Por defensores -
Se ha llegado el tiempo de la cosecha de
maíz y frijol, granos esenciales en la alimentación de hondureña,
nuestra tierra ha producido, la lluvia está cayendo, no hay control de
precios, el agiotaje está siendo el beneficiario, nosotros integrantes
de la Red de Defensores y Defensoras de Derechos Indígenas de La Paz-
Honduras (REDHIL-PAZ) a puro impulso y sin medios de ayuda externa a
cinco meses de confinamiento, nos preguntamos ¿Dónde está el dinero?
Denunciamos las campañas populistas que
responden a la pregunta que se ha convertido en un clamor popular,
haciendo creer que el dinero está invertido en pírricas acciones
proselitistas, pero con mayor razón nos cuestionamos dónde están los 100
mil millones de lempiras destinados para hacerle frente a la pandemia
del Covid-19.
El régimen dictatorial que dirige Juan Orlando Hernández no ha beneficiado a los pueblos indígenas y campesinos que ancestralmente nos dedicamos a cuidar los bienes comunes de la naturaleza y cultivar nuestras tierras o arrendadas para que los demás puedan alimentarse; sin embargo, con la creación de Decretos Presidenciales en Consejo de Ministros como el PCM 033-2020, se beneficia más al terrateniente, agroindustrial e incluso a las Fuerzas Armadas para que administren fondos agrícolas y el uso del suelo, corriendo el riesgo que nos controlen territorialmente.
Sobrevivimos con lo que podemos cultivar
en nuestros huertos, si alguna vez nos alcanzó el beneficio de la
“bolsa solidaria”, los empleados públicos no volvieron. Con una
provisión valorada en unos 300 lempiras para nuestras familias, es
imposible que duré más de tres días.
Desconocemos como es el uso de las
mascarillas que, en conferencia de prensa anunció hace meses Juan
Hernández con los representantes del rubro maquilador. ¿Dónde están los 9
millones de mascarillas? Que, vale mencionar no son donaciones de los
empresarios, sino que se pagaron con los fondos de la Ley Especial de
Aceleración Económica y Protección Social frente a los efectos del
Corononavirus, aprobada en marzo pasado, al inicio de la emergencia
sanitaria.
Ha pasado tanto tiempo y el personal
médico en vez de ser equipado, reforzado e instruido para atender una
situación desconocida, más bien están perdiendo a unos 42 valiosos
compañeros y compañeras víctimas de la pandemia.
En La Paz, también suman las “cifras
oficiales de contagio” según el Sistema Nacional de Riesdo (SINAGER)
hasta hoy registra 817 casos positivos de los que 27 fallecieron, pero
no podemos crrer en ese sub registro cuando muchos vecinos, familiares,
compañeros y conocidos, presentan síntomas de contagio y no contamos
siquiera con un centro de triaje para atención de primeros auxilios,
porque no hay personal ni equipo médico, contrario a que es evidente el
desinterés político para que nuestro pueblo, en su mayoría indígena
lenca goce del derecho a la salud y a la protección social, según el
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo ( C 169 OIT)
sobre los derechos de los pueblos indígenas y tribales.
Exponemos la difícil situación de
nuestros niños, niñas y jóvenes estudiantes. Ante la situación mundial
por el contagio de Coronavirus, una de las medidas inmediatas en
Honduras, fue cerrar los centros escolares, pese a que, Hernández había
anunciado la dotación de 3.5 millones de desinfectantes (gel)
antibacterial, lo estudiantes no volvieron a clases presenciales y este
accesorio de bioseguridad nunca se vio. ¿Dónde quedó ese producto? Si se
supone que ya estaba listo hasta con calcomanías de propaganda política
como si estuvieras en campaña proselitista.
No hubo un estudio campo ni se consideró
la situación de los 4 millones de estudiantes, seguramente realidades
diversas, sin acceso a internet, a alimentación o tener un espacio
adecuado para recibir sus clases. En nuestro caso, hay niños que
seguramente reprobarán el año escolar, porque no tienen un dispositivo
móvil tampoco internet.
Dirán que el dinero fue transferido a
las municipalidades, pero tampoco vemos esa proyección como cuando
vienen hasta nuestras casas a pedirnos el voto. Así que, tampoco pueden
alegar que desconocen nuestra realidad.
Les preguntamos ¿Dónde está el dinero?
Para los bonos de la tercera edad. Si no atienden con respeto y dignidad
a nuestros adultos y adultas mayores, como pueden hablar de honestidad y
honra quienes administran los fondos públicos.
La deuda con el pueblo hondureño es
grande, los mismos políticos, los mismos represores, los mismos de
siempre saqueando lo que con tanto esfuerzo cuidamos, por eso nos
sentimos con el derecho a defender, documentar, acompañar y denunciar
las violaciones a los derechos humanos, con el asesoramiento del Comité
de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), y
preguntar, pintar o gritar a quienes usurpan el poder ¿Dónde está el
dinero?
La Paz, Honduras, 27 de agosto de 2020
Red de Defensores y Defensoras de Derechos Indígenas de La Paz- Honduras (REDHIL-PAZ
https://www.defensoresenlinea.com/en-la-paz-no-sabemos-donde-esta-el-dinero/
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