensa base al servicio de la CIA y de los militares norteamericanos para enfrentar la revolución sandinista, a  la insurrección popular en El Salvador y hacer de la seguridad del sistema la razón principal de cualquier gobierno. El costo fue durísimo para el movimiento popular por la represión, los desaparecidos y la división de las fuerzas progresistas. Además, Suazo Córdova convierte a la figura presidencial en objeto de burla mundial por sus desplantes como aprendiz de brujo, con su lenguaje burlón, jugador de barajas y el servilismo incondicional frente a los gringos y hacia los militares del patio. Las muertes provocadas en ese período y los actos de corrupción desde el gobierno no han servido para llevar a ninguno de los actores a los tribunales. Esa impunidad es una especie de principio regulador de la actividad política nacional, es la ley no discutida ni decretada en ninguna legislatura pero que ordena todos los pasos de los que han gobernado el país. La impunidad se ha convertido en uno de los problemas centrales por resolver para quien aspire a generar democracia en Honduras.
Uno de los acontecimientos más penosos en la historia hondureña ocurrió con Suazo Córdova en el poder y fue conocido como el escándalo del pasaporte. Esta información se encuentra disponible en las versiones digitales de algunos medios de prensa española como El País, ABC y La Vanguardia. La Cancillería proporcionó un pasaporte diplomático al empresario español José María Ruíz-Mateos, fundador de un conglomerado de empresas conocido como RUMASA. Y entre otras cosas,  ese empresario obsequió a Suazo Córdova  una imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro. El Canciller era Edgardo Paz Barnica y el embajador en España Andrés Alvarado Puerto, el padre de Martha Lorena Alvarado de Casco, la futura vicecanciller del golpista Cabeza de Ajo, alias roberto micheletti. El español y esos diplomáticos hondureños formaron o forman parte del Opus Dei.
El asunto de la virgen a cambio de un pasaporte tal vez parezca no tan sombrío pero en el fondo habían cuestiones ligadas a delitos financieros de Ruiz-Mateos  que provocaron la renuncia del embajador Alvarado Puerto y de la Cónsul General en España Mercedes Bermúdez de Zepeda, aceptadas de inmediato y con la aclaración respectiva. El Canciller Paz Barnica afirmó que fue por cuestiones personales y que el pasaporte posiblemente fue obtenido en otro país. Esos apellidos siguen apareciendo en las planillas de la Cancillería hondureña, son de las familias que han hecho del servicio diplomático un feudo de uso exclusivo y que ningún gobernante ha podido disolver. Como curiosidad en el diario El País de España se encuentra lo siguiente: “La estatua de más de un metro de altura, regalada por José María Ruíz-Mateos, por la concesión de un pasaporte diplomático hondureño al empresario español… es una imagen única en el mundo según Carta del Papa y del embajador español Germán del Caso que da fe de la originalidad de la imagen”. Al menos no era falsa como sus  fieles adoradores del Opus Dei en Honduras.
JOSE MARIA RUIZ- MATEOS Y SUS CATOLICOS NEGOCIOS
El grupo de empresas RUMASA se dedicaba a negocios en vinos, inversiones bancarias, bienes raíces, construcción, automóviles, tiendas de conveniencia, eran más de 700 empresas con 60 mil empleados y hasta 1997 facturaba más de 2 mil millones de euros anuales.  Acusaciones y sospechas sobre los manejos contables de esa empresa que declaraba ganancias cuando había pérdidas, dieron lugar a una serie de intervenciones de parte del gobierno español y a un proceso judicial contra Ruíz-Mateos por los delitos de falsedad y estafa. Ese estafador también extendió sus negocios al ámbito político en países como Honduras, Belice y Jamaica. En ellos encontró cobertura “legal”,  como el caso hondureño al facilitarle pasaportes diplomáticos y espacio para sus movimientos bursátiles y empresariales. Compra y venta de favores, protección personal y lustre social de parte esos grupos familiares que muchos califican de dignas y honorables. Por ejemplo, los de apellido Alvarado Downing o  Villeda Bermúdez, de quienes también se dice que son patriotas al servicio de la democracia. En el mismo rango de honorabilidad y decencia se ha puesto a Rafael Callejas Romero y a Ricardo Álvarez Arias. Representantes de los grupos políticos que han gobernado el país durante más de 100 años. Al igual que Ruíz-Mateos, esas familias invierten en bancos, bienes raíces, centros comerciales, bufetes de abogados, venta de automóviles, instituciones educativas, residencias estudiantiles y, por sobre todo, en política. Es por medio de su control del aparato gubernamental donde aseguran inversiones presentes y futuras, sin riesgo y con el presupuesto nacional como instrumento financiero privado. Debido a la forma con que está diseñado el sistema judicial hondureño, al servicio de ciertas familias, nunca se investigó la red tejida por el español y sus socios hondureños. Todo quedó como siempre, en el mejor de los casos en el fondo de los archivos o sin rastro alguno, como normalmente ocurre.
No es raro, entonces, que existan establezcan vínculos entre sujetos de esa calaña y que se cubran también con vestimentas religiosas, así todo queda santificado y sellado gracias a la bendición de la autoridad eclesiástica.
LOS HOMBRES Y MUJERES  DEL OPUS DEI
Debido a su carácter secreto y conspirativo es complicado averiguar la cantidad exacta de miembros del Opus Dei en Honduras, pero si fue evidente su entusiasta y alegre participación en el golpe de estado contra Manuel Zelaya. Algunos de ellos como Federico Álvarez, Martha Lorena Alvarado, Gracia del Carmen Zúñiga de Villeda, Arturo Corrales, Antonio Tavel, Ricardo Álvarez, Mauricio Villeda Bermúdez y su confesor preferido, el Cardemal, alias Oscar Andrés Rodríguez. Esos vínculos de esta pandilla golpista también se manifiestan en la Unión Cívica Democrática y en el comité PROVIDA, con lazos indisolubles con la iglesia católica y otras iglesias evangélicas. Los sujetos antes mencionados defendieron, planificaron, negaron y después pidieron perdón por su participación en el golpe de estado sin mencionar en ningún momento las muertes y las palizas de que fueron víctimas hondureñas y hondureños de la Resistencia contra la ruptura constitucional. Simulan ceguera frente a las condiciones de miseria en que vive la gran mayoría de la población hondureña y algunos de ellos no tienen ninguna vergüenza de anotar en sus hojas de vida que son expertos en la defensa de los derechos humanos, en  “Ciencias de la Familia” y en Bioética”. Esto ocurre en el matrimonio de Mauricio Villeda y Gracia Zúniga. O en el exagerado descaro de Ricardo Álvarez que afirma que trabajó con gente de los mercados y que muchos de ellos “continúan siendo sus amigos”.
Hay datos interesantes, como pestilente fango en medio de un mar de perlas. Dice un sitio web: “Mauricio Villeda Bermúdez es un prominente abogado con Maestría en Bioética. Se ha destacado por su honestidad, integridad, madurez y profunda sensibilidad ante la problemática social de Honduras… En reconocimiento a su labor de defensa de la vida, fue nombrado desde 1997 Miembro Correspondiente de la Academia Pontifica por la Vida con sede en el Vaticano… Fue invitado por la Fundación Friedrich Naumann como observador a las elecciones de la República Federal de Alemania en el año 2009. Participó como Miembro de la Comisión de Diálogo del Gobierno de Honduras para la suscripción del Acuerdo de San José en el año 2009”.  Esto es un ejemplo de cómo la elegancia en el vestir y en el decir no se contradicen con la suciedad en la que se mueven estos cuadros políticos del Opus Dei; de cómo la formación académica no se opone a la miseria que rodea su opulencia. Más bien necesitan de la pobreza, la ignorancia y el disfrute del poder político para acrecentar sus fortunas. Todo lo que tocan se transforma en muerte y en dinero.
Esos santos varones han sabido realizar completamente lo que observó Maquiavelo en los gobernantes florentinos: la astucia del zorro y la fuerza bruta del león, el discurso falaz y la mentira descarada para mantener su vigencia y su dominio. Todo eso lo hacen sin disimulo ni vergüenza. Para ellos todo es válido a la hora de mentir y de ocultar la obscenidad de sus últimos episodios. La supuesta honorabilidad y decencia de esas familias golpistas quedo por los suelos al participar en el mayor acto de corrupción que registra la historia hondureña: el golpe de estado del 28 de junio de 2009. Es el acontecimiento más perverso, obsceno y deshonroso que desmitifica la falsa imagen de los Villeda Bermúdez, Álvarez Arias y Alvarado Downing.  La ruptura constitucional más bien confirma la trayectoria ultraderechista de esos grupos familiares que han vivido de los negocios con el estado desde hace más de 100 años.
NI CINICOS NI BIOETICOS
A Villeda Bermúdez se le ha tildado de cínico por su descaro para defender la “sucesión constitucional” y porque ahora niega esa ficción y habla del golpe de estado. Pienso que es un exceso y un halago  calificarlo de ese modo. En sentido estricto, la corriente filosófica de los cínicos floreció entre los siglos III antes de Cristo y el IV después Cristo, a uno de sus representantes se le conoce como Diógenes El Perro. Despreciaba la riqueza material y se esforzaba por obtener más conocimiento y ser espiritualmente libre para lograr la felicidad; no se dejaba dominar por el destino ni por el azar y si aparecían, los enfrentaba con serenidad. Una de sus propuestas principales era ser autosuficiente frente a la adversidad y el conflicto social para no depender de los favores de ningún político. La vida sencilla, la libertad de actuar y pensar, fueron considerados como elementos fundamentales para lograr la serenidad y la felicidad. Este cinismo no tiene ninguna relación con Mauricio Villeda. Aunque puede serlo según el uso común de esa palabra.
Mientras que la supuesta formación en bioética de Villeda Bermúdez tal vez sea cierta desde la versión del Opus Dei que propone la defensa a ultranza de la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural. En general,  la bioética sostiene que es necesario establecer principios mínimos que enaltezcan el valor y la dignidad de la persona, pero se extiende también a la vida en general y a temas ligados al medio ambiente y al trato respetuoso a los animales. Pretende no imponer a otras personas concepciones acerca del bien, sobre todo en asuntos de experimentos en humanos; aquí, sobre todo, no debe buscarse el bien a costa de provocar daños en los demás. Se acepta el desarrollo tecnológico para mejorar la salud y el bienestar de los más desprotegidos y de la humanidad en general, y la obligación moral de los países más ricos de trasladar tecnologías hacia los países empobrecidos para preservar vidas humanas y satisfacer sus necesidades más elementales. Establece también el compromiso de respetar los valores y elecciones personales en cuestiones referidas a su salud; y la necesidad de luchar contra la discriminación en la distribución de los recursos sanitarios. Más o menos esos son los principios básicos de la bioética.
Los Opus Dei catrachos, al estilo de Mauricio Villeda, Martha Lorena Alvarado y Ricardo Álvarez, se declaran contra la introducción de anticonceptivos, en especial contra la “píldora del día siguiente” por creer que atenta contra los derechos y el valor de la vida humana, en tal sentido y por medio del Comité Provida,  en febrero de 2004 propusieron que el Gobierno denunciara la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes porque atenta contra los valores constitucionales, morales y religiosos de nuestro país. En tal sentido, la diputada Martha Lorena Alvarado propuso un proyecto de ley para prohibir la compra, venta y distribución de la píldora del día siguiente, respaldado por el Colegio Médico presidido por Mario Noé Villafranca, que luego sería ministro de salud del golpista Cabeza de Ajo; el Presidente Zelaya Rosales vetó ese decreto y la diputada se manifestó decepcionada del Presidente ya que se trataba de   “proteger la vida de miles de niños y evitar la promiscuidad que tanto se da ahora en la juventud” declaró que los opositores a su proyecto eran “completamente ateos”. En consecuencia, la conferencia episcopal de la iglesia católica amenazó con la excomunión, a quienes brinden las píldoras anticonceptivas de emergencia. Esto ocurrió en mayo de 2009. Un mes más y estarían respaldando y participando activamente en el golpe de estado, representando la perversidad golpista y demostrando que los principios de la bioética y las tesis de Provida son útiles en el papel y que pueden desecharse cuando sea conveniente.
Liberales como Mauricio Villeda Bermúdez y nacionalistas como Ricardo Álvarez Arias, además de ser ideológicamente idénticos, manipulan principios y valores para darse imagen de insignes y decentes personajes, que saben honrar su tradición familiar. Desde tiempo atrás puede rastrearse la participación de todos los miembros de esos grupos políticos en agencias ligadas a los partidos tradicionales y a la iglesia católica que defienden programas casi fascistas y que cuando ven sus intereses económicos en peligro no vacilan en acudir a la manipulación  de las ideas, a la educación, al analfabetismo y al golpe de estado. Esa es su honra familiar.
Esos precandidatos del Opus Dei siempre han trabajado por ocultar la realidad y enarbolan la consigna de la reconciliación de la familia hondureña, sostienen que las diferencias sociales son falsas ya que todos somos hermanos y de ese modo intentan hacer creer que de ser electos se respetaran los derechos humanos. Sin embargo, como defensores del derecho a la vida no dudaron en ponerse al par de Cabeza de Ajo y de acuerdo con la arbitrariedad, las golpizas y el asesinato de los miembros de la Resistencia Popular. En fin, esos insignes católicos, cristianos, se convirtieron en portadores de la falsedad y la simulación, que no son más que sus valores principales.
21 de enero de 20




No hay comentarios :

Publicar un comentario