viernes, 6 de marzo de 2020

¿CAMBIÓ CHILE EN OCTUBRE DE 2019?
 
RELATO Y ANÁLISIS CRÍTICO DE LOS ACONTECIMIENTOS ENTRE OCTUBRE DE 2019 Y FEBRERO 2020
Por Oscar Torres Rivera
1. El llamado “estallido” social
 El salto a los torniquetes del ferrocarril metropolitano de Santiago (el Metro) llevado adelante por los estudiantes secundarios, ocurrido el 18 de Octubre de 2019, se ha transformado en un símbolo del mentado “estallido social”.

A ello siguieron el rechazo del alza de la luz y de otras manifestaciones del aplastamiento popular en una ola creciente que lleva ya cuatro meses. Los actos del día del estallido siguieron con un asalto de destrucción simultánea, total o parcial, a cerca de doce estaciones del Metro y al centro de despacho eléctrico de la ciudad. El Metro de Santiago ha denunciado la destrucción total o parcial de 78 estaciones con un valor de US$ 300 millones.
                      De allí en adelante se multiplicaron los actos y manifestaciones de protestas a lo largo de todo el país, transformándose las diarias y semanales manifestaciones y concentraciones, como un símbolo, en la ahora llamada “Plaza de la Dignidad” (Plaza Baquedano- Comuna de Providencia), hoy reconocida como la “zona cero” de los enfrentamientos con la policía.

A las motivaciones de las protestas más espontáneas se fueron agregando las “demandas sociales” contenidas, de los diversos sectores de la población, especialmente de los sectores sindicales, gremiales, poblacionales, de pequeños comerciantes, de maestros y estudiantes.

Todo este “torbellino social” sobrepasó, no solo los torniquetes, sino innumerables “barreras” del orden desigual, del neoliberalismo que nos gobierna y subordina. Al decir de algunos se “corrió el cerco de lo posible” (Amaro Labra en la CD) y el Gobierno y la Derecha han acusado de violaciones al “orden público y al Estado de Derecho”.

La Gran Marcha y Concentración que reunió más de un millón de personas con muchas otras en las regiones el 25 de Octubre, conmovió al país y a los pueblos del exterior, como expresión de “un espíritu unitario y democrático”.

2. Quienes se movilizan y levantan las reivindicaciones

Empezaron los estudiantes (Gratuidad y No al CAE, crédito para la Educación con garantía estatal) y los jóvenes (Empleo) (millenials u otros) de la época digital de las llamadas “redes sociales”. Rápidamente retomó su cauce la columna central del movimiento social chileno, integrado por los sectores organizados del mundo sindical (CUT, ANEF, Profesores, Salud, etc.), gremial (No + Afp, No + Tag), poblacional y las organizaciones barriales, de los sin casa, de los trabajadores por cuenta propia y del pequeño comercio (Mesa de Unidad Social), el mundo académico u cultural.

Luego retomaron su lugar el movimiento de las Mujeres y diversos sectores del Feminismo (Tessis). Lo mismo hicieron los Pueblos Originarios y tribales (Afrodescendientes) en las grandes ciudades y en las regiones de su radicación. Las banderas Mapuche y la Wiphala (andinos) flamearon y flamean a la par con la chilena. También se incorporaron las organizaciones campesinas y rurales, los trabajadores del Mar y del Borde Costero. Las Organizaciones Medioambientalistas y de Protección a la Naturaleza Animal y Vegetal, por la Justicia Climática. A todos ellos se sumaron las mujeres dueñas de casa y sus hijos, los adultos mayores, los chilenos/as con discapacidad. En definitiva, todo el Pueblo de Chile, en su gran mayoría. A esto se adhieren el sector del Transporte de carga y de pasajeros por reivindicaciones propias, especialmente de eliminación o rebaja del Tag (cargo por el uso de las carreteras).

3. El gobierno de Piñera se ha resistido y no ha querido escuchar las demandas

Su primera reacción es reducir los problemas a “asuntos de orden público y seguridad”. Su mayor error político ha sido señalar “que se está ante un poderoso enemigo” y que se “está en guerra con él”. De allí su reducción a “criminalizar la protesta y las movilizaciones”. Se hizo un amplio despliegue policial y cuando fue insuficiente se recurrió a los estudiantes de la policía civil y uniformada que estaban egresando, con el riesgo de toda su inexperiencia.

Como se sabe, en algún momento cuando se vio o sintió sobrepasado, recurrió a la emergencia constitucional, decretando el estado de excepción, con la salida de los militares a la calle a controlar el orden público y cuidar el patrimonio institucional.

El estallido quebró la agenda y el programa del Gobierno, que ya venía adaptándose lentamente por las resistencias parlamentarias de la oposición. En estos 4 meses, el programa del Gobierno de Piñera está en el suelo y ha debido hacer concesiones a reformas que quería hacer de otra manera y con muy menor alcance a cómo se está planteando y/o aceptando ahora a fines de año y lo que va corrido del 2020.

Lo avanzado está muy lejos de acercarse a las demandas de la gente y del movimiento social organizado. El Gobierno abandonó su programa por las exigencias del “Estallido” y ha procurado ganar tiempo con una Agenda reformulada de tres puntos: Cambios a la Constitución- la Agenda Social- la Agenda de Orden y Seguridad (represión), para lo que ha presentado diversos proyectos de ley que el Congreso está debatiendo en estos días.

Al inicio de marzo 2020, el gobierno ha reestructurado su Agenda:

a) Antiabusos y de protección al consumidor;
b) Reforma al Sistema de Pensiones;
c) 40 Horas, Sala Cuna y Protección Empleo;
d) Ingreso Mínimo Garantizado;
e) Registro consolidado de la Deuda.

4. Violaciones a los derechos humanos

Al calor de las masivas movilizaciones y las agudas formas de protesta y resistencia las fuerzas represivas del Estado fueron y se sintieron sobrepasadas. Un fantasma recorre las instancias de poder: la impunidad (la justicia está pendiente desde 1973).

Como ha sido registrado ya cuatro veces, “Amnistía Internacional”, “Human Rights Watch”, el “ACNUDH” y la “CIDH” de la OEA y dentro del país el INDH- Instituto Nacional de Derechos Humanos, como organismo autónomo, tenemos un recuento y balance vergonzante de la violación a los derechos humanos, que cada día, al calor de las manifestaciones, se acrecienta.

El histórico “Nunca Más” después de los sucesos del 73, ha vuelto a ser sobrepasado. Después de las denuncias de los balines, los perdigones, las bombas lacrimógenas y ahora el “agua con soda cáustica” de los “guanacos”, han causado heridos y mutilados. Algunos con lesiones graves en su visión, lacerados para siempre. También hemos lamentado la pérdida de vida en estas refriegas con la fuerza pública o con civiles que han expresado su odio y enemistad con el Pueblo.

Desde ahora y una vez que se supere este momento, deberemos preocuparnos de la reparación de los daños ocasionados, de indemnizar y asegurar la vida de las víctimas, como en parte se ha hecho con los del proceso del 73. Esta preocupación deberá ser acompañada también por la reparación de los daños que ha experimentado el patrimonio social y cultural del país.

El último recuento del INDH (31.01.20) marcaba: Visitas a 9.545 personas detenidas (1.395 hombres; 1.475 mujeres; 1.112 niños y adolescentes; 23 no identificados); 3.746 heridas (427 oculares; - otras heridas 2.114 (51 bala, 190 balines, 1.673 perdigones, no identificados 200).

5. Caracterización del proceso que estamos viviendo

Se dice ahora “Chile Cambió”. ¿Qué y cómo cambió?

¿Estamos ante una insurrección social, que ha devenido en una insurrección política? (una caldera que en un momento reventó).

¿Se trata de una “revuelta” de grupos y comunidades virtuales, horizontales, que se “viralizan”, con su propio cartel e iniciativas, opuestas a las instituciones jerárquicas y verticales?

Se suele hablar de una de las “crisis más violentas” que hemos tenido (destrucciones, incendios, saqueos) que han afectado al Estado, a nuestras instituciones y al funcionamiento de la sociedad en su conjunto.

La protesta es un rechazo a los “frenos” institucionales y políticos por más de 40 años.
Qué pasos pueden implicar avances hacia uno ¿más revolucionario?

No hay duda que el proceso ha puesto freno a algunos de los excesos del neoliberalismo. Pero estamos todavía al inicio del camino de soluciones, pues ellas todavía son tímidas y parciales (¿Es un maquillaje del gobierno? ¿Intenta ganar tiempo y apuesta al desgaste del movimiento social?). Se vino el fin de año y los meses del verano (febrero). Las actividades bajaron de sintonía, pero nunca han cesado, tanto en Santiago como en las regiones, especialmente en la Araucanía. Algunos anuncian un marzo caliente si no hay avances en estos días.

La apertura debe avanzar a la generación de condiciones hacia una “sociedad de igualdad mínima y de bienestar”: la búsqueda de un camino al desarrollo humano, social, inclusivo y solidario.

Y podemos segur en la reflexión política:

¿Un punto de inflexión histórica? ¿Síntoma del cambio de época? ¿Del cambio de Milenio y civilizatorio?

¿Salimos finalmente de la transición democrática iniciada en los 90? ¿Estaremos iniciando otra, hacia la superación de las políticas neoliberales y la gestación de una nueva sociedad socialista del siglo XXI?

Se pone por delante la necesidad de un nuevo Paradigma y un Programa Político, Social, Económico, de Sustentabilidad y Cultural, para la primera mitad del Siglo XXI de Chile.

6. Situación estratégica y geopolítica de la región al, del cono sur y mundial

El proceso chileno tenemos que insertarlo en la Geopolítica de la Región (Sudamérica), del Continente y del Resto del Mundo.

De la Bipolaridad el Mundo transitó a la Multipolaridad, que siguió hegemonizada por el poderío mundial de los Estados Unidos, que se agudizó con la gestión de Trump. Por el otro lado China ha avanzado hacia ser la primera potencia económica, acrecentado sus inversiones y poder de compra en países productores estratégicos como Chile y otros países de AL. Al aguaite está Rusia y su poderío militar, todos los cuales juegan un rol importante en la crisis de la situación de Venezuela.

La ejecución del Brexit con la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea ha generado un debilitamiento del continente que debate en estos días la recomposición de sus presupuestos y financiamiento, amén de gestar nuevas relaciones políticas entre los Estados.

Este cuadro global condiciona la política internacional en el continente asiático y en el Medio Oriente, por el control del petróleo y la economía de las energías y el control de los territorios y vías del comercio mundial (Irán, Iraq, Siria, Israel, Palestina), (India, Afganistán, Japón, Corea del Norte y del Sur).

En este marco, surgen las alternativas de poder y nuestra inserción en los cuadros de integración latinoamericana dependiente o autónoma de los Estados Unidos. CELAC, Grupo de Lima, OEA.

Después de los retrocesos de Brasil, Ecuador y Bolivia, se torna clave la política que puedan desarrollar México y Argentina, para frenar o balancear al Grupo de Lima, con la mayoría de los países tras la política de los Estados Unidos (Perú, Colombia, Brasil, Paraguay, Ecuador, Bolivia y ahora Uruguay de Lacalle).

7. Contenido de la demanda social y política

Durante el “Estallido” ha habido reivindicaciones variadas y heterogéneas, donde cada sector ha dicho que lucha por lo suyo. Las marchas, las concentraciones o manifestaciones y los Cabildos, Debates y Talleres Múltiples se han encargado de consignarlos, ordenarlos y/o sistematizarlos.

No se partía de cero, porque muchos en sus organizaciones, instituciones o territorios barriales o rurales, venían haciendo lo suyo.

El movimiento sindical desde siempre ha hecho ese ejercicio y ahora con otras organizaciones gremiales, vecinales y culturales venía haciéndolo desde agosto 2019, cuando levantaron el “Pliego de Chile”, cuya denominación tiene histórica reminiscencia. Entendemos que ese documento se vino enriqueciendo con la integración de otros sectores gremiales, sociales, vecinales y culturales, que hoy constituyen la “MESA DE UNIDAD SOCIAL”, cuyo actual documento está fechado en Octubre 2019 y que es una verdadera Plataforma Social Nacional.

Lo mismo puede decirse de las más históricas reivindicaciones de los Pueblos Indígenas que descontadas sus iniciativas más antiguas, en forma contemporánea lo vienen haciendo desde diferentes territorios (Wallmapu- Nueva Imperial- Cerro Ñielol y otros: Reconocimiento Constitucional- Autodeterminación- lenguas autóctonas- interculturalidad, etc., han sido sus temas más recurrentes).

Otro tanto puede decirse de las Organizaciones campesinas e indígenas ligadas y coordinadas, que vienen desde el proceso de la Reforma Agraria (en los 60), luchando por la soberanía alimentaria, la recuperación de las tierras y las aguas, la agricultura familiar campesina y la dignidad del mundo rural.

El Movimiento de las Mujeres y las expresiones del Feminismo Chileno han hecho lo suyo. Lo mismo puede decirse de las Organizaciones Medioambientales y de la Ecología, que este último tiempo preparaban sus propuestas para la COP 25 de Santiago. Su traslado a Madrid, España no suspendió este ejercicio.

La “Cumbre de los Pueblos” realizada en Santiago de Chile, en paralelo con la COP de Madrid (2 al 6 de diciembre 2019)- con la participación de organizaciones y delegados chilenos y del exterior, nos han entregado un Documento de Conclusiones de mucha aplicación en este tiempo.

8. El acuerdo constitucional del viernes 25 de noviembre: los 12 puntos

Uno de los mayores logros programáticos del “Estallido”, ha sido la “viralización” de la idea de la “Asamblea Constituyente, que a poco andar se generalizó, haciéndose justicia a la lucha de muchos años.

La gente se dio cuenta que todas sus demandas rebotaban en una “muralla” infranqueable “la Constitución del 80”, que dio paso al Neoliberalismo Económico y los “Amarres Político- Institucionales”, logrando con su lucha que la eliminación de ésta y su reemplazo, pasara a un primer lugar en las reivindicaciones.

El debate en la calle (Cabildos y Asambleas) y en el Congreso Nacional se ha centrado en cuatro puntos: el Quórum de los Dos Tercios- la paridad de género- la llamada Cuota Indígena y algo muy decisivo: la Participación de los Independientes, es decir del conjunto de la Ciudadanía. Los Partidos políticos se han “apropiado” de esta temática, que debe pasar por sus manos, porque la Constitución actual no consagra un mecanismo de reemplazo y deben hacerse reformas a esa Constitución para llevar adelante el Acuerdo de Plebiscito de Entrada- Mecanismo de Funcionamiento- Plebiscito de Salida (de aprobación). Es decisiva la modificación a la Ley de Votaciones y Escrutinios que ordena la presencia ciudadana y su distribución territorial, clave para una “presencia más o menos democrática”.

9. La consulta municipal a la ciudadanía (diciembre 2019)

La Consulta realizada en torno al fin de semana del 14/15 de este mes por una cantidad importante de Municipalidades, que convocaron a más de dos millones de electores, ha sido un paso muy positivo.

Ha tenido la virtud de explicitar las tendencias ciudadanas en temas cruciales de este momento político. Ha tenido también la virtud de recrear una “imagen nacional” de éstas por la pluralidad política de los Alcaldes involucrados y la forma como han asumido y se han apropiado de sus conclusiones, buena parte puestas en la discusión pública por el Movimiento Social.

Su contenido también ha contribuido para iluminar y reforzar los “argumentos más democráticos y participativos” de la reciente discusión parlamentaria del “paquete constitucional y legal”, que debe hacer posible la construcción de la Nueva Constitución.

10. nudos de desenlace en el corto, mediano y largo plazo

En el corto plazo, la discusión y ciertas medidas han estado centradas en el Acuerdo Político Constitucional del 25 de noviembre y en la Implementación de las medidas institucionales para llegar al Plebiscito definido para el 26 de abril y la elección de Constituyentes de octubre 2020.

Hasta aquí la intención del gobierno y las fuerzas parlamentarias de “Chile Avanza”, ante la imposibilidad de frenar el Acuerdo, ha sido generar cortapisas para limitar la competencia y el espacio de definiciones de la eventual “Convención Constitucional”. Dicho de otra manera, se ha procurado que sea los “menos constituyente” posible. De allí las disposiciones que apuntan al quórum de los acuerdos y las materias que no puede tocar o cambiar (Chile Republica, Tratados Internacionales vigentes). (Todo este tema lo analizaremos en un trabajo posterior).

Donde la cosa se ha trancado, es en la demanda o Agenda Social. Como lo adelantamos, el gobierno y toda la derecha han prestado oídos sordos o no han querido oír o solo oyen lo que quieren.

Para desviar la atención de la ciudadanía, inicialmente trataron de poner la mirada pública en la destrucción de bienes públicos o privados o del patrimonio nacional cultural. En un segundo momento la estrategia comunicacional se ha puesto en que se repudie “la violencia” de los manifestantes. Esto se ha acompañado con un fuerte discurso sobre el respeto al “orden público y estado de derecho”, logrando neutralizar en parte el repudio ciudadano a las violaciones a los derechos humanos, siendo la pérdida visual los más graves y lo que más ha impactado dentro y fuera de Chile. Sobre la “violencia estructural e institucional”, que ha ocasionado el “estallido” no se recoge nada.

Al finalizar la temporada veraniega (Febrero) y antes del inicio de Marzo, el gobierno ha retomado con fuerza su inicial llamado a la Paz y al “pacifismo”, con que intentó retrucar a los efectos del “estallido” en Noviembre 2019 y ha acrecentado sus esfuerzos por avanzar con sectores de centro político y afines de lado y lado, alianzas que les permita salir del “cerco político” en que el estallido lo metió desde Octubre 2019.

Si se avanzó parcialmente en lo político, no ha ocurrido lo mismo en la Agenda Social, donde lo avanzado es muy reducido. En estos meses finales del “estallido”, el gobierno ha seguido con su agenda legislativa con leves modificaciones que puedan producir algún alivio económico a la ciudadanía (bonos, pensiones asistenciales, contribuciones, adultos mayores, congelamiento tarifas transporte, etc.).

La Reforma o Modernización Tributaria no consulta los fondos necesarios para ir a una solución de fondo de la Demanda Social. Agotados los recursos financieros del Estado, a percibir en el ejercicio fiscal de este año, se requiere echar mano en buena proporción a los “fondos soberanos” (inversiones en el exterior) y a nuevos compromisos crediticios. Para todo esto se requiere el aporte de los sectores ricos del país, que sean gravados con mayores impuestos, alzando la carga tributaria de las empresas y las personas, hasta que permita el financiamiento necesario de la Demanda Social.

En términos políticos, detalles más o detalles menos, no habrá un paso definitivo hacia la solución de los problemas denunciados por el “estallido”, si no hay una redistribución seria de los ingresos y un traspaso de poder económico a los trabajadores y la ciudadanía.

Este Nudo a resolver marcará el “paso de Marzo” y lo que viene con recrecimiento de la movilización social y política por un “nuevo Chile”, como se habla en estos días. Esto definirá también los pasos de desarrollo del mediano y largo plazo.

Febrero 2 de 2020
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