Publicado Julio 15,2020 en Criterio.hn
Cuando no tomas una postura en contra de la corrupción, tácitamente la apoyas: Kamal Haasan
Por: Joaquín Baldemar Alvarado
En el ámbito de la corrupción, el
gobierno de Juan Orlando Hernández se mueve en una gruesa capa de
materia fecal, en esto no tienen nada que ver los nacionalistas honrados
y los indiferentes que sufren las mismas consecuencias de la práctica
desproporcionada de la corrupción que nos abate.
En la generalidad de los casos la
corrupción está presente donde predomina el autoritarismo, pero también
en las seudodemocracias que nos imponen desde afuera.
No obstante, no se
limita al sector público, se extiende afectando a todas aquellas
reglas, instituciones y costumbres, que en teoría debería regular la
economía, las relaciones sociales, incluyendo la vida cotidiana.
Nos preguntamos; ¿cómo es posible
alcanzar altos niveles de desarrollo y estabilidad económica
distorsionado los procesos fundamentales en la toma de decisiones y
afectando los programas implementados para el desarrollo? Esto tiene
como consecuencia un incremento a la inversión, que nunca es
proporcional a la producción e infraestructura, dado que existe un
desvío de recursos en función de beneficios particulares o privados.
Por otro lado la corrupción tiene un
efecto negativo en la percepción de los valores fundamentales, que son
los pilares básicos de la sociedad. De esta manera, se atenta contra las
libertades y facultades de todas las personas, en especial de aquellas
con menos ingresos y que no tienen posibilidades de compensar estos
abusos.
Lee Kuan Yew, Primer Ministro de
Singapur, enfatizó “Si quieres derrotar la corrupción debes estar listo
para enviar a la cárcel a tus amigos y familiares.
La corrupción no es nada novedoso. Es
parte de los genes de personas que buscan el poder exclusivamente para
ellos, sea religioso, político, económico o social. Muchos dicen que
el poder corrompe, pero Sir George Bernard Shaw, decía” No es cierto que
el poder corrompa, es que hay políticos que corrompen el poder”.
También es necesario recordar a Cicerón quien dijo; “servirse de un
cargo público para enriquecimiento personal resulta ya no inmoral, sino
criminal y abominable.”
En el caso de Honduras, la corrupción
ha llegado a un nivel de descaro y cinismo que empezando por el
“presidente” Hernández Alvarado es producto de dos escandalosos fraudes
electorales avalados por los EEUU y la CEE-Comunidad Económica Europea- y
otros países con gobiernos corruptos. De ahí que todo acto derivado de
la gestión de estos dos gobiernos de JOH son la expresión de la
impunidad grosera agresiva y criminal de un grupo de políticos
cachurecos que anticipada y criminalmente midieron, calcularon y
estructuraron una red del delito que ha rebasado las instancias e
instituciones para castigarlo y sancionarlo. También es preciso incluir
en los planes educativos orientación y formación desde el kínder,
primaria y secundaria, sobre el fenómeno nocivo de la corrupción.
Los que tratan de justificar la
corrupción deben de recordar la trajinada frase: “La corrupción no se
disculpa, ni se perdona, la corrupción se combate, se castiga, si no se
convierte en impunidad”.
En Honduras en un gobierno futuro
habrá que crear nueva legislación para castigar la corrupción y a los
corruptos, con el nuevo código penal algunos delitos se han reducido
penas a violadores y narcotraficantes, es decir, es un código que da
ventajas a algunos crímenes.
No puede haber excusas ante este
flagelo del cual el periodista, ensayista y novelista peruano Eric
Frattini ha dicho: “La corrupción crea discriminación entre grupos,
favorece la desigualdad y la injusticia, desalienta la inversión
extranjera y es un obstáculo a la estabilidad política y al desarrollo
social.
https://criterio.hn/la-abominable-y-putrefacta-corrupcion-que-nos-invade/
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